Asistentes a la manifestación por el 1-O en Girona, con una pancarta contra sus dirigentes: 'Nosotros decidimos, políticos traidores / GLORIA SÁNCHEZ - EUROPA PRESS

Asistentes a la manifestación por el 1-O en Girona, con una pancarta contra sus dirigentes: 'Nosotros decidimos, políticos traidores" / GLORIA SÁNCHEZ - EUROPA PRESS

Política

El cuarto aniversario del 1-O certifica la desmovilización del independentismo

La indiferencia de la ciudadanía ante las movilizaciones convocadas contrasta con la hiperactividad de los dirigentes de la Generalitat y de sus asociaciones afines

1 octubre, 2021 22:51

La conmemoración del cuarto aniversario del referéndum ilegal y unilateral de secesión del 1 de octubre de 2017 en Cataluña pasó este viernes con más pena que gloria y con la constatación, una vez más, de la notoria desmovilización del independentismo en el último año. La pasividad general de sus simpatizantes --un insignificante grupo de los cuales protagonizó disturbios con la quema de contenedores en el centro de Barcelona-- contrastó con la hiperactividad de los impulsores del procés: esto es, los dirigentes de la Generalitat y sus partidos --ERC, JxCat y la CUP-- y asociaciones afines --ANC y Òmnium Cultural--, omnipresentes en los actos repartidos en diversos puntos de la geografía catalana. 

En Barcelona, apenas medio millar de personas acudieron a la llamada de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), que tras concentrarse por la tarde en la Plaza Francesc Macià, posteriormente se dirigieron al centro de la ciudad por la avenida Diagonal. Una vez frente a la comisaría de Policía de Vía Laietana, un grupo de radicales se enfrentó a los Mossos d'Esquadra lanzándoles huevos y basura, y haciendo algunas barricadas y quemando contenedores, también en la plaza de Urquinaona, escenario en 2019 de violentas escenas en las protestas contra la sentencia del procés.

En Girona, unas 700 personas marcharon por la ciudad y terminaron su movilización ante la subdelegación del Gobierno, donde encendieron velas y leyeron un manifiesto, tras lo cual algunos de ellos tiraron petardos antes de dispersarse. En Tarragona, los 400 manifestantes terminaron en la plaza Imperial Tarraco, mientras que en Lleida se convocó una concentración estática, también poco concurrida.

Contenedor ardiendo en la plaza Urquinaona de Barcelona / EUROPA PRESS

Contenedor ardiendo en la plaza Urquinaona de Barcelona / EUROPA PRESS

En otro de los actos más significativos de la jornada, organizado por la Assemblea Nacional Catalana en la denominada "Cataluña norte" --sur de Francia--, otros centenares de personas participaron en un "desfile de urnas" hasta Figueres. En ese punto intervino por videoconferencia el expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, así como el diputado de JxCat Joan Canadell, la presidenta del Parlament Laura Borràs, o el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, entre otros.

Declaración institucional

Estos dos últimos, muy madrugadores, ya intervinieron a primera hora de la mañana en un acto organizado por el Govern en pleno, ante el Instituto Ramon Llull de Barcelona --uno de los lugares donde se celebró la votación ilegal de 2017--. En ese escenario, leyeron una declaración institucional y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, insistió en que en Cataluña se "volverá a votar" --pasando por alto que esto ya ocurre con frecuencia, entre elecciones generales, autonómicas y municipales--, y reiterando su demanda de realizar un referéndum de "autodeterminación" para separar a Cataluña del resto de España, defendiendo "forzar la negociación con el Estado, pero no sólo".

En su intervención en ese acto, sin apenas público, los presidentes de la ANC y Òmnium, Elisenda Paluzie y Jordi Cuixart, reiteraban su exigencia de "unidad" a sus partidos afines --ERC y JxCat, socios en el Govern, y la CUP--, y poner fin a su evidente división. Algo a lo que también apeló uno de sus principales causantes, el expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, en uno de sus discursos del día desde su residencia en Bélgica. 

Cuixart exige al Estado "que pida perdón"

Cuixart, indultado antes del verano al igual que el resto de dirigentes del procés tras haber sido condenado por sedición, marcó distancias con Aragonès apuntando en otro acto por la tarde que "la negociación no será posible si el Estado no pide perdón".

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, protagonizó una de las anécdotas del día entregando al Museo de Historia de Cataluña la medalla de honor que la mayoría secesionista en la Cámara catalana otorgó a los "represaliados" del 1-O.