Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha confirmado hoy viernes, 15 de mayo, que no solo mantendrá impuestos y tasas durante la crisis económica, sino que las subirá o endosará nuevos gravámenes, como la tasa de residuos que irá vinculada a la factura del agua y que pretende empezar a cobrar en julio. La primera edil ha admitido que "no está sobre la mesa" la rebaja de otras tasas diferentes a la de terrazas, que se bonificará en un 75% hasta diciembre tras una gran campaña de presión del Gremio de Restauración.

 

 

Colau en 'Els matins' / TWITTER

En declaraciones al programa Els Matins de TV3, Colau ha recalcado que "no nos planteamos quitar impuestos, quiero ser clara en esto". Según la munícipe, "una cosa son subvenciones puntuales en situación de dificultad, esto sí, pero los impuestos en general, en democracia y en todas las administraciones, son necesarios". La presentadora del espacio, Lídia Heredia, ha insistido en la cuestión. "¿Bajada de otras tasas, sí?", le ha preguntado. "Insisto, no está ahora mismo sobre la mesa porque las tasas, en general, en todos los niveles de la administración, se deben pagar", ha apostillado Colau.

Incumple un acuerdo de pleno

Con esta subida de impuestos, el equipo de gobierno de Ada Colau incumplirá el acuerdo unánime alcanzado en el pleno de abril, que se tomó mediante proposición de Junts per Catalunya (JxCat). Aquella resolución, destinada a reactivar la actividad económica en Barcelona, preveía "valorar todas las opciones de modificación tributaria" para paliar el efecto de la crisis económica en la capital catalana. Más concreto, el texto aprobado por todos los grupos, incluidos Barcelona en Comú y PSC, que conforman el gobierno municipal, preveía "apostar por la pluralidad de acciones y la flexibilidad sin renunciar, a priori, a ningún tipo de acción para hacer frente a la crisis (subvenciones, ayudas a fondo perdido, aplazamiento de tributos)".

De hecho, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, aseguró a renglón seguido tras la sesión telemática que las posibles modificaciones de impuestos se debatirían en el seno de la Mesa de Ciudad, un órgano consultivo con todos los partidos, vecinos, comerciantes y asociaciones. El cónclave se celebró el pasado 30 de abril. Lo factual es que en estos momentos el Ayuntamiento de Barcelona prepara la bonificación de la tasa de terrazas, sí, pero maniobra para endosar a 557.000 hogares el gravamen de residuos, que supondrá hasta 51 euros más al año para cada unidad familiar.

Crisis económica

El Ejecutivo local, pues, quiere que la nueva tasa de residuos entre en vigor en junio para empezar a cobrarse en julio, tal y como anunció el gobierno municipal en diciembre de 2019 y aprobó en comisión municipal de Hacienda en febrero de este año. En aquel momento, el polémico concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, ya avisó de que el impuesto se pondría en marcha en julio. Lo que no preveyeron Badia ni muchos otros es el descalabro de la economía de Barcelona por la crisis sanitaria provocada derivada de la pandemia. En la comarca de Barcelona, que comprende la Ciudad Condal más L'Hospitalet, Santa Coloma, Sant Adrià y Badalona, se han presentado más de 30.000 expedientes de despido temporal (ERTE), que afectan a más de 220.000 trabajadores.

De igual modo, la confianza de los vecinos en la economía se ha desplomado, tal y como avanzó este medio. Las malas perspectivas en este campo ya son la primera preocupación para el 40% de vecinos de la capital catalana. Seis de cada diez prevén consecuencias negativas en su puesto de trabajo al calor del envite del Covid-19.