La Generalitat no ha logrado garantizar el acceso a internet de todos los alumnos confinados por el coronavirus, lo que impide reducir la brecha digital y, consecuentemente, la segregación escolar. A cuatro días del final de curso, según los datos proporcionados por el propio Govern, miles de niños catalanes carecían de ordenadores y acceso a internet, mientras que en autonomías como Aragón o la Comunidad Valenciana se cubrieron las necesidades antes de Semana Santa.
La Consejería de Educación dice que “es una prioridad proporcionar a los centros educativos herramientas digitales y los recursos necesarios para que den continuidad, en términos de equidad y calidad, al proceso de aprendizaje al alumnado que tienen escolarizado”. Así, en el marco del Plan de acción centros educativos en línea se puso a disposición de los centros educativos de mayor complejidad y con alumnado más vulnerable toda una serie de medidas para garantizar "la igualdad de oportunidades”. Este plan estaba dirigido a alumnos que no tienen conexión a internet o que evidencian falta de dispositivos en sus domicilios.
El departamento hizo una encuesta en 3.100 centros, a la que respondieron 3.055, para conocer los problemas de conexión. En total, se incluyeron en el Plan de acción 33.584 alumnos --1.644 de la escuela concertada y 31.937 de la pública--. Así, a 25 de mayo, la Consejería entregó un total de 26.809 dispositivos y 19.082 conexiones a alumnos de centros públicos, y 845 aparatos y 1.065 accesos a internet en centros privados concertados.
“Estas cifras no son estáticas y han ido variando según los datos facilitados por los centros”, especifica Bargalló en respuesta a una pregunta parlamentaria presentada por la diputada de PSC-Units, Esther Niubó. Tanto el Ministerio de Educación, así como los ayuntamientos catalanes, participaron también en la entrega de material.
Las cifras están lejos de cubrir la necesidades de las 55.000 familias que, según el departamento, carecían de conexión digital. Los sindicatos elevaban ese número a 300.000.
“Los datos ponen de manifiesto que no han llegado ni a la cifra que ellos mismos se propusieron. Si tomamos sus datos --las casi 35.000 familias o alumnado con necesidad de conectividad o de equipos informáticos--, afirman que han llegado a 26.000 dispositivos y 19.000 conectividades, lo que da una idea de que no han dado cobertura de manera suficiente al conjunto de alumnado”, denuncia Niubó a Crónica Global.
A la cabeza en desigualdad
La socialista cree que el Govern “no ha garantizado el derecho a la educación en igualdad de oportunidades, algo que es competencia del Departamento de Educación, y a cuatro días del final de curso han mantenido un porcentaje significativo de niños y niñas descolgados de su proceso de aprendizaje”. Por el contrario, otras comunidades autónomas como Aragón o Comunidad Valenciana “ya habían distribuido en su totalidad los equipos antes de Semana Santa”.
Niubó concluye que, “de nuevo, la educación no es prioritaria para el Gobierno catalán, y llueve sobre mojado después de años de recortes no revertidos, de infrafinanciación. Una verdadera lástima”.
Los colegios catalanes cerraron el 13 de marzo debido a la epidemia de coronavirus. Pero no fue hasta el día 6 de abril que el consejero de Enseñanza, Josep Bargalló, pidió ayuda a los ayuntamientos para atender las necesidades de los menores que no tienen acceso a Internet y/o ordenadores para seguir las clases, que se reanudaron el 14 de abril. Padres y pedagogos avisaron de que ni todas las familias podían ocuparse de sus hijos durante el confinamiento ni todas disponían de internet. De ahí el peligro aumentar la segregación escolar en una comunidad que, junto a Madrid, encabeza la lista de desigualdades educativas en España.