Entre los intentos de rearme del catalanismo (Centrem) y una emergente UPN que incluiría al constitucionalismo conservador (Valents), hoy por hoy la apuesta del empresariado catalán para apear a Ada Colau del Ayuntamiento de Barcelona es el tándem Elsa Artadi-PSC. Ella es el rostro de un partido, Junts per Catalunya (JxCat), cuyas siglas despiertan recelos por una estrategia de confrontación que los últimos acontecimientos parlamentarios han puesto en cuestión. La marca socialista es garantía de interlocución con el Gobierno y una inversión de futuro para las elecciones autonómicas, dado el favorable ciclo electoral del partido liderado por Salvador Illa, pero el candidato elegido, Jaume Collboni, no cuenta con las simpatías de ese sector negocios.
Queda más de un año para los comicios municipales y las cosas pueden cambiar mucho. Pero los movimientos para apoyar a Elsa Artadi, alumna del exconsejero de Economía Andreu Mas-Colell y que el pasado jueves confirmó su candidatura, van en aumento.
"Artadi es poliédrica"
¿Cómo es posible que una dirigente independentista se haya convertido en un referente de los empresarios catalanes, ávidos de seguridad jurídica y confianza? “Artadi es poliédrica, sabe que existe un catalanismo que puede restar votos a JxCat. Y también que Carles Puigdemont la ha abandonado a su suerte en las pugnas internas del partido”, explica un diputado soberanista.
El expresidente de la Generalitat fugado, más preocupado de su situación judicial que por las cuestiones domésticas de los neoconvergentes, nunca ha querido tomar partido en esas peleas cainitas entre los sectores que lideran Laura Borràs, Jordi Sànchez, Jordi Turull y la propia Artadi. Pero lo ocurrido esta semana en el Parlament ha tenido un gran impacto en esas luchas intestinas por el poder en JxCat. La renuncia de Borràs a la confrontación --la presidenta de la Cámara catalana ha protagonizado uno de los episodios más estrafalarios de la vida política catalana al mentir sobre la inhabilitación de un diputado-- allana el terreno a quienes apuestan por moderar la estrategia o, cuando menos, a adaptarse a los nuevos tiempos posprocesistas.
De Chacón a Artadi
En ello estaba ya Sànchez, secretario general de la formación, muy atento a la evolución de Centrem, el nuevo partido catalanista creado por Àngels Chacón con vocación de establecer alianzas con PDECat y ocupar un cotizado centro político. Por su parte, Turull ha asistido a diversas metamorfosis, al pasar de CDC a Junts, pasando por el PDECat, pero es identificado con los viejos apparatchik convergentes. “JxCat también necesita ensanchar la base (en alusión a la estrategia de ERC) y Borràs tiene actitudes que lo impiden”, explica un dirigente catalanista.
Artadi, que renunció a formar parte del Govern de Pere Aragonès para preparar su candidatura como alcaldesa, es también, por descarte, una de las opciones del empresariado catalán que en su día apostó por Àngels Chacón para las elecciones catalanas del 14F, donde la exconsejera de Empresa no logró representación por apenas 14.000 votos --habría entrado en el Parlament con seis diputados--.
La opción que más suena
La operación Chacón está todavía en mantillas, mientras que Artadi es la opción que hace meses suena a en esos círculos empresariales, cada vez más quejosos de la parálisis que sufre la ciudad de Barcelona. Las encuestas preconizan una pugna entre ERC y los comunes, y un pacto entre estas dos formaciones --abonado con el reciente apoyo mutuo a los Presupuestos de la Generalitat y del consistorio-- es el peor escenario para las patronales. De ahí que consideren, como opción más posibilista, un tándem Artadi-PSC.
Los socialistas, acostumbrados a la geometría variable en la esfera municipal, gobiernan con JxCat en la Diputación de Barcelona. Aunque es con el PDECat con el que el PSC se ha sentido más cómodo a la hora de establecer pactos locales. Pero en el partido liderado por Illa crece el convencimiento de que nunca habrá pacto con ERC. El sueño de un nuevo tripartito de izquierdas se va desvaneciendo, pues los republicanos --como ya intentaron durante las negociaciones para la investidura de Aragonès-- prefieren una alianza con los comunes y la CUP.
El candidato de Illa es, hoy por hoy, Jaume Collboni, actual teniente de alcalde de Barcelona y que no cuenta con el apoyo de esos sectores empresariales, pues le consideran cómplice de la gestión de Colau. De hecho, el surgimiento de Barcelona es Imparable, liderado por Gerard Esteva, supuso un toque de atención a Colboni, pues detrás de las 80 entidades que impulsaron ese movimiento había asociaciones empresariales. Y también Artadi. Que el email de Barcelona es Imparable remitiera a una dirección de Junts per Catalunya de Olot hizo saltar todas las alarmas sobre los reales objetivos de la plataforma.