Málaga abre los brazos al Hermitage
La ciudad andaluza, que se afianza como polo cultural y tecnológico, reitera su predisposición a acoger la filial del museo tras el rechazo de Barcelona y en los términos que plantearon los promotores
2 febrero, 2022 00:00Lo venían advirtiendo los empresarios catalanes: “Málaga nos supera ya en dinamismo económico”. Se referían al hub tecnológico que la ciudad andaluza ha ido consolidando en los últimos años. Pero el auge de Málaga, que hasta hace pocos años era asociado a un turismo de sol y playa, se extiende, y de qué manera, al ámbito cultural.
“Estamos abiertos a seguir hablando sobre el Hermitage en los términos en los que se planteó, es decir, sin coste para la ciudad”, aseguraban ayer a Crónica Global fuentes oficiales del Ayuntamiento de Málaga. El rechazo de Barcelona ha vuelto a poner el foco en esta ciudad, que en el pasado ya expresó a los impulsores del proyecto su interés por acoger la filial del Museo Hermitage .
La primera opción del fondo suizo-luxemburgués Varia era Barcelona. Pero las constantes trabas impuestas por el consistorio de Ada Colau les obligó tirar la toalla. Por prudencia y respeto a las negociaciones barcelonesas, el gobierno municipal malagueño ha guardado silencio durante este tiempo. Pero ahora, tras descartarse la instalación de una subsede de la pinacoteca rusa en la zona de Nova Bocana del Puerto de Barcelona, la alcaldía dirigida por Francisco de la Torre (PP) pugna de nuevo por un proyecto que se sumaría a otros referentes culturales, como el Museo Picasso, el Museo Carmen Thyssen, el Centro Pompidou, el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga o el Museo Ruso San Petersburgo, centro este último que demuestra el interés por el arte ruso de Málaga.
Un guiño a los negociadores del Hermitage, a los que la ciudad ofrece también un potente turismo de congresos, la acogida de empresas gastronómicas, una fiscalidad suave, la mejora de los accesos al puerto y la movilidad.
De hecho, en los primeros contactos entre el Ayuntamiento de Málaga y los promotores del Hermitage se planteó como posible destino una parcela en los terrenos del Puerto próximos a Huelin. La Autoridad Portuaria estaba de acuerdo en el proyecto, tal como sucedía en Barcelona, donde finalmente se impuso la resistencia de Colau. Cataluña sumaba así un nuevo ‘no’ a iniciativas importantes para la ciudadanía: no al Hermitage, no a la ampliación del aeropuerto de Barcelona, no a los Juegos Olimpicos de Invierno.
“La unidad de las Administraciones es fundamental. Todo suma. La cooperación de todos los agentes es importante. Nos da igual quién gobierne. Si no hay un buen estado de ánimo social en un ecosistema de innovación, funciona peor. La cooperación entre los agentes políticos es muy relevante, siempre lo he visto muy claro”, explicaba hace unos meses Felipe Romera, director de Málaga Tech Park --hay quien lo denomina ya el Silicon Valley del sur de Europa--, en una entrevista con Crónica Global.
En términos parecidos se expresaba previamente y también en conversación con este medio el alcalde de Málaga, definido por un empresario catalán como “una persona que habla poco de política y mucho de los proyectos de la ciudad”. Esto es, menos ideología y más pragmatismo.