Albert Rivera, exlíder político de Ciudadanos / EFE

Albert Rivera, exlíder político de Ciudadanos / EFE

Política

Ciudadanos deja huérfanos a un millón de votantes centristas

El partido que lideró Rivera desaprovecha la posibilidad de crear un centro liberal que los expertos señalan que tendría un papel en la política española si se trabaja con persistencia

17 noviembre, 2019 00:00

La debacle. Ciudadanos, fuera de juego. Y, con la formación que ha liderado Albert Rivera, llega también el pesimismo y la derrota de una idea: debería haber un centro liberal en España, que jugara un papel decisivo, aunque su fuerza electoral fuera modesta, que parece imposible que se consolide. Los expertos, desde la ciencia política, la demoscopia y la consultoría, señalan que ese espacio existe, pero que quien lo desee debe trabajarlo con persistencia. Y es que Ciudadanos ha dejado huérfanos a un millón de votantes, los que se quedaron el pasado domingo en su casa, sin votar a nadie.

Los datos arrojan que la formación naranja, llamada en su día a jugar ese papel, desde planteamientos iniciales anclados en la socialdemocracia y luego en un liberalismo social más difuso, se dejó 2,5 millones de votos en las elecciones del 10N. Pasó de 4.136.600 votos en las elecciones del 28 de abril, a 1.637.540 votos el pasado domingo. En porcentaje de voto eso se tradujo en una diferencia entre el 15,86% del 28A al 6,79%, lo que supone un auténtico desplome.

Resultado de las elecciones en España el 10N de 2019 / CG

Resultado de las elecciones en España el 10N de 2019 / CG

La "utilidad" de un partido

Pero los estudios demoscópicos posteriores, de distintas empresas del sector, han mostrado que un millón de esos votantes no pasaron a engrosar el voto de otros partidos. Se abstuvieron, ante la “falta de utilidad” de Ciudadanos, a juicio de la consultora Verónica Fumanal. El PSOE apenas se benefició de esa caída, con unos 200.000 votos procedentes de Ciudadanos, mientras que el PP logró atraer a más de 900.000 votantes, y también Vox recibió una parte, calculada en torno a los 350.000 sufragios.

Eso implica que en el seno de Ciudadanos había votantes más de centro-derecha que de centro-izquierda, pero un millón de ellos hubiera apostado por el partido si lo hubiera visto útil, tal vez si Albert Rivera hubiera decidido una abstención tras las elecciones de abril, como ahora sugiere el hombre fuerte de Ciudadanos en la Junta de Andalucía, Juan Marín.

Cabeza fría

La pregunta es evidente. El mapa político español, bloqueado porque ni el bipartidismo se muere del todo, ni otras fuerzas políticas han sabido establecer coaliciones de Gobierno --a la espera de que el PSOE y Unidas Podemos fructifiquen su acuerdo con otros partidos de cara a la investidura de Pedro Sánchez--, ¿podría beneficiarse con un partido centrista netamente liberal que pactara a izquierda y derecha?

Las voces consultadas mantienen puntos de vista distintos, con el denominador común de que depende de la persistencia y de un líder con la cabeza fría que levante una bandera y la mantenga en el tiempo.

Votantes hipercríticos

El ensayista Juan Claudio de Ramón, próximo a las tesis liberales que ha defendido Ciudadanos en los últimos años, tiene claro que son necesarios muchos factores. “El espacio para el centro liberal existe, y de hecho está muy demandado. Pero para solidificarse necesita lo que tienen otros partidos, una infantería fiel que no deserte por una orden del general mal dada o si este le cae mal”.

Juan Claudio de Ramón, diplomático español, autor de 'Diccionario de lugares comunes sobre Cataluña' /CG

Juan Claudio de Ramón, diplomático español, autor de 'Diccionario de lugares comunes sobre Cataluña' /CG

Añade De Ramón que ese partido exigiría menos pasión y más cálculo, algo así como un partido para los más racionales: “Al menos hasta que el espacio esté consolidado, el votante de centro liberal tiene que aprender la disciplina de votar sin ilusión. Así han construido el PP y el PSOE sus suelos electorales. Esto se ve muy claro en los datos que ahora conocemos. Ciudadanos ha perdido sobre todo hacia la abstención: un votante que tenía motivos para estar enfadado, pero también es un poco coqueto, hipercritico, y parece querer un partido perfectamente acoplado a su personalidad. Y eso es muy difícil".

Bisagra entre bloques

¿Qué quiere decir con ello? “Todo se resume en que si queremos que el centro se estabilice, tendrá que haber un núcleo fuerte de voto identitario, y no sólo utilitario, que lo blinde de malas rachas de liderazgo". Lo que apunta Juan Claudio de Ramón es la apuesta por una marca, la de un votante que se siente identificado llevando, pongamos como ejemplo Ciudadanos --si hubiera tenido éxito-- una carpeta naranja bajo su brazo.

Ese espacio, sin embargo, tiene un inconveniente. Lo ha señalado el politólogo José Fernández Albertos, al indicar que en las últimas cuatro elecciones generales se ha producido una constante: hay un bloque de izquierdas con el 43% del voto, y otro bloque de derechas, con el mismo porcentaje. Y ese 43% puede subir unos pocos puntos o bajar algo, pero es una realidad tozuda, contando los cinco partidos que se han establecido en la geografía española. Y eso quiere decir que el resto de porcentaje, hasta llegar al 100%, lo retienen partidos nacionalistas o regionalistas bien asentados en sus territorios. ¿Lección? Habrá que contar con esa realidad, que es lo que intenta ahora Pedro Sánchez.

Colaborar con el nacionalismo

Abunda en ello el politólogo Manuel Arias Maldonado. “No creo que se trate de que esa fuerza no pueda existir, (el centro liberal) aunque no lo tenga fácil, sino qué tamaño puede tener y si ese tamaño sirve para algo a la hora de apoyar a, o influir en, los Gobiernos”.

Manuel Arias Maldonado, filósofo político, autor de 'La democracia sentimental', con 'Crónica Global'

Manuel Arias Maldonado, filósofo político, autor de 'La democracia sentimental', con 'Crónica Global'

Se trata de que pudiera tener un espacio, aunque fuera pequeño, pero determinante. Arias Maldonado mantiene su análisis: “Tenemos un Parlamento nacional con doce partidos de base territorial, y eso viene acompañado de una fuerte tendencia a la polarización que se inscribe en nuestra cultura política. Hay también un dominio de los valores de izquierda, como constatara recientemente el informe sociológico del BBVA. Bajo esas condiciones, una fuerza estable de centro lo tiene muy difícil. Sobre todo, si adopta una postura antinacionalista que seguramente necesita para poder prosperar. Eso limita la opción de que el PSOE pacte con él, pues la potencia de Gobierno del PSOE depende mucho hoy de su entendimiento con los partidos nacionalistas. Súmese a ello la dificultad de construir una base electoral estable y nos sale, si no una imposibilidad, una dificultad considerable”.

Momento irracional

Es decir, ese centro liberal no debería ser, para poder jugar en el tablero nacional, una fuerza antinacionalista del fervor con que lo ha sido Ciudadanos, que crea anticuerpos en un partido como el PNV, que históricamente ha querido colaborar en la gobernabilidad de España, entendiéndose con el PSOE y el PP.

Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista, autor de Por una España liberal

Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista, autor de Por una España liberal

Un economista, y ensayista netamente liberal como Lorenzo Bernaldo de Quirós muestra la cara más pesimista en estos momentos. De Quirós no tiene esa animadversión hacia los nacionalismos. Al revés. Cree que se deben encontrar fórmulas para rehacer el consenso perdido. Pero considera que ahora una fuerza de centro lo tiene muy complicado: “En un escenario de pluralismo de partidos polarizado (Partidos y Sistemas de Partidos de Sartori), el centro tiende a ser destruido porque las fuerzas políticas se radicalizan. En teoría queda un hueco para el centro, el problema es que la polarización afecta al voto ciudadano que, a su vez, se radicaliza. El escenario español es ese y no presenta signos de cambio --la situación en Cataluña, políticas identitarias, crisis económica--. En este contexto, el riesgo es que el PP adopte características de Vox, como el PSOE se ha podemizado. Es muy difícil articular un partido con un discurso de centro-derecha liberal en estas condiciones de irracionalidad”.

Oportunidad para Ciudadanos

Las dificultades son claras, a partir de los análisis de esos expertos en cada campo concreto. Pero el espacio, tal vez modesto, pero determinante, sigue ahí. Lo corrobora la consultora en comunicación política Verónica Fumanal, después de desgranar los datos y de ver cómo Ciudadanos se ha dejado ese millón de votantes en la abstención: “Cuando Cs había optado por ser ese partido bisagra para moderar al PSOE y para alejar los casos de corrupción del PP, el partido seguía creciendo. Fue la jugada de encasillarse en un espacio ideológico, el de la derecha, el que no ha sido refutado por los votantes. Así que considero que Cs podría tener una opción de reconstruir ese espacio”.

¿Lo hará? Tal vez una posibilidad fuera un cambio en su apuesta por la gobernabilidad, con una abstención en la investidura de Pedro Sánchez. Sus diez diputados, aunque ya no son los 57 que alcanzó el 28 de abril, serían ahora útiles. Por el momento, no es esa la posición que han fijado los dirigentes que se mantienen al frente de la formación naranja.