Los amigos de Laura Borràs conocen bien su verdadera ambición: la presidencia del Parlament no le quitaba el sueño, tampoco la presidencia de la Generalitat. Borràs “quería y quiere ser catedrática de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada”. Ese camino, el de ser catedrática, está ahora más cerca desde que ha obtenido la plaza de titular como funcionaria del Estado. Pero no será en la especialidad que más le gusta. La plaza la ha logrado en la facultad de Educación, en el departamento de Educación Lingüística y Literaria y Didáctica de las Ciencias Experimentales y de la Matemática, después de un proceso en el que han sido decisivos varios actores: el director de ese departamento, Joan Perera, la decana de la facultad, Roser Boix y el rectorado de la UB, primero con el vicerrector de profesorado, Josep Batista y luego con el propio rector, Joan Elias. Ese equipo ya no está al frente tras las elecciones en la universidad, que ganó el independentista Joan Guàrdia con el apoyo de la ANC.
Esa es la paradoja. Laura Borràs se ha visto impulsada por la coyuntura política favorable, pero se trata de una complicidad más personal que ideológica. Borràs aspiró a una plaza de profesora titular en la facultad de Filología y, posteriormente, a una plaza de agregada dentro del plan Serra Húnter. Y en las dos ocasiones no las obtuvo.
"¿Qué le hacéis a la Laura?"
La primera ocasión fue a finales de los años 90. La plaza de titular, que hubiera colmado sus aspiraciones para seguir su carrera académica, la ganó David Viñas Piquer, un referente en el ámbito académico, autor de uno de los manuales clave de su disciplina, Historia de la Crítica Literaria (Ariel). En la segunda ocasión, en 2014, cuando ya era directora de la Institución de las Letras Catalanas, tampoco lo consiguió dentro, esta vez, del programa Serra Húnter, el plan que ideó el catedrático Andreu Mas-Colell para introducir profesores contratados sin necesidad de seguir la vía del funcionariado del conjunto de España. En esa segunda ocasión se interesó por la suerte de Borràs el propio expresident de la Generalitat, Artur Mas. Los comentarios de los allegados de Borràs eran constantes: "¿Qué le hacéis a la Laura?", mientras que los académicos involucrados se ceñían a la decisión de los tribunales y a los méritos del resto de candidatos. Quien ganó la plaza de agregada fue Annalisa Mirizio.
Al no lograr la plaza de titular en 1997, Borràs se quedó como profesora asociada en el departamento de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la facultad de Filología en la UB. También fue profesora de la UOC, de estudios de Humanidades y Filología entre 1999 y 2007, y de Lenguas y Culturas de 2007 a 2009. Pero salió de forma brusca de la universidad catalana a distancia, donde entabló buena amistad con Manuel Castells, catedrático de Sociología de la UOC y actual ministro de Universidades. Y ya como diputada de Junts per Catalunya en el Congreso, en los últimos meses logró plaza como asociada en la facultad de Educación, cuya decana es Roser Boix y bajo la dirección del departamento de Joan Perera.
Educación celebra su cargo en el Parlament
Borràs, como muchos profesores que siguen esperando plaza de titular o de agregado, había tramitado la acreditación necesaria en la AQU --Agència de Qualitat Universitària-- de la Generalitat y en la ANECA --Agencia Nacional de Evaluación de la Caliudad y Acreditacón--. La plaza de titular llega tras la decisión del departamento que dirige Joan Perera, que la solicitó con el apoyo de Roser Boix, la decana, y con la aprobación del consejo de profesores de la facultad. La petición se elevó --como es menester-- al vicerrector de profesorado, Josep Batista, que la gestionó y con la firma final del rector de la UB, Joan Elias, responsables finales de autorizar o no su necesidad. Lo cual implica la correspondiente financiación y abre el proceso para la formación de un tribunal y el examen a la candidata. La plaza, finalmente, la otorga el nuevo equipo en el rectorado tras las recientes elecciones que ganó el rector Joan Guàrdia.
Todo el proceso coincide con la toma de posesión de Borràs como presidenta del Parlament. En la web de la facultad de Educación se mencionaba esa circunstancia, recalcando que Borràs era profesora de la facultad de Educación.
¿Y el sueño postergado?
El malestar creado entre el profesorado de la UB, en diferentes facultades, viene provocado por el hecho de que las plazas de titulares apenas se ofrecen. Hay facultades que no tramitan esas plazas de funcionarios del Estado desde hace más de 15 años. De hecho, la Generalitat, a través de la secretaría de Universidades, disuade a las facultades de pedirlas. La voluntad, desde la aprobación de la Ley Catalana de Universidades de 2003, que impulsó Andreu Mas-Collel bajo el último gobierno de Jordi Pujol, es que los funcionarios del Estado en las universidades se vayan extinguiendo a medida que pasan a la jubilación, sustituidos por un conjunto docente bajo contratos laborales que pueden ser despedidos.
Borràs, que ha pedido una comisión de excelencia especial como cargo electo, justo después de tomar posesión de la plaza de titular, no tendrá ese problema. Es funcionaria del Estado tras una gestión que ha causado una enorme perplejidad en el ámbito académico. Eso sí, su sueño sigue sin estar colmado: ser catedrática, pero de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en la facultad de Filología, la suya.