Los festivales celebrados a principios de este verano en Cataluña han resultado ser menos seguros de lo que se hizo creer. De los 49.570 asistentes al Vida, el Cruïlla y el Canet Rock, 2.279 personas dieron positivo en Covid-19 durante los 14 días posteriores a su celebración. Así lo comunicó este miércoles la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas, que señaló que se trata de, al menos, 842 casos más de los que se esperaban.
Estos eventos musicales se realizaron en pleno auge de la quinta ola de la pandemia, que afecta a la población catalana desde la relajación de las restricciones que se hizo a pocos días de la verbena y la festividad Sant Joan. Esto acarreó un fuerte repunte de contagios, sobre todo entre los jóvenes, lo que conllevó la imposición de medidas más restrictivas. Pero el Departamento de Salud permitió esos festivales --el Cruïlla se celebraba el mismo fin de semana que se volvió a cerrar el ocio nocturno--, algo que el propio conseller de Salud, Josep Maria Argimon, ha reconocido que fue un error.
Descontrol total en el Vida
El Vida contrató a la empresa tecnológica AINA Group para que gestionara la aplicación que recogía y comunicaba el resultado de los tests de antígenos rápidos (TAR) que se realizaban para entrar al recinto, así como el personal sanitario y logístico para el cribaje. No obstante, la app falló el primer día. Según ha explicado una fuente del personal del festival a Crónica Global, esto conllevó un “completo caos”, los sanitarios optaron por irse del lugar sobre las 22.30 horas, se formaron colas de hasta dos horas e incluso hubo gente que robó tests de la carpa.
Aun así, asegura que ello no afectó a la seguridad para acceder a los conciertos, pues “no entró nadie que no mostrara su resultado negativo”. El segundo día del Vida, para evitar otra situación como la de la víspera, los organizadores optaron por un sistema manual. “Escribían un párrafo en un documento escrito en letra Arial 12 asegurando que el resultado de la prueba había dado negativo”, ha expresado la misma fuente. Esto da pie a pensar que la solución por la que se decantó el festival no fue demasiado fiable, pues cualquier persona podría haber redactado el escrito desde casa, aun sin haberse sometido a un TAR, y autoproclamarse libre de Covid-19 sin realmente saberlo para que se le permitiera el acceso.
271 positivos entre los asistentes
Por otra parte, Cabezas también ha señalado que hubo 271 personas, un 0,45% de los asistentes, que fueron a los festivales con un test de antígenos previo positivo en los diez días anteriores. Es decir, se saltaron la cuarentena obligatoria que se debe cumplir cuando uno se contagia. Al someterse a un test de antígenos rápido antes de los conciertos, seguramente éste diera negativo al no disponer de una fiabilidad completa y, a veces, se dan falsos negativos.
Los infectados accedieron a los conciertos con total libertad, donde se les permitía bailar y moverse libremente, así como quitarse la mascarilla para beber y comer. Por tanto, es muy probable que parte de los contagios registrados en estos tres festivales de julio hayan sido propagados a causa de la irresponsabilidad de estas personas. Tras conocer estos datos, Salud ha apelado a la responsabilidad individual y al cumplimiento de los confinamientos, aunque cabe recordar que son los mismos que abrieron las puertas a que ocurrieran situaciones como estas.