El PSC se ve obligado a sacar la cabeza "federal" ante el PSOE
La apuesta por esta fórmula reflejada en la Declaración de Granada es la base a la que no quiere renunciar Iceta para detener al independentismo y a los 'neocentralistas'
31 octubre, 2019 00:00Una defensa de un acuerdo que costó sudor y lágrimas. El PSC se ha visto obligado a sacar la cabeza frente al PSOE para que Pedro Sánchez incorpore, de nuevo, la apuesta federal del partido, fruto de un pacto en 2013 suscrito en aquel momento por Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro, como primer secretario del PSC. Una apuesta con diferentes criterios con los que se pretendía, y en ello sigue confiando Miquel Iceta, detener al independentismo y a los neocentralistas, a los que no creían ni creen ahora en el Estado de las autonomías surgido con la Constitución de 1978.
Iceta mostró este miércoles su orgullo, y el del PSC, al reivindicar que se incluya la llamada Declaración de Granada en el programa electoral del 10N, que ya lo estaba en las anteriores elecciones del 28 de abril. Pedro Sánchez consideró que se había tratado de un “borrador” que, por un “exceso de transparencia”, se había filtrado a los medios de comunicación. Lo hizo después de que Iceta interviniera para reclamar que nadie se olvide de los acuerdos, y de que los socialistas no pueden pretender ahora igualar o superar al PP o a Ciudadanos en cuanto al proyecto territorial unitario que defienden.
Explorar tras el 10N
¿Un olvido de Sánchez? Fuentes socialistas no lo ven así. Consideran que es el momento, la coyuntura, lo que ha llevado al PSOE a no recuperar un debate que, aunque se defienda, no se puede producir a corto plazo. De hecho, esa es la diferencia: Sánchez ha mostrado la máxima firmeza posible frente a los independentistas, sin romper ninguna línea, sin la necesidad de tomar medidas drásticas como le ha pedido Pablo Casado y Albert Rivera. Ni Ley de Seguridad ni 155. Sánchez se ha asegurado de que la coordinación entre los cuerpos de Seguridad del Estado, Policía, Guardia Civil y Mossos d’Esquadra, funcione lo mejor posible y ha lanzado palabras duras contra los dirigentes independentistas. Pero no más. Las mismas fuentes socialistas indican que una vez constituido el Gobierno, “entonces se verá qué posibilidades hay para un diálogo con la Generalitat, siempre siguiendo lo que marca la ley y la Constitución”.
Pero lo que no podía permitirse el PSC es renunciar a lo que cree. Los cuadros territoriales, los dirigentes y militantes del PSC no quieren ceñirse a la coyuntura. Tienen como socios, en el ámbito local, a partidos independentistas, y buscan gobernar en las instituciones “con lo que hay”, porque ni el PP ni Ciudadanos “están presentes en el territorio ni en las grandes ciudades”. Entonces, ¿qué debería hacer el PSC, quedarse al margen de cualquier posibilidad de pacto?
Frente a las pulsiones 'neocentralistas'
En ese contexto, con el PP y Ciudadanos atacando a lo que consideran el flanco débil del PSOE --los socialistas catalanes-- llega ese ‘olvido’ del PSOE en su programa electoral.
En la Declaración de Granada, que reivindica el PSC, se señala el por qué de un pacto que desarrolla y trata de resolver las carencias del Estado autonómico: “Frente a las pulsiones neocentralistas, debemos ser claros: la vuelta atrás del sistema autonómico no es posible. Administrativamente sería un desastre organizativo y políticamente provocaría nuevas y quizás insuperables tensiones territoriales, poniendo fin a la mejor experiencia histórica de la España plural, construida sobre el reconocimiento de la identidad de sus comunidades sólidamente establecidas, hoy, en su autogobierno. Sencillamente, ese horizonte es inasumible en la España del Siglo XXI”.
Lealtad federal
Pero el documento también es un acuerdo para marcar todas las distancias con el independentismo: “Nos oponemos igualmente a la ruptura del país. No podemos ni queremos contemplar la ruptura del Cataluña con el resto de España. Simplemente nos parece un desastre para todos. Para Cataluña y para España. Los problemas del modelo territorial tienen mejores soluciones”.
Esa apuesta, sin embargo, está en crisis, y por eso el PSOE “olvida” la referencia en el programa electoral. Y, por la misma razón, lo reivindica Iceta, convencido de que “es el único camino”, para resolver la situación, a nivel interno, en Cataluña, y en relación con el resto de España, porque se trata de una apuesta por delimitar mejor el autogobierno de todas las comunidades autónomas, con mecanismos de “lealtad federal”, y también con el reconocimiento de singularidades, como es el caso de Cataluña.
Carácter "nacional"
El PSOE y el PSC pactaron aquella declaración como culminación de una larga y fuerte crisis, tras la defensa inicial de los socialistas catalanes del derecho a decidir.
Sánchez, rápidamente, tras recibir las indicaciones del PSC, dejó claro que se reincorporará en el programa electoral del 10N. Se trata de recuperar el espíritu de la Declaración de Granada, y de la Declaración de Barcelona, suscrita por las ejecutivas de los dos partidos en julio de 2017, cuando Pedro Sánchez recupera el liderazgo del PSOE tras la celebración de primarias. En ese último documento se reconocía el carácter “nacional” de Cataluña.
Un muro frente al independentismo
Lo que plantea el PSC es que esos acuerdos se mantengan porque son, precisamente, la característica de los socialistas. Y todo eso sin dejar de situar un “muro” frente a los independentistas si persisten en vías unilaterales que estén fuera de la ley y de la Constitución.
Sin quererlo, porque la línea es la misma, --“Iceta se siente cómodo con la estrategia de Sánchez”, indican las fuentes consultadas-- el PSC se ha visto obligado a marcar territorio: los acuerdos suscritos, en 2013 y 2017.