Joana Ortega: "No me arrepiento de haber escuchado a los ciudadanos el 9N"

--¿Se arrepiente de algo?

--No, cuando uno está convencido, y yo también lo estoy, de que hay que escuchar a los ciudadanos. En el caso de la consulta del 9N, más de 2,3 millones se expresaron de una forma libre, festiva y democrática. Yo no creo que desde la política no debamos hacer este ejercicio de escuchar a la gente cuando es un mandato parlamentario. Lo que creo que es un error es la respuesta, que creo que debe ser política, no puede ser ni policial ni judicial. La democracia solo crece a base de más democracia.

--Visto cómo el Estado reaccionó, cree que la solución al conflicto independentista sigue siendo un referéndum.

--Hay dos aspectos. Uno es el contexto social y económico que vivimos, y debemos dar solución a los problemas que tiene la gente, que son muchos, y ,por tanto, hay que ayudar a la gente a la reactivación económica. Hay sectores que lo están pasando muy mal, no pueden pagar las facturas. Es una prioridad que debemos resolver. Pero tampoco podemos olvidar que hay más de dos millones de personas que en su momento expresaron esta necesidad de decidir su futuro. Y aquí la respuesta está en la política. Por tanto, desde el PDECat decimos que hay que dar respuesta a las necesidades que afectan a las personas, pero también buscar una respuesta política a quienes desean un futuro mejor para nuestro país. Yo entiendo la independencia como un instrumento para tener mayores cuotas de bienestar para las personas. Hay que compaginar ambas cosas. Pero siempre he creído que no se puede ir a la política desde la confrontación, hay que ir desde el diálogo, ir a los mecanismos políticos.

-¿Cree que el procés ha provocado fractura social?

--La relación Cataluña-España, que aunque parece que estemos en galaxias diferentes, ha provocado grietas importantes. La lengua nunca ha sido un problema, las escuelas han sido un ejemplo de inmersión lingüística. Somos un pueblo emprendedor, hemos sido motor económico en Europa. Pero nos faltan infraestructuras, las que se prometen no se ejecutan, y eso nos va debilitando en un mercado globalizado. Queremos que la gente venga a invertir en Cataluña. Se ha dado mucha responsabilidad al procés, que es una reivindicación política de poder decidir. Queremos más recursos, marcar nuestro futuro. El déficit fiscal afecta a la calidad de vida de las personas. El gran error de todo esto ha sido querer judicializar la política.