La portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha manifestado este martes que el envío de 1,714 millones de mascarillas a Cataluña por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez "no es casual". Se une así a la indignación que manifestó ayer el conseller de Interior, Miquel Buch, cuando señaló que la cifra era "simbólica" para el territorio, "pero también nefasta", ya que coincide con victoria borbónica en la Guerra de Sucesión.
Buch durante la rueda de prensa / YOUTUBE
Durante la rueda de prensa telemática, Budó ha señalado que la Generalitat agradece el envío del Gobierno --1.264.000 mascarillas a Barcelona, 180.000 a Tarragona, 172.000 a Girona y 98.000 a Lleida--, aunque ha deslizado: "En política no creo en las casualidades y no creo que la cifra sea casual, pero que cada uno saque sus conclusiones".
"Se ríen en nuestra cara"
La consellera de Presidència ha respaldado así a Buch, quien durante su comparecencia el lunes de Pascua subrayó ante la cifra: "No aceptaremos que se juegue con la historia de nuestros ciudadanos. Igual que no aceptaríamos que se repartieran 1.939.000 millones de mascarillas", en referencia a 1939, el año en el que finalizó la Guerra Civil. "En política nada es casualidad. No podemos admitirlo, se ríen en nuestra cara", apuntó el titular de Interior.
Una manifestación por la que el conjunto de la oposición ha cargado contra el responsable político de los Mossos d'Esquadra. Este martes, la líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, ha pedido a Buch que rectifique por hacer referencia a 1939: "Son un insulto a la memoria de todos los republicanos que se dejaron la vida".
Críticas de la oposición
Albiach se une así a Alejandro Fernández (PPC), Lorena Roldán (Cs), Ada Colau (comuns) --la alcaldesa de Barcelona señaló a través de Twitter: "Lo último que necesita una emergencia sanitaria es que haya fanáticos entre los responsables públicos que tienen que gestionarla. Los catalanes y las catalanas no nos merecemos pasar esta vergüenza ajena”-- e incluso Gabriel Rufián (ERC), que comparó las palabras del conseller con un gag del programa de sátira política Polònia.