“Efectivamente, el ayuntamiento no nos ha facilitado todavía la información, petición que le hemos reiterado posteriormente”. Así informa el Síndic de Greuges de la negativa del consistorio de Puigcerdà (Girona) a informar sobre su política de integración de la inmigración. La nota del equivalente al defensor del pueblo catalán responde a una queja de la Associació Cultural de Nous Ciutadans a la Cerdanya, creada en 2008 con la finalidad de impulsar la integración de los inmigrantes en la sociedad catalana en general y en esta comarca, en particular, así como fomentar el acercamiento y los intercambios entre las culturas de los países de origen y la cultura local.
El ayuntamiento, cuyo alcalde es Albert Piñeira (Junts per Catalunya), rechaza mantener cualquier tipo de comunicación con esta entidad, según denuncian en un escrito enviado al Síndic, a diferencia de otras asociaciones de inmigrantes, creadas más recientemente y que formaron parte de la lista de JxCat en las elecciones municipales de 2019.
Sin relación con el ayuntamiento
La asociación, presidida por Juan Amaro, especifica que “nunca ha solicitado subvenciones, hemos cubierto las actividades con fondos propios o con recursos de terceros”, como cursos de catalán a través de empresas de la zona. Lo que pretende la entidad, añaden en su queja, es mantener una relación fluida con el ayuntamiento que, por otro lado, les excluye de la organización de una fiesta multicultural que se celebra cada año en la villa, cuyo coste asciende a unos 13.000 euros. “La intención es la misma que hace ya al menos ocho años: mejorar la fiesta, pero también conocer cómo se gasta el dinero destinado a la fiesta, ya que jamás se nos ha dicho y vemos muchas asimetrías a la hora de las participaciones”.
Según Amaro, “la colaboración interacción, etcétera, solo funciona con aquel colectivo de peso demográfico que se refleja en las urnas, mientras que al resto se le discrimina. No existen ni llamados, ni propuestas para trabajar de cara a la integración. No existe voluntad de informar ni de demostrar transparencia”. El ayuntamiento no ha respondido a las preguntas de este medio sobre esta queja.
Vínculos con JxCat
Amaro se refiere a las vinculaciones de Piñeira con una asociación de peruanos, creada recientemente, a la que pertenece Paco Pasapera, quien ocupó el puesto 12 en la lista de Junts per Puigcerdà en las elecciones municipales. También mantiene relaciones con la Asociación de Bolivianos en la Cerdanya, prácticamente inactiva.
Otros partidos también han incorporado a nouvinguts, como es el caso de ERC, que contó con Adelita Herrera como número 8 --es miembro de la Sectorial de Ciudadanía y Migraciones del partido--, o Sheila Patricia Vocal, número dos de Compromís per Puigcerdà-Candidatura de Progrés (CP).
Ciudadano Amaro
Amaro ha trasladado su malestar a los medios locales. Suele hacerlo para denunciar las injusticias sociales que, a su juicio, se cometen en este municipio. “Hasta hace dos meses los inmigrantes contaban desde el ayuntamiento con el servicio de una técnica en acogida pero, debido al bajo sueldo percibido (salario de media jornada, pagado con fondos europeos) la empleada se vio obligada a renunciar . Este cargo no se ha cubierto ni se ha convocado ningún concurso público”, escribe en La Valira.
“Escritos como este son el motivo por el que este señor cierra las puertas a una asociación que jamás mezcló política con integración, condena a una asociación porque su presidente le planta cara”, asegura Amaro a Crónica Global.
La Associació Cultural de Nous Ciutadans a la Cerdanya está integrada por ciudadanos procedentes de Bolivia, Colombia, Argentina, Uruguay y Camerún. Según Amaro, la comunidad de inmigrantes ha aumentado sensiblemente en los últimos años. Numerosos negocios regentados por personas procedentes de 50 nacionalidades --talleres, empresas de pintura, restaurantes, bares, discotecas…-- aportan a Puigcerdà más de 40 millones de euros. Dos colonias han crecido especialmente en tres años, la marroquí y la colombiana. Se calcula que hay 2.200 residentes que no tienen la nacionalidad, a los que hay que sumar unos 700 que sí tienen. Todo ello representa un 23% del total de vecinos de Puigcerdà.