Fotomontaje de Carles Puigdemont y Toni Comín y la Casa de la República de fondo
La caída de Comín a los infiernos: de escudero de Puigdemont a renegado por el independentismo
El futuro político del eurodiputado pende de un hilo tras las recientes acusaciones de acoso sexual y desviación de fondos del Consell de la República
Su trayectoria ha estado marcada por la constante búsqueda de un partido donde consolidar su carrera
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Toni Comín, que fue una de las figuras relevantes del independentismo y escudero fiel de Carles Puigdemont, se enfrenta a una posible muerte política.
Las recientes acusaciones de desvío de fondos del Consell de la República para gastos personales -como denunció públicamente el rapero Valtònyc-, además del presunto caso de acoso sexual a un exasesor, sitúan al eurodiputado en la cuerda floja.
Siendo parte de la política desde hace más de una década, Comín cae ahora en la irrelevancia, renegado por el independentismo que tanto le ha acunado en los últimos años.
Más todavía tras la derrota sin paliativos en las elecciones al citado Consell, en las que apenas ha obtenido 745 apoyos (9,19%).
Su paso por el PSC
El pasado político de Comín está marcado por su constante búsqueda de un espacio donde consolidar su carrera.
La figura de su padre, Alfonso Comín (activista del PSUC), es esencial para comprender la trayectoria de su hijo. Siempre vinculado a los movimientos cristianos y de izquierdas, Toni Comín empezó su andadura política formando parte del movimiento Ciutadans pel Canvi, creado por Pasqual Maragall.
Sin embargo, al agotar los dos mandatos permitidos por la formación para no hacer de la poltrona un modus vivendi, pasó a ingresar en el PSC con Miquel Iceta.
Después de la sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 fundó su propia plataforma: Socialismo, Cataluña y Libertad, con la que aspiraba a una cuota de poder en el partido. Sin embargo, el PSC no contó con él para ser candidato, y se dio de baja.
Primeros pasos hacia el independentismo
Este cambio marcó el punto de inflexión en su carrera. Desde este espacio se fue acercando al movimiento independentista, hasta buscar cobijo en ERC y ganarse la confianza de Oriol Junqueras.
Así las cosas, su vinculación con el independentismo se consolidó. Su maniobra de transfuguismo surtió efecto en 2015, cuando fue elegido diputado del Parlament con la lista de Junts pel Sí, y nombrado conseller de Salud del Gobierno de Puigdemont, formando parte de la cuota de ERC.
Pero su relación con este partido se deterioró, y terminó alejándose de la formación republicana, acercándose a Junts per Catalunya y a Puigdemont, quien lo convirtió en uno de sus principales aliados.
El expresidente de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont, y el líder de Junts en el Parlamento Europeo, Toni Comín
Comín se implicó directamente en el proceso independentista y, tras el 1-O, se fugó a Bruselas junto a Puigdemont, y los consellers Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret. Todo ello, con una acusación de rebelión, sedición y malversación a sus espaldas.
Futuro político incierto
Comín fue una pieza clave en la creación del Consell de la República, organismo que buscaba mantener viva la llama del independentismo en el extranjero, y dar continuidad simbólica a la Generalitat destituida por el 155. No obstante, hoy la entidad está sumida en una crisis interna por culpa de la figura de Comín.
Mientras el Consell de la República se desmorona, Puigdemont opta por el silencio. El expresidente de la Generalitat fugado, que dejó la presidencia del Consell al retomar el liderazgo de Junts, ha evitado pronunciarse sobre el escándalo que rodea a su escudero.
Con una reputación en entredicho, y su papel dentro del independentismo tambaleándose, el futuro político de Toni Comín es, hoy por hoy, más incierto que nunca. Por ahora, Junts ha abierto una investigación interna por la denuncia por acoso sexual y psicológico de un exasistente.
