Cataluña se queda sin policía en las zonas de ocio. Los Mossos d'Esquadra se vieron obligados a levantar parte del dispositivo estático de vigilancia del Puerto Olímpico y Frente Marítimo de Barcelona durante los disturbios de la semana pasada. Durante las algaradas callejeras provocadas por independentistas, las discotecas pagaron un alto precio: perdieron el 80% de clientes.
Preguntado por la cuestión, un portavoz de la policía autonómica ha avanzado que el cuerpo "no da información precisa de los dispositivos". No obstante, la misma fuente ha negado que "se haya suspendido" el refuerzo de vigilancia de las zonas de ocio --que se puso en marcha el 1 de agosto tras la muerte a golpes de un joven de 22 años--, aunque sí "podría verse alterado en función de las necesidades operativas de cada momento". Los operadores de ocio nocturno han confirmado que en los últimos días "han visto una reducción significativa de los efectivos". Otro de ellos, que ha preferido no aportar su identidad, ha subrayado que "sí se ha visto a seguridad del Puerto, pero no al refuerzo de antidisturbios que se aprobó en verano".
80% menos de clientes
Hay más. El caos organizado por el independentismo radical en las calles de Barcelona ha provocado que se frenaran las reuniones de coordinación y discusión de la seguridad en la que es la mayor zona de ocio nocturno de la capital catalana. "Se ha parado todo. No ha habido reuniones, y el refuerzo policial, cuando lo ha habido, se ha reducido al mínimo. Todo ello por las manifestaciones y disturbios en otras partes de Barcelona", ha indicado el gestor de uno de los 30 clubes que operan en el enclave litoral.
Precisamente, esta y otras fuentes, como la patronal Fecalon, declaran pérdidas netas de hasta el 80% de clientes durante la noche del viernes, la jornada en la que se vivió la violencia más dura en las calles de la segunda mayor ciudad española. "Calculamos una reducción del 80% de afluencia el viernes. El sábado, similar. Solo el domingo, día en el que salió el sol e hizo buen tiempo, hubo cierto incremento de clientes. Pero se considera un fin de semana perdido", ha destacado esta organización empresarial.
Efecto rebote fuera de Barcelona
Esta fuente destaca que el impacto sobre la industria del ocio nocturno --que emplea a cerca de 2.000 personas solo en el Puerto Olímpico-- se pudo notar en otros puntos con presencia de locales de copas. "Barajamos cifras de caída de negocio del 40% en puntos como Cornellà de Llobregat, donde no hubo violencia", lamentan. Esta localidad vecina a Barcelona no ha vivido incidentes provocados por el independentismo radical o los CDR y, sin embargo, su industria de la fiesta también perdió el pasado fin de semana.
Cabe recordar que el refuerzo a la vigilancia privada del grupo SP4 en el Puerto Olímpico se desplegó en agosto de este año para evitar nuevos casos como la muerte de Lee, joven chino de 22 años apaleado hasta la muerte en la dársena en julio. Tras ese episodio admiten los operadores que "se rebajó significativamente" el nivel de violencia. Pese a ello, hubo otros capítulos dramáticos como la muerte de Sara, apuñalada para robarle el móvil en una coctelería de la zona de ocio.