El 'otro Aragonès' prepara a los ultras catalanes para las elecciones del 14F

Aragonès atiende a este medio en plena tormenta política por el flirteo del vicepresidente del Parlamento catalán, Josep Costa, con formaciones supremacistas catalanas. ¿Es Aliança Catalana una de esas marcas? "No. Somos liberales-conservadores. Pero en Cataluña se ha movido el debate político a la izquierda por influencia de la CUP. A todos los que nos situamos en los principios de orden y ley y economía de mercado nos llaman ultraderecha", se queja.

"¿Inmigración? Solo cualificada"

En efecto, Aliança Catalana propugna el imperio de la ley --mano dura con la okupación, por ejemplo-- y la retracción del Estado en la economía. ¿Su tercer principio? "Control fronterizo, como ocurre en Canadá o Estados Unidos", avisan. ¿No es ello xenofobia abierta? "En absoluto. Entendemos que una economía basada en los servicios como la catalana no puede absorber más inmigración. Si puntualmente acude un inmigrante o demandante de asilo cualificado puede llegar, claro está. Pero la clave está en la formación y que pueda garantizar su propio sustento", avisa el otro Aragonès.

"Construye el muro", tuitea Jordi Aragonès, en referencia a una valla contra la inmigración como la que prometió Donald Trump en EEUU / CG

Aliança Catalana es aún una perfecta desconocida. Rompió con el polémico Front Nacional de Catalunya (FNC) en marzo de este año. El divorcio se llevó el único activo del trumpismo catalán hasta la fecha: una concejalía en Ripoll (Girona), en manos de la nacionalista extremista Sílvia Orriols. Esta madre de familia numerosa se ha convertido en una suerte de azote del islamismo y de los partidos independentistas tradicionales desde la cuna de la catalanidad atávica y, también, el pueblo en el que crecieron los terroristas que atentaron en Las Ramblas el 17 de agosto de 2017.

"Proclamaron la independencia y se marcharon"

Precisamente, los ultras catalanes abogan por reforzar el control fronterizo como medida contra el islamismo radical. Aseguran que "les gusta la ley de Extranjería" nacional, "por mucho que sea española". "Si sirve, sirve, sea quien fuere que la haya promulgado", admiten. Otro eje de su discurso es el territorial. "Los partidos tradicionales independentistas proclamaron la independencia en 2017 y se marcharon. No emitieron decretos para los funcionarios. No tomaron el control del territorio", se queja Aragonès.

Uno de los mensajes preelectorales de la concejal de Aliança Catalana, Sílvia Orriols / CG

¿Independencia de Cataluña a la fuerza? "No entramos en la fuerza o no. Abogamos por la secesión catalana mediante el control del territorio", razona abiertamente Aragonès. Ello sitúa a este partido en el irredentismo nacionalista, una postura ultramontana que ha encontrado cierto eco en Junts per Catalunya (JxCat), el partido del expresidente catalán huido, Carles Puigdemont. En esta tesis se sitúa el único partido independentista derechista, ultra o no, con representación institucional. ¿Se presentarán a las elecciones del 14F? "La militancia decidirá. Lo prioritario es expandirse territorialmente", desliza Aragonès. Por si acaso, ya se han presentado y su rostro público, Orriols, emite mensajes con claro acento preelectoral.

Movimiento contra la Intolerancia: "Son xenófobos"

Por si Aliança Catalana concurriera a las autonómicas del 14F, Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, manda un mensaje de aviso. "Conocemos este espacio político desde hace tiempo. Por mucho que acuñe marcas nuevas, su pensamiento es el de siempre. Xenofobia, cuando no racismo abierto. Son formaciones supernacionalistas catalanas que nada tienen que envidiar con los grupos neofascistas del resto de España", avisa el activista propluralidad.

Ibarra subraya que Aliança, o el FNC, con quien se reunió el propio Josep Costa (JxCat), número dos del Parlamento catalán, "son herederos de los llamados escamots, enarbolan la bandera negra, con el mensaje que ello lleva implícito: ultranacionalismo hasta las últimas consecuencias".

"Detestan la tolerancia"

El activista proderechos humanos opina que el pequeño espacio político ultra catalán, igual que el nacional o el internacional, "detesta la tolerancia; su matriz de pensamiento es azuzar cualquier elemento para el conflicto. Un ejemplo: tienen una relación con la lengua autócrata y despótica, cuando no hostil, hacia el no hablante. Ello es la antesala al odio, la discriminación y, a veces, la violencia".

¿No son estos grupos liberal-conservadores, como asegura el otro Aragonès? "Búscame cualquier grupo de ultraderecha en España, Francia o Italia --continúa Ibarra-- y verás que sus mensajes son más taimados que en el pasado. Se llaman patriotas, pero su patriotismo lo confrontan con la diversidad. Su patriotismo pivota sobre una única identidad. Que colocan por encima de las personas y sus derechos individuales. Si tienes otra identidad distinta, o varias, te excluyen". Plantea Ibarra una pregunta a quien le quiera escuchar. Dígame: ¿qué diferencia ve usted entre el Front Nacional, o Aliança Catalana, y España 2000 o Democracia Nacional? Son lo mismo", apostilla.