Fuerte malestar interno en el Ayuntamiento de Barcelona por el veto al puente aéreo y al resto de vuelos de menos de 1.000 kilómetros de distáncia de la capital catalana. El Ejecutivo de Barcelona en Comú (BComú) y PSC no avisó a los 14.000 empleados públicos y directivos del consistorio del anuncio que ha hecho este martes. La directriz de que deberán apostar por el trayecto en tren si dura hasta siete horas, una norma que ha caído como un jarro de agua fría entre la plantilla municipal.
El consenso de los trabajadores públicos es que hay que reducir la contaminación, pero discrepan de la fórmula elegida por el Ejecutivo. "Es evidente que la tarea de un Ayuntamiento es contribuir a reducir las emisiones contaminantes. Y los vuelos son parte del problema", señalan los altos mandos municipales, "pero un veto total a los viajes no es viable. Los altos cargos y directivos municipales deben poder desplazarse con la máxima del ahorro de tiempo como ocurre en el sector privado". ¿A qué se refieren? "El puente aéreo se podría llegar a sustituir por el AVE sin mayor problema. Lo mismo con los trayectos hasta Valencia o los que usan la línea de Alvia", añaden los mismos interlocutores, "pero no puedes pedir a un directivo que acuda a una reunión, congreso o feria en Sevilla o París --a menos de 1.000 kilómetros y siete horas de tren-- y que se encierren en un ferrocarril para llegar a su destino", lamentan. ¿Por qué? "Porque te cargas su jornada laboral y, de paso, la conciliación laboral y familiar".
CCOO: "No tenemos ni plan de movilidad"
Desde Comisiones Obreras (CCOO), sindicato mayoritario en el Ayuntamiento, han admitido que "no habían sido informados" de la decisión de Colau y su equipo de bloquear los viajes de trabajo en avión de menos de 1.000 kilómetros si hay alternativa en ferrocarril. "Nos hemos enterado por la prensa", ha indicado una representante. ¿Qué le parece la medida? "Contradictoria. Creo que cualquier paso encaminado a combatir la emergencia climática debe ser bienvenido. Desde la parte social le daremos apoyo", avanzan, "pero por otro lado, el actual equipo de gobierno y el anterior no han siquiera elaborado un plan de movilidad para los 14.000 trabajadores municipales pese a estar en el convenio desde 2008". Según la organización laboral, el Ayuntamiento de Madrid "sí cuenta con incentivos de este tipo para sus funcionarios". Afean que en en Barcelona ni Jordi Hereu, ni Xavier Trias, ni Ada Colau han sido capaces de cerrar un paco similar.
"Imagínate a un trabajador social o a un inspector de licencias. Se pasan el día fuera de la oficina. Si el Gobierno municipal quiere combatir las emisiones, debe pensar en cómo se mueven", reclama el sindicato. También apunta a la forma en que entran "cada día 14.000 personas a Barcelona con la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Y no lo ha hecho. La mesa del pacto de movilidad jamás se reunió pese a figurar en los convenios de 2008 y 2018 y pedirlo CCOO", ha agregado. Por su parte, desde el comité de empresa de Barcelona Serveis Municipals (B:SM), el grupo de empresas del Ayuntamiento, han señalado que "tampoco fueron informados" del veto al puente aéreo y a los vuelos largos. "Los trabajadores viajamos poco, pero los directivos de las firmas municipales sí lo hacen: acuden a ferias, reuniones, congresos, simposios o intercambios de ideas con otras grandes urbes. Y hasta ahora la única directriz era viajar en clase turista", recuerdan.
Primer 'test': Fitur
Por su parte, la patronal de usuarios, empresarios y profesionales del transporte aéreo Asetra tampoco compra la medida que anunciaron Eloi Badia, concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, y Janet Sanz, segunda teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad. Ignacio Rubio, presidente de la organización empresarial, la ha tildado de "oportunista" y de "brindis al sol" por parte del Ejecutivo local. "El problema de polución de la ciudad no es el 2% de las emisiones, que es el porcentaje total de aportación del transporte aéreo a la contaminación. El problema es Mercabarna, el tráfico de camiones o el Puerto de Barcelona", describe el directivo. Según Rubio "la medida no se acompaña de estudios serios sobre emisiones" y entraña peligros. "Si fuerzas a los funcionarios municipales a coger solo el ferrocarril para los desplazamientos cortos, optarás a precios peores y alimentarás un posible monopolio", ha denunciado. Según él, las iniciativas de transición verde "deben ser escalonadas y acompañar a la ciudadanía, al contrario de lo que ha ocurrido con la ZBE".
La misma expresión, "brindis al sol", utilizó Elsa Artadi, portavoz de Junts per Catalunya (JxCat), para referirse al veto de los comunes a los vuelos de menos de 1.000 kilómetros y siete horas de tren para los miembros del gobierno local y los 14.000 funcionarios, cifra que inlcuye a los empleados de las empresas municipales y organismos autónomos. "Es poco serio que las propuestas que tiene el gobierno de Colau para afrontar la emergencia climática, trabajadas durante los ocho últimos meses, sean exigir mucho a las otras Administraciones y entidades en cuestiones que no son de su competencia, y comprometer a los concejales y técnicos municipales a no coger el avión en distancias cortas", razonó.
Cualquiera que fuera su opinión, el equipo de Colau tendrá pronto la primera oportunidad para implementar la prohibición de coger el avión. Será en ocasión de Fitur, la feria internacional de turismo de Madrid que se celebrará de aquí a siete días, a partir del miércoles 22 de enero, en la capital. Ya regirá la "emergencia climática", por lo que ningún concejal o directivo o trabajador municipal podrá acudir en el puente aéreo operado por Vueling e Iberia para promocionar el destino.