El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha decidido tomar protagonismo en la gestión sanitaria del coronavirus y, con ello, aparta a la republicana Alba Vergés como cabeza de la lucha de la Generalitat contra la pandemia. Y lo ha hecho con el apoyo del nuevo secretario de Salud Pública catalana, Josep Maria Argimon, en una rueda de prensa en la que ha pedido nuevamente a los barceloneses que se queden en casa y que sigan las medidas de protección e indicaciones políticas para evitar la dispersión del coronavirus.

En ningún momento ha dado explicaciones sobre la no presencia de Alba Vergés, a la que sí ha citado para adelantar que se reunirá con los responsables de la asistencia primario, la auténtica trinchera en estos momentos de la lucha contra la pandemia. Se ha referido a ella en los mismos términos que lo ha hecho de Aragonès y Budó, como si no tuviera un papel destacado y principal en la crisis sanitaria.

La 'consellera', degradada

Es una demostración clara de que Alba Vergés ha caído en desgracia dentro del Govern y que ha sido relevada por el propio president, que no puede cesarla --provocaría la disolución del Ejecutivo y le forzaría a convocar elecciones inmediatamente--, pero si degradarla de facto, lo que equivale a señalarla como responsable del fracaso en la gestión de la crisis. Es un nuevo paso en la guerra electoral entre los socios de Consell Executiu, JxCat y ERC.

Las declaraciones de Torra no pasan de ser una petición de responsabilidad personal, ya que el Govern no tiene competencias para obligar a los ciudadanos a restar en sus domicilios, dado que ello afecta a la libertad de movimiento, un derecho protegido. El president ha insistido en la "solidaridad" y la protección frente al coronavirus tanto personal como de cara al resto de la población, unas declaraciones que se han venido repitiendo durante las últimas semanas y que se extienden de cara a las próximas, cuando se inician las vacaciones de verano para muchos. Es decir, que la comparecencia de Torra ha servido para marcar perfil y no para comunicar novedades --no ha habido ninguna--.

Llamada al turismo

Torra ha aprovechado la rueda de prensa para hacer un llamamiento al turismo nacional e internacional al aseverar que "Cataluña es un destino completamente seguro" para las vacaciones de este año. Estas declaraciones llegan después de que varios países --entre ellos, Francia, Bélgica y Reino Unido-- hayan cancelado vuelos hacia la comunidad y activado restricciones para los viajeros que viajen desde o hacia esta región.

 

Quim Torra hace un llamamiento (en inglés) al turismo hacia Cataluña / GOVERN

El presidente ha insistido en que la evolución de los datos es "muy preocupante" y que la situación es "crítica", pero a la vez --y contradictoriamente-- ha explicado que las cifras se encuentran muy lejos de las que forzaron a recluir a la ciudadanía en sus casas durante varias semanas, en marzo. Por ejemplo, la edad media de los contagios es de 37 años y medio (es decir, que la mayoría de contagios se dan en jóvenes) y que el número de neumonías graves --indicador de posibles casos de Covid-19-- "se mantiene en cifras bajas". 

Atención primaria y hospitales

¿Cuál es, entonces, la "situación crítica” que destaca Torra? Se refiere al "gran impacto asistencial" en la atención primaria que están provocando los brotes activos en Cataluña y al temor de que éste se traslade a los hospitales. La actividad de ambulatorios y centros sanitarios de atención primaria es clave para conocer los nuevos casos y la activación del rastreo de posibles contagiados por contacto.

El president ha reconocido que el impacto del Covid-19 en los hospitales catalanes en la actualidad "no es muy importante" y que se lleva a cabo una monitorización diaria de los ingresos y altas para evitar el colapso de la sanidad pública catalana. Uno de los datos que ha ofrecido para demostrar el buen estado de estos centros es la ocupación en las unidades de cuidados intensivos (UCI): en la actualidad hay 75 personas con coronavirus ingresadas en ellas, "lejísimos" de los 1.500 pacientes que lo estuvieron "en el peor momento de la pandemia", según las palabras de Torra.

Amaga con más restricciones

Torra ha defendido que Cataluña se enfrenta a "los 10 días más importantes de este verano" de cara a la pandemia, que ante esta enfermedad "no podemos confiarnos" y que se tomarán medidas más drásticas para evitar los contagios si la situación no mejora. Por ahora, ya hay sectores como el del ocio nocturno, los gimnasios e incluso la restauración que han visto clausurada su actividad, lo que ha provocado concentraciones y quejas de los afectados contra la Generalitat.

El president ha asumido "toda la responsabilidad" de lo que ocurre en Cataluña como consecuencia del coronavirus --insistiendo, de nuevo, en su protagonismo en la gestión-- y, como líder político, tomará las decisiones "que hagan falta" --según evolucionen los datos-- "sin que me tiemble el pulso". "No me doblegará ningún grupo de presión ni ningún lobby", ha asegurado, en referencia a las voces alzadas contra un supuesto recrudecimiento de las medidas restrictivas en las zonas más afectadas.