Y la épica volvió al Parlament. En este caso, en forma de unos “presupuestos históricos” --según palabras del consejero de Economía de la Generalitat, Jaume Giró--, que elevan el gasto hasta cotas nunca alcanzadas. Unos presupuestos expansivos, efectivamente, gracias al Estado, por mal que les pese a las formaciones independentistas que dan apoyo al Govern.
El aumento del gasto se nutre especialmente de los fondos Next Generation --que gestiona el Gobierno con la UE--, al aumento de la recaudación por impuestos cedidos --que dependen de los Presupuestos Generales del Estado-- y de la sensible subida del impuesto de sucesiones y donaciones --propiciada por una reforma en la valoración de los inmuebles incluida en la ley española contra el fraude fiscal aprobada el pasado julio--.
Gasto récord
Los Presupuestos de la Generalitat para 2022 elevan el gasto hasta un valor récord de 38.139 millones de euros. Es decir, 5.618 millones más que en las cuentas de 2020 (17,3%). Lo hacen sin aumentar la presión fiscal, gracias en buena parte a los 2.142 millones procedentes de los Next Generation. Un gasto que, en principio, está pensado para reactivar la economía, pero que nutrirán en buena parte el gasto destinado a los departamentos de Salud, Derechos Sociales y Educación, con aportaciones de 319 millones, 633 millones y 405 millones, respetivamente. Cataluña se beneficiará de esos fondos europeos gracias a la pertenencia de España a la UE, siendo el Gobierno español el encargado de gestionarlos.
“Los presupuestos de 2022 son los de la abundancia. No solo para la Generalitat, sino para cualquier comunidad autónoma. Puede gastar una parte de los Fondos Next Generation, le aumenta la recaudación por el gran crecimiento económico y no tiene que contener el déficit público, pues la prioridad es que la Administración ayude a la recuperación total de la economía”, explica Gonzalo Bernardos, economista y profesor de la Universitat de Barcelona.
La incógnita: ¿un gasto público eficiente?
Para Bernardos, la incógnita es “si el gasto público será verdaderamente eficiente y ayudará a mejorar la competitividad de las empresas catalanas y a crecer más durante el resto de la década. Por las declaraciones de los responsables, me parece que irá más dirigido a ganar o mantener votos que a estimular la economía. 2022 no es un año más, es el ejercicio del despegue de Cataluña o de la continuidad del declive. Muchos temas han de cambiar para conseguir lo primero y olvidar lo segundo”.
“Si fuéramos un país soberano, los números serían mejores", aseguraba Giró, en un nuevo guiño al independentismo en general y al partido que le propuso como consejero, Junts per Catalunya (JxCat). Pero, sobre todo, a la CUP, el socio preferente que todavía no ha confirmado su apoyo a unas cuentas que descartan la subida de impuestos que los antisistema exigen.
Pero lo cierto es que el gasto récord también se debe al sistema de financiación autonómica. Giró prometió no subir los impuestos y ha cumplido con ello. Pero el incremento de las recaudaciones se apoya “en la parte de los impuestos estatales cedidos, muy vinculada a la previsión de los Presupuestos Generales del Estado”, explica el profesor de Derecho Financiero de la Universidad Abat Oliba CEU y miembro del Consejo Asesor Institucional de la AEDAF (Asociación Española de Asesores Fiscales), Esaú Alarcón.
Impuesto de sucesiones y donaciones
Desde un punto de vista más técnico, al fiscalista le resulta llamativo el aumento de la recaudación previsto mediante el impuesto Sucesiones (que pasaría de 473 millones de 2020 a 643 millones, una subida del 35,9%), y el impuesto de Transmisiones Patrimoniales (de 1.575 millones a 1.815 millones, el 15,2%) y de Actos Jurídicos Documentales (de 658 millones a 679 millones, un incremento del 3,2%). Unas revalorizaciones que relaciona con la aprobación de la Ley española 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal. Esta nueva norma incluye una modificación en la valoración de los inmuebles. “Hasta entonces, se hacía en base al valor real, pero a partir de ese cambio normativo, se hace en base a un valor de referencia (que se conocerá a partir de 2022). La aparición de ese valor de referencia ha hecho que prevean un aumento que puede ser del 20% o 30% de esos impuestos”, recuerda.
Alarcón destaca, eso sí, un aumento importante en los ingresos por impuestos propios ambientales (emisiones de CO2 en vehículos, o sobre instalaciones que afectan al medio ambiente), pues son de reciente creación. Pasarán de 117 millones 318 millones de euros en el cuadro de ingresos de las cuentas públicas catalanas, las primeras tras el estallido de la pandemia, que se empiezan a tramitar.