Un repaso en toda regla. Adam Casals, exdelegado de la Generalitat en Viena, arremete contra la gestión de la Consejería de Salud ante el coronavirus. Lo hace en un articulo donde hace referencia al Plan Interdepartamental e Intersectorial de Salud Pública 2017-2020 (Pinsap) en el que, según explica, ya se advertía de la necesidad de afrontar “enfermedades infecciosas causadas por virus de nueva aparición” estrechamente ligadas a un aumento de la movilidad y a los fenómenos de globalización.
Casals, experto en servicios de asesoría estratégica y comunicación en relaciones internacionales, especializado en los países centroeuropeos y de lengua alemana, ha publicado el artículo titulado La Generalitat ignoró su propio Plan de medidas de prevención de pandemias en el portal Medium.com. No ahorra críticas hacia los miembros del Gobierno al que representó entre 2015 --año en el que fue elegido por el expresidente Artur Mas para dirigir la oficina de Viena-- y 2017 --cuando fue destituido en aplicación del artículo 155 de la Constitución por el procés--. Su padre, tal como explica en su perfil de Twitter, falleció víctima del coronavirus. Y en sus diversas publicaciones ha sido muy crítico, tanto con la gestión del Gobierno central como con el de la Generalitat.
"No paran de quejarse"
“En Cataluña no paran de quejarse y buscan el enfrentamiento constante, con declaraciones delirantes como lo de las 1.714.000 máscaras. Sin embargo, hay miles de muertes en lo que es el mayor escándalo de la democracia española. Y una parte muy importante de la responsabilidad recae en las autonomías, que tienen traspasadas las competencias”, explica en conversación con Crónica Global.
Según escribe Casals, la consejera de Salud, Alba Vergés, tuvo “22 largos meses para implementar las recomendaciones del Plan Interdepartamental”. “Ya son casi 11.000 los fallecidos por coronavirus en Cataluña, que se sitúa en el grupo que encabeza la mortalidad por habitante en todo el mundo occidental”.
“No consta que se hayan ejecutado partes esenciales del despliegue de dicho Plan, que sigue vigente hasta finales de este año, ni tampoco que se prestara atención de forma preventiva a las medidas y protocolos que se proponían, y que hubieran contribuido de forma decisiva a mitigar a los efectos devastadores de la pandemia de Covid-19 en Cataluña”.
"Problemas de salud emergentes"
El Pinsap [se puede leer en este enlace] dedica un apartado a los “problemas de salud emergentes”, entendidos como “ aquellos de nueva descripción o reconocidos como nuevos, que aparecen en zonas donde no existían o de donde habían sido eliminados, los que cambian su patrón epidemiológico y los que son de origen animal y han conseguido, saltando la barrera entre especies, adaptarse al ser humano. También se considera emergente una enfermedad que no se conocía anteriormente”.
Añade el documento que estas enfermedades “suponen un riesgo para la salud pública, pero también para el desarrollo y la estabilidad de la economía de un territorio. Su abordaje constituye un gran reto globalmente, debido a su interrelación con varios factores. Son enfermedades estrechamente ligadas a los fenómenos de la globalización y del cambio climático, que modifican la epidemiología. El aumento de la movilidad ligada a la globalización y el hecho de que las fronteras sean cada vez más abiertas han provocado que enfermedades consideradas endémicas en el ámbito territorial sean ahora epidemias sin fronteras con el riesgo de convertirse en pandemias en un mundo cada vez más interconectado”.
Las medidas que contempla el Plan de Salud
Casals recuerda que el Plan insiste en la “necesidad de trabajar de forma intersectorial y transversal” para “pasar de un sistema de vigilancia pasivo a uno activo”, basado en la “predicción y anticipación de eventos”, trabajando “en la preparación de una respuesta ante posibles emergencias de salud pública”. Asimismo, incluye una batería de medidas como son la formación de los profesionales de la salud y la atención a las medidas de protección para no comprometer la salud de los propios profesionales.
Se insiste en la “detección precoz para evitar brotes y minimizar la carga de la enfermedad”, así como en la necesidad de “desarrollar de forma anticipada los protocolos adecuados” y de “crear estructuras asistenciales preparadas para dar las respuestas adecuadas desde el primer momento”. El Pinsap defiende una “gestión adecuada de la comunicación” desde “la Administración”, evitando en todo momento “generar estados de confusión y desconfianza”.
Sin embargo, explica el autor del artículo, “la Generalitat hizo caso omiso a su propio Plan de Salud Pública. La consellera de Salud ‘comunicaba’ el 10 de Marzo que Cataluña no estaba ‘en zona de riesgo’. El Gobierno catalán tardó hasta el 24 de abril, tres meses y un día después del primer confinamiento en Wuhan, en decidirse por ‘reorientar hacia la contención del coronavirus y la reconstrucción económica’ sus presupuestos”.
“En la Cataluña post-confinada, no consta si los responsables actuales de la Generalitat se leyeron nunca su propio Plan de Salud, pero parece claro que suspenderían en los criterios de evaluación que allí se establecían”, concluye.