La ‘embajadora’ catalana en Berlín alquiló su masía de forma ilegal
Marie Kapretz y su marido ofrecieron en Airbnb una vivienda en suelo protegido sin contar con autorización municipal
7 noviembre, 2020 00:00La representante de la Generalitat de Cataluña en Alemania, Marie Kapretz, alquiló durante meses su masía de Cercs (Barcelona) sin contar con ninguna licencia turística. Anteriormente, había ejecutado numerosas reformas en el edificio vulnerando el plan de ordenación urbanística municipal (POUM) de la localidad del Berguedà.
De hecho, estas obras están siendo investigadas por la fiscalía para esclarecer la comisión de un posible delito de prevaricación por parte del Departamento de Territorio. El ministerio público ha abierto diligencias para averiguar si la Administración autonómica dispensó un trato de favor a Kapretz al revocar una orden de derribo.
Kapretz se saltó las reglas
No solo esto, sino que el Juzgado Contencioso Administrativo 4 de Barcelona dictaminó a principios de octubre que las remodelaciones habían contravenido de forma efectiva la legalidad y avaló su demolición para restaurar la legalidad urbanística. Un varapalo tanto para la delegada como para el gobierno autonómico, que corre el riesgo de terminar ante los tribunales si prospera la investigación de la fiscalía
Pero, además de estas reformas bajo sospecha, Crónica Global ha tenido conocimiento de otras presuntas irregularidades ocurridas en la finca rústica de Cal Curt. Como atestiguan los documentos a los que ha accedido este medio, durante 2017 la alta funcionaria ofreció su residencia, ubicada en suelo protegido, en el portal de alquiler vacacional Airbnb.
Sin permiso para alquilar la masía
Para ello, ni Kapretz ni su marido pidieron permiso al gobierno municipal. Solo cuando el ayuntamiento tuvo conocimiento del uso que el matrimonio estaba dando a su domicilio los amonestó para que regularizasen la situación del inmueble.
Para entonces, la pareja ya se había trasladado a Berlín después del fulminante ascenso de Kapretz a la diplomacia de la Generalitat. La hasta entonces concejal de ERC fue nombrada por el exconsejero Raül Romeva como representante de la Generalitat en el país teutón. En una carta firmada el 31 de julio de 2017, el Ayuntamiento de Cercs requirió por segunda vez a los propietarios que aportasen toda la documentación pertinente para ofrecer la masía como alojamiento turístico.
La regularización nunca llegó
El mensaje del ayuntamiento fue claro: "No disponéis, a día de hoy, de licencia municipal para destinar la casa rústica (...) como alojamiento turístico". El oficio fue firmado por el propio alcalde del municipio, el convergente Jesús Calderer, que reclamó la tramitación urgente de la autorización.
Tras este toque de atención, el marido de la embajadora envió una instancia a principios de agosto aportando la cédula de habitabilidad, el recibo del IBI y otros documentos requeridos. Para entonces, el perfil de Cal Curt en el popular portal de alquiler turístico ya había dejado constancia de las opiniones de sus visitantes.
Hecha la ley, hecha la trampa
"La casa en sí misma es muy bonita, superlimpia y con un bello jardín en la parte trasera, con vistas a la montaña. Un lugar idílico que recomendaría definitivamente", señalaba un inquilino en junio de 2017, dos meses antes de que los Kapretz iniciaran la regularización del uso turístico de la vivienda.
Fuentes conocedoras del caso señalan que el matrimonio jamás llegó a completar los trámites. En su lugar, la masía dejó de ofrecerse en Airbnb y se alquiló bajo otra modalidad para esquivar los impedimentos normativos de la localidad.