La investigación del titular del Juzgado de Instrucción número uno de Barcelona, el magistrado Joaquín Aguirre, en el marco de la operación Voloh, ha dejado en evidencia al expresidente de la Generalitat Quim Torra. Y puede arrastrar con él a su mentor político, Carles Puigdemont, y a su proyecto de confrontación con el Estado.
Los juristas discrepan sobre si las acusaciones de malversación, prevaricación, blanqueo y tráfico de influencias a la veintena de políticos y empresarios implicados se sustanciarán en condenas. Pero, más allá de desenmascarar el desvío de fondos públicos al independentismo, nadie duda de que las escuchas telefónicas suponen un torpedo a la línea de flotación de la imagen de Torra. De ellas se infiere el pésimo concepto que de él tenían los dirigentes independentistas del entorno del expresident fugado, quienes temían que las actuaciones de Torra al frente del Govern podían repercutir negativamente en el futuro de JxCat.
“Subnormal profundo, ignorante, imbécil”
El más crítico con Torra es David Madí. El ex mano derecha de Artur Mas, ex alto cargo de CDC y actual presidente de Aigües de Catalunya anunció en 2010 que abandonaba la política para dedicarse a sus negocios de asesoría. Pero los pinchazos ordenados por el juez desmienten esa versión. Madí se muestra en la conversaciones como uno de los principales cerebros del procés y un estratega muy cercano a Puigdemont.
El conseguidor --como muchos le califican por su capacidad para mediar a la hora de facilitar adjudicaciones públicas en Cataluña-- fue especialmente duro con Torra. En septiembre pasado, Madí le tildaba de “subnormal político profundo” y decía que “Torra es una cabra loca y ahora va por libre. Un subnormal directo, un ignorante y un imbécil” Unos insultos que, en todo caso, también dedicó al líder de ERC, Oriol Junqueras (“tiene un punto de desequilibrado”), y al del PDECat, David Bonvehí (“un trozo de carne que es un auténtico subnormal”).
“Le viene grande [el cargo]”
Lo que más le molestaba a Madí, y a todo el sanedrín independentista, era que Torra tratase de tomar decisiones sin consultar a la cúpula en la sombra del movimiento secesionista.
“No está preparado. Le viene grande [el cargo]. No entiende que es un hombre accidental, que no tiene legitimidad”, decía el muñidor del procés sobre el presidente autonómico poco antes de su inhabilitación.
Puigdemont, “en contra” de Torra
Al estado mayor de Waterloo no le gustó la remodelación que Torra realizó en el Govern hace dos meses, al cesar a los consejeros Miquel Buch (Interior), Àngels Chacón (Empresa) y Mariàngela Vilallonga (Cultura) --“el loro aquel con laca”, según Madí-- y sustituirlos por Miquel Sàmper --a quien Madí ordenó “no hacer nada” hasta hablar con él porque “no tiene ni puta idea de nada”--, Ramon Tremosa --un “gandul”-- y Àngels Ponsa --“una tía que ayuda seguro”--, respectivamente.
Madí aseguró que Torra “tiene en contra a Carles [Puigdemont], Artur [Mas], a Jordi [Sànchez], a mí y a su puta madre, ¿vale?”. “El día que se acabe esto hay una avioneta que saldrá disparada hacia Guantánamo”, añadía. Y se mostraba resignado a que “durante estos seis meses hay que convivir con este [Torra], que ya ha quemado su cartucho, que podía hacer con la putada de las elecciones”.
Las “animaladas” de Torra
El talibán Madí --así lo definió La Vanguardia en 1998, al incluirlo entre los jóvenes ultranacionalistas de CDC que más futuro tenían-- insistió en que Torra “se los folla” --a los consejeros destituidos-- “porque le han llevado la contraria o no le han dejado hacer sus animaladas”.
Ante estas actuaciones, el ideólogo nacionalista lamentó que todo lo relacionado con el ejecutivo de Torra era “tóxico”. “Es una agonía este Govern, aquí no manda ni Dios", alertó.
“Va por libre”
En las conversaciones intervenidas queda claro hasta qué punto mandaba Madí. Casi nada se hacía en el entorno de Puigdemont sin su consentimiento. De hecho, él mismo maniobró para que Jordi Sànchez fuese elegido secretario general de JxCat, aunque también admitió que “si un día se tiene que hacer un follón de narices, nadie tiene ni puñetera idea de cómo hemos de materializar la independencia”.
En todo caso, el propio Sànchez le dijo que “Torra va por libre” y que fue incapaz de “evitar” la purga de consellers con la que no estaba de acuerdo.
“Está loco, es un histérico”
Los pinchazos también revelan la preocupación y malestar que el expresident inhabilitado generaba en el mundo empresarial, lo que podía repercutir en una retirada de apoyos del ámbito económico a Puigdemont y a JxCat. En una llamada entre Madí y el presidente de la Fira de Barcelona, Pau Relat --vinculado a JxCat--, éste se mostraba angustiado por las decisiones de Torra, y consideraba que “está loco” y que “es un tío histérico que no piensa antes de actuar”.
Relat lamentaba el cese de Chacón porque ejercía de “dique de contención” frente a las ideas irracionales del expresidente autonómico, entre las que incluía el intento de restar peso institucional a patronales y sindicatos para dárselo a las cámaras de comercio. De hecho, el empresario señaló que “Torra está enloquecido con Canadell”, el presidente ultraindependentista de la Cámara de Comercio de Barcelona.
De “tonto útil” a “peligrosísimo”
Relat profundizaba en su desprecio a Torra. “Este hombre debía ser un tonto útil, ¿de acuerdo? Y se ha creído en el cargo, ¿me explico? Y es peligrosísimo. Es como darle una metralleta a un mono. ¿Me explico? Hostia, perdóname”, le decía a Madí.
Respecto a las destituciones de consejeros, el presidente de la Fira fue aún más contundente. “Son unos incompetentes y están haciendo lo mismo que están criticando, que parece lo de los nazis a los judíos”, apostilló.