Si algo caracteriza al PSC es su fuerza municipalista. Perfectamente conocedor de la capilaridad que ese poder proporciona, hace meses que Salvador Illa lleva recorriendo el territorio para apuntalar la estructura del partido. Y no solo de cara a las elecciones municipales de 2023, sino también en vísperas del congreso extraordinario de renovación que se celebra este fin de semana y que ha ungido a Illa como nuevo primer secretario en sustitución de Miquel Iceta. De ese cónclave sale una ejecutiva a la medida del exministro, pero también de un nuevo tiempo pospandémico donde el procesismo ya no tiene cabida. Un equipo donde se combina estrategia territorial y sectorial, renovación y experiencia.
Illa no ha dejado ningún cabo suelto. Llegaba al cónclave avalado por el presdiente español Pedro Sánchez y sin oposición interna. O al menos, esta no fue visible. Lejos quedan las rencillas entre las dos almas del PSC, que las hubo y muy acusadas, hasta el punto de que la pugna entre soberanistas/maragallistas y los federalistas derivó en la fuga de díscolos hacia ERC --como es el caso del exconsejero de Educación, Ernest Maragall--, o la retirada de la primera línea política de exdirigentes como Antoni Castells, Montserrat Tura o Marina Geli. El caso de los hermanos Nadal --Joaquim y Manel--, que ahora han vuelto al entorno socialista, ejemplifica hasta qué punto se ha producido un cambio de etapa al que no es ajeno el desafío independentista.
El "espejismo" del derecho a decidir
Así, ese sector nacionalista del PSC llegó a defender un derecho a decidir, que Miquel Iceta calificó ayer de “espejismo”. Corrían otros tiempos menos convulsos para un partido que siempre había defendido la cohesión y la nación de naciones, pero que también se ha visto obligado a pasar por el tamiz de un procés traumático.
Fue bajo el liderazgo del hoy ministro de Cultura cuando los socialistas catalanes rompieron un tabú tan importante como el de la lengua, conscientes de que el procés dejo una fractura social que será difícil recomponer. Máxime cuando el actual Govern de ERC y JxCat amaga con desobedecer las sentencias que avalan flexibilizar la inmersión. Los socialistas catalanes, ya con Illa al frente, están en eso: en ajustar el modelo educativo a la realidad sociolingüística. Pero el independentismo, que asiste a sus últimos estertores, se resiste a ceder. Esquerra no acaba de soltar lastre de la radicalidad de Junts, que ayer acudió a la marcha contra el castellano con carteles de botifler en una mano y una querella contra Pablo Casado en la otra.
Área metropolitana
El caladero de votos socialistas, Illa lo sabe, está situado en un área metropolitana castellanohablante y trabajadora que, sobre todo tras la pandemia, acusa hartazgo procesista. El PSC, además, recuperó el electorado que, en 2017, se fugó a Ciudadanos, partido en declive y que logró ser referente antinacionalista.
La polaridad generada en diez años de independentismo obligó al PSC a resituarse. Y las urnas reconocieron ese cambio de rasante, lento pero firme, en las elecciones autonómicas del 14F. Ya con Illa como cabeza de lista ganaron los comicios y se situaron como el principal grupo parlamentario, aunque el pacto entre ERC, JxCat y la CUP le han impedido gobernar.
'Governar Catalunya'
Tras el cónclave de este fin de semana --Governar Catalunya es el lema del congreso--, el PSC vuelve a salir a ganar. Tanto en las elecciones municipales de 2023, como si se adelantan de nuevo los comicios catalanes. A pesar de que cuenta con detractores a nivel interno, el teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sigue siendo la apuesta de Illa para gobernar esta ciudad y así lo ha visualizado designándole como uno de los cinco viceprimer secretarios junto a otros líderes municipales, como la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés (Igualdad y Acción Social) o la alcaldesa de Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret (Organización y Acción Electoral).
No es ajena a ese acento municipal que el nuevo secretario de organización sea José Luis Jimeno, exalcalde de Badia del Vallès. Hay quien asegura en el partido que Illa seguirá ejerciendo de “fontanero” en la sombra, pero la apuesta por Jimeno y Farrés evidencian la importancia que el Vallès --adiós definitivo a la era Bustos-- tiene en el PSC. Lógico, por otra parte, ya que Salvador Illa fue alcalde de La Roca del Vallès.
Referentes económicos
Pero el equipo del nuevo primer secretario no ha olvidado la labor de quienes apoyaron a Iceta en sus épocas más duras y que han sido identificados con un sector más catalanista del PSC. Es el caso de la portavoz en el Parlament, Alícia Romero, viceprimera secretaria de Acción Política, y del líder de la agrupación de Barcelona del PSC, Ferran Pedret, que será secretario de mejora del autogobierno. Junto a Moret, el Baix Llobregat también está representado por Joaquín Fernández, el nuevo secretario de Política Municipal.
Y si el territorio es importante para el partido socialista, igualmente fundamental la economía en un momento de reconstrucción post-Covid. Dos pesos pesados, el actual secretario general de Industria del Gobierno, Raúl Blanco, y el doctor en Economía Francesc Trillas formarán parte de una ejecutiva muy paritaria, donde Elia Tortolero será la portavoz y Sonia Guerra, responsable de Políticas Feministas.