'Ara canvi, ara president Iceta': así se fraguó el cambio de sillas en el PSC
El ahora ministro de Política Territorial decidió dar un paso atrás al reconocer que había llegado a su techo electoral y dejar paso a Illa como su sucesor en Cataluña
27 febrero, 2021 00:00Ara canvi, ara president Iceta. Así rezaba el cartel de la campaña del PSC para las elecciones del 14F que no llegó a la calle. El primer secretario, Miquel Iceta, empezó a tener sus dudas sobre su papel en los comicios en julio de 2020. Los socialistas habían elegido la palabra “cambio” como base de la campaña, ¿pero él lo representaba? El leitmotiv dio que pensar al candidato. Más aún desde que un cualitativo del partido que se mantuvo en la discreción indicaba que no era el que mejor lo representaba. Este análisis solo lo conocieron Miquel Iceta y Salvador Illa, ya que daba una conclusión demoledora.
Iceta se fue de vacaciones unos días ese verano. Al volver a primera línea, la segunda ola de la pandemia dejó en un cajón sus cavilaciones sobre las elecciones catalanas. Pero en su cabeza le daba vueltas una idea que no podía consultar con nadie. Al final, se decidió y pidió una entrevista con el presidente, Pedro Sánchez. Fue a la Moncloa el jueves 19 de noviembre. En el encuentro, Iceta le explicó al líder del PSOE el resultado del cualitativo y lanza su propuesta: “Si la idea de cambio no la represento yo, sería conveniente que Salvador tomara el relevo. Al menos, deberíamos estudiarlo”.
Respuesta inmediata de Sánchez
Miquel Iceta, hoy ministro de Política Territorial, se quedó sorprendido con la respuesta de Pedro Sánchez: “Lo he pensado y lo veo bien”. Pensó que el presidente tenía los mismos datos y había reflexionado sobre la cuestión antes de que él se la comunicara, porque la respuesta fue inmediata.
Sin embargo, Sánchez le puso tres condiciones que debía cumplir. “No podemos decir nada hasta final de año porque existe el riesgo de que pase algo y no se pueda hacer”, explicó. “La primera es que los presupuestos estén aprobados para que ERC no entre en pánico y los ponga en cuestión; la segunda, que hayamos hecho público el plan de vacunación y una tercera, es que el balance anual del presidente ya se haya presentado”. Al final, esta comunicación se organizó para el 29 de diciembre. Un día después, el 30, se hizo pública la candidatura de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat.
Illa, sorpresa en Sanidad
Después del almuerzo con el presidente, Iceta se fue a ver a Salvador Illa al Ministerio de Sanidad y le trasladó la conversación. El ahora ganador del 14F se quedó parado. Y pidió al primer secretario del PSC 24 horas para responder.
El 20 de noviembre, le dio el sí. Ambos se conjuraron para mantener el silencio. En el partido catalán solo se lo comunicaron a Eva Granados, la número tres y responsable del grupo parlamentario. En el PSOE, tampoco lo sabía nadie, a excepción de Iván Redondo y su mano derecha, Paco Salazar. Illa solo se lo dijo a su jefe de gabinete, Víctor Francos, nombrado esta semana secretario de Estado de Función Pública en el ministerio de Política Territorial y Función Pública.
El verdadero comité de campaña
Este grupo se convirtió en el verdadero comité de campaña que convivió con otro grupo, el oficial, que intentaba elaborar una estrategia electoral de un candidato que no sería y que se sometía a fotos para un cartel que no vería la luz. Iceta, sin embargo, preparaba el terreno y defendió en todo momento que el camino hacia el 14F debía ser el del cambio y decía a sus colaboradores: “Nuestra gente está en esta campaña con resignación, hemos de buscar un revulsivo”.
El secreto se mantuvo hasta el final. Hasta se convocó el Consell Nacional para ratificar la candidatura de Miquel Iceta. Ese revulsivo llegó el 30 de diciembre. Esa mañana, el primer secretario llamó a varios dirigentes del partido, como la alcaldesa de L’Hospitalet y presidenta de la Diputació de Barcelona, Núria Marín, y el líder de Cornellà de Llobregat y del Baix Llobregat, el histórico Antonio Balmón, para comunicarles el cambio. En el partido la decisión sentó bien. Solo algunas voces pensaron que no era la hora de Illa y que se podía quemar antes de tiempo, pero no se opusieron.
Techo electoral
Las mejores encuestas de Iceta situaban al PSC en 27 diputados. Se crecía y mucho, pero no se jugaba para estar en la final. Se necesitaba una patada en el tablero --“una frase que encanta a Iván”, tal y como indican desde la formación-- y estaba preparada. Con Illa, las encuestas se dispararon.
Aunque la mano derecha de Sánchez siempre dijo que 34 diputados era a lo máximo que se podía aspirar, las primeras encuestas fueron más allá. El 1 de febrero el tracking se situó en 36 diputados, con tres representantes en Lleida y otros tres en Girona.
Diseño de la campaña
Al final, se ganó en votos y se empató en escaños. El PSC no soñaba con este resultado desde 2008, la última campaña que ganó en Cataluña.
La actual estaba definida hasta el último detalle sobre la base de que sería una carrera de “todos contra Illa”. Y así fue. La estrategia se diseñó con la idea de no perder la iniciativa. Illa preparó los debates con el equipo habitual del PSOE, Miguel Barroso y José Miguel Contreras. Al final, consiguió una victoria en Cataluña que por ahora no le llevará a la presidencia autonómica. Pero se ha roto el techo electoral y se han ganado votos, algo inaudito en las prospecciones de verano.