Alejandro Fernández, presidente del Partido Popular Catalán / EP

Alejandro Fernández, presidente del Partido Popular Catalán / EP

Política

¿Quién le mueve la silla a Alejandro Fernández?

El desafío de Sánchez-Camacho y Albiol, y las excentricidades de Bou y su oscuro asesor, complican la reconstrucción del centro-derecha catalán del líder del PPC y retan a Casado

6 marzo, 2021 00:00

Demasiados frentes abiertos. Alejandro Fernández se ha propuesto reconstruir el espacio de centro-derecha que el PP representa, pero dirigentes de su propio partido no se lo están poniendo fácil, tal como se pudo comprobar en el comité provincial de la formación celebrado tras las elecciones catalanas del 14F. Los cabecillas de esa rebelión, a la que se han sumado incómodos outsiders, tienen nombres y apellidos. Su pulso, aseguran en el partido, supone en realidad un desafío a Pablo Casado.

Tras la tormentosa reunión de la ejecutiva, en la que se llegó a exigir la entrega del acta de diputada de Eva Parera --dirigente de Barcelona Pel Canvi y número tres de la lista electoral como independiente--, Fernández (Tarragona, 1976) ha sido fiel a su habitual discreción. Fuentes de su entorno aseguran que el presidente del PPC ha decidido no darle demasiadas vueltas al asunto, y recuerdan que “cuando el resultado es malo, todo son problemas, lógicamente”. ¿Cuáles son sus objetivos? “Toca recuperarse, tomar impulso de nuevo. Fuimos capaces de hacerlo tras las elecciones de 2017 y sólo se torció el asunto en la campaña electoral. Ahora toca recuperar el proyecto con paciencia y mucho trabajo”, afirman.

 

 

Josep Bou: "O se van ellos o me voy yo" / CAFÈ D´IDEES

Una buena campaña

Los populares han pasado de cuatro a tres escaños, al perder a su diputado por Tarragona. Es decir, que seguirán en el grupo mixto, cuando el objetivo de Fernández era lograr grupo propio. Hasta sus adversarios más acérrimos aseguran que hizo una excelente campaña. En positivo, aunque con la suficiente contundencia para pararle los pies a Vox en los debates televisivos. Pero no fue suficiente. La extrema derecha ha irrumpido en el Parlament con 11 diputados. Las encuestas de intención de voto daban al PP hasta 8 representantes en la Cámara catalana.

“Vimos como, en mitad de la campaña, los tracking caían en picado con el caso Bárcenas”, asegura un miembro del PP. Se refiere a la decisión del extesorero nacional del partido, Luis Bárcenas, de tirar de la manta. No obstante, en la formación se barajan otras causas del hundimiento. Por ejemplo, la falta de trabajo en el territorio por parte del líder del PPC --algo que también se ha atribuido a otros expresidentes del partido, como Josep Piqué-- o a la excesiva presencia de Casado, quien criticó las cargas policiales del referéndum del 1-O. Una postura que no agradó al votante más “belicoso” contra el procés, según palabras del experto en movimientos de extrema derecha, el doctor en Historia por la Universidad de Barcelona Xavier Casals. Asimismo, el cese del número dos del partido, Daniel Serrano, tras ser acusado de acoso, tampoco ayudó a lograr la remontada.

Intervenciones de Albiol y Sánchez-Camacho

Otro militante del PPC denuncia la falta de implicación del principal dirigente municipal que tiene actualmente el PPC, el alcalde de Badalona (Barcelona), Xavier García Albiol. Que en esta gran ciudad metropolitana, donde el PP arrasa en las elecciones municipales, el partido haya pasado de un quinto puesto al séptimo “indica que algo falla, que Albiol no se ha implicado en la campaña”.

No solo eso. Según ha podido saber Crónica Global, el alcalde y expresidente del PPC fue uno de los dirigentes que, junto a Alicia Sánchez-Camacho, pidieron la devolución del acta de diputada a Parera en esa convulsa reunión de la ejecutiva popular. Que las relaciones entre Albiol y Fernández no son buenas es un secreto a voces. De ahí que la foto que ayer publicó este medio, en la cual el primer edil de Badalona posa junto a Josep Bou, presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, está cargada de simbolismo. Se da la circunstancia de que Bou se está convirtiendo en un serio problema para Fernández.

Las excentricidades de Bou

“Le falta hacer un partido unido y hay personas con nombres y apellidos que deberían salir de forma inmediata. No diré quiénes, pero sí que daré una primicia: o salen ellos o salgo yo. Y eso sí que se lo puedo garantizar porque, si no, no tiramos para adelante", manifestó Bou.

Bou no está afiliado al PP, al igual que Parera y Lorena Roldán --en la formación se da por hecho que la exlíder catalana de Ciudadanos acabará siendo militante--, y logró contra todo pronóstico que los populares obtuvieran representación en Barcelona en las elecciones municipales de 2019. Pero la convivencia con Óscar Ramírez, concejal que sí milita en el PP, se ha vuelto insostenible desde hace meses. Hasta el punto de que no se dirigen la palabra. En los mentideros municipales se asegura que Luis Barroso, que ejerce como jefe de gabinete de Bou, es una mala influencia. Los desafíos a Pablo Casado, que ha cerrado filas con Fernández, han sido contínuos. El empresario arremetió contra el origen argentino de Cayetana Álvarez de Toledo e insinuó que los candidatos del PPC deberían tener apellidos catalanes.

"Serenidad y trabajo"

“Llegará un día en que Bou y Ramírez voten diferente en el consistorio. Ya ha estado a punto de ocurrir. Finalmente habrá cisma”, explican fuentes municipales. Pero las cosas no son tan sencillas. Al no estar afiliado al PP, el partido no puede tomar ninguna medida. Pero es que, además, si se forzara a Bou a ser concejal adscrito, Ramírez también lo sería, ya que no podría tener grupo municipal. Por tanto, el PP perdería la marca del partido, las subvenciones que le corresponden y sus asesores.

El núcleo de confianza de Fernández sabe perfectamente cómo actuar ante estas tormentas postelectorales. “La fórmula que funciona es la serenidad, trabajo y no dejarse llevar. Ahora lo primero es saber si habrá o no legislatura, qué tipo de Govern saldrá y a partir de ahí, diseñar una estrategia”, afirman.