Los sanitarios andaluces en Cataluña: "Sin nosotros no hay salud"
Enfermeros y celadores venidos de otras autonomías recuerdan que la región tiene falta de personal; los expertos ya avisaron de que el 70% de las plazas son privadas
6 diciembre, 2021 00:00Hablan los enfermeros y enfermeras venidos de Andalucía a Cataluña para trabajar en el sistema sanitario regional. Se desmarcan de la polémica lingüística --los señalaron líderes de opinión del independentismo y la Plataforma per la Llengua-- y recuerdan que, sin ellos, "no hay sistema asistencial".
Uno de los que lo verbalizan es Carlos, celador de 40 años en el Hospital Vall d'Hebron, el mayor de Cataluña. Este sanitario tenía plaza en Cádiz, pero vino a Barcelona "para avanzar profesionalmente". Recuerda que en el sur de España "se iba a los 1.100 euros al mes", mientras en la ciudad sanitaria barcelonesa alcanza los 1.600 euros. Eso sí, "haciendo nocturnidades y especializándote" --él está en trasplantes--.
"A Cataluña le va bien fichar en todo el país"
El profesional subraya que en la autonomía catalana existe una "especie de simbiosis" con otras regiones. "En el Sistema Andaluz de Salud necesitas tener puntos para avanzar. Mientras que en Cataluña hay un déficit crónico de enfermeras y muchos hospitales por cubrir. Así que ganan todo el mundo: los sanitarios encuentran un primer empleo tras la carrera, están un tiempo y se vuelven", aclara.
"A un sistema sanitario [el catalán] le faltan enfermeras. A los recién licenciados les urge trabajar. El sistema le va bien a todo el mundo, pero no solo a los andaluces: aquí hay gente de todo el país", ilustra.
"Algunos desconocen cómo funciona esto"
¿Ha tenido algún problema con el catalán, como aseveró el empresario y activista independentista Eduard Voltas? "En absoluto. Te entiendes con el paciente. Lo que dicen algunos medios no tiene nada que ver: en la atención al enfermo te acabas entendiendo", valora. "La lengua catalana es solo un obstáculo para consolidar plaza. Cuando te presentas a una oposición, te dan una semana para acreditar tu nivel", lamenta.
¿Se siente señalado por una parte del nacionalismo? "Quizá alguna gente opina y no sabe cómo funciona el sistema de salud. Los sanitarios que acuden a Cataluña a trabajar van bien aquí. Es una rotación que funciona por las dos partes. Sería un error que un obstáculo como la lengua pervirtiera esta estructura", apostilla.
"Dos personas se acaban entendiendo"
Elena, de 32 años y enfermera de Granada también en Vall d'Hebron, opina de forma similar a la de su compañero. Es sanitaria en oncología infantil, y cree que la lengua catalana no es un obstáculo para dar una atención de calidad. "Piensa que tenemos pacientes ucranianos, niños con cáncer que no hablan ni castellano, ni catalán ni inglés", señalan. "Con valentía y amor por tu trabajo te logras entender y dar una atención al más alto nivel", enfatiza.
Elena indica que lleva "11 años en Cataluña". Se desplazó al territorio "porque en Granada hay dos hospitales públicos, y aquí mira todos los que hay, existen más oportunidades". La empleada del complejo médico comparte la opinión de Carlos en el sentido de que "hay personas que hablan de salud cuando no entienden el sistema". Hace hincapié en que el hecho diferencial es "la calidad humana en el cuidado, y eso es universal".
"Trabajamos a 1.000 kilómetros de casa"
La especialista en oncología llama a tener en consideración que algunos asalariados de la sanidad pública catalana "trabajan a 1.000 kilómetros de casa, con todo lo que ello implica". En su opinión, la estructura de la sanidad catalana provoca que "se tenga que abrir las puertas a personas de otras regiones".
Por ello, el debate identitario en el sistema asistencial la apena, pues "vivo aquí, trabajo aquí, pago mis impuestos aquí, pero hay personas que me hacen sentir extranjera en mi propia tierra". Ello le parece tan reprochable como "algunos tópicos sobre los catalanes que se dicen en el resto de España, como la supuesta tacañería". Concluye, no obstante, que "son casos aislados por parte de personas que desconocen y que existen en todas partes".
Plazas privadas
Sea como fuere, el debate sobre el tamaño del cuerpo de enfermería en Cataluña no es nuevo. Ya en 2008, la profesora Júlia Esteve Reig, exdirectora de la Escuela Universitaria de Enfermería (EUI-UAB) del Hospital de Sant Pau i la Santa Creu, ya advertía de que menos y menos centros universitarios ofertaban plazas. Además, un 70% de las que se ofrecían eran en centros privados, "cosa que no pasa en el resto de España".
Lo recalca en conversación con este medio un dirigente de UGT en la sanidad catalana, que se pregunta si este hecho, alertado por Esteve en 2008, 13 años atrás, es "otra privatización encubierta del sistema asistencial regional, en este caso desde la etapa formativa". Sea o no el caso, en Cataluña hay carencia de profesionales de esta categoría laboral, como ha alertado históricamente la propia UGT y Satse.