¿Qué esconde Jordi Pujol con su último pronunciamiento?
El expresident recupera su apuesta histórica por el encaje de Cataluña en España, tras defender, de forma “nada épica” la apuesta independentista, analizado por diferentes ensayistas
16 septiembre, 2019 00:00Jordi Pujol mantiene “la coherencia” de su proyecto político histórico. No, busca ahora recuperarlo. Nunca fue un independentista. Sí, lo fue, desde pequeño. Son afirmaciones que formulan periodistas, ensayistas y expertos conocedores de su obra política. Con el movimiento independentista en estado de máxima confusión, el último pronunciamiento de Jordi Pujol se analiza con lupa. Lo ha publicado en el blog de la Associació Serviol, donde escribe de forma regular y con fruición en los últimos meses. Porque, ¿qué mensaje pretende fijar ahora el último Pujol?
Ese interés político coincide justo con una decisión judicial. La Fiscalía ha pedido una prórroga de las investigaciones que tiene en marcha sobre la familia de Jordi Pujol. Y es que el 23 de marzo de 2018 el magistrado José de la Mata acordaba prorrogar las investigaciones durante seis meses más, que concluyen el 23 de septiembre. Ahora se acordará un nuevo plazo máximo para finalizar la instrucción.
La explicación judicial
Fuentes judiciales descartan por completo ligar las dos cuestiones. Pujol escribe, casi diariamente, y no está pendiente del proceso judicial, a menos que sus abogados le aconsejen o le ofrezcan alguna información. Y se insiste en que no es el caso.
Pujol señalaba en ese artículo que Cataluña necesita un mejor encaje en España, y que éste no debe pasar por el traslado de instituciones del Estado a Cataluña, como la propuesta de llevar el Senado a Barcelona. Su idea es que vuelve a ser más necesario que nunca la reclamación de un “poder político y competencial real; una financiación justa y eficiente, y un reconocimiento de la identidad propia”. La cuestión es cómo se logran esos objetivos, justo cuando el independentismo vive una convulsión interna, con el reconocimiento de errores, y con la intención, por parte de Esquerra Republicana, de centrarse en el autogobierno y tomar más tiempo para lograr mayorías sociales más amplias.
El 'Ara no toca'
El periodista y ensayista Manuel Cuyàs, a quien el expresidente le encargó la redacción de sus memorias, señala que Pujol no ha hecho otra cosa que mantener su proyecto político. “Pujol nunca ha declarado si es o no independentista. En la práctica, lo que ha hecho siempre es decir “No toca”, y lo ha mantenido hasta el final. ¿Íntimamente es independentista?, no lo sabemos, yo, al menos, no lo sé”.
Un estudioso de su obra, un conocedor también de la persona, es el ensayista y filólogo Jordi Amat. Señala que Pujol reacciona, en las últimas semanas, a partir de un artículo del exconsejero de Economía, Antoni Castells, en las páginas de El Món de Demà, que coordina el propio Amat en La Vanguardia. Castells se centra en la petición de un nuevo acuerdo de financiación autonómica, que reclama que lidere el gobierno catalán, y que abandone su posición pasiva en los últimos años sobre esa cuestión. Lo que señala el exconsejero socialista, --“un buen conseller”, según Pujol—es que se busque un acuerdo bilateral, si una reforma de carácter federal en España resulta imposible. Y ahí se acoge Jordi Pujol, para reivindicar su proyecto político de siempre, aunque ya lejos del “peix al cove” tradicional que practicó CiU.
¿Independencia? Poco realista
Para Amat todo queda bastante claro, al margen de la visión que se tenga del último Pujol y de sus pecados con la Justicia. “Los dos artículos, de Pujol y Castells, establecen un punto de llegada, para los que, con sentido político de la realidad, deben aceptar que la independencia es improbable, pero han asumido que el estatus quo es insuficiente. Lo que señalan los dos es que esta cuestión no se acaba”.
Es decir, el problema político de fondo se mantiene, y se deberán encontrar vías de encuentro en el futuro. No habrá independencia y se debería también dejar de transitar ese camino, pero tampoco la actual situación es viable.
¿Qué dijo Pujol?
¿Es lo que Pujol siempre ha defendido? Amat se refiere a los análisis del periodista Francesc Marc Álvaro, que acaba de publicar Assaig general d’una revolta. Álvaro recuerda los comentarios y conferencias de Pujol, justo antes de que el proceso soberanista cobrara velocidad de crucero. En una conferencia el 29 de marzo de 2011, con el título de Residuals o independents, Pujol entiende que, aunque sea muy difícil, igual a Cataluña no le queda otro remedio que virar hacia el independentismo. Pero él no girará con entusiasmo. No abraza la causa.
Lo que hace, a juicio de Álvaro, es intentar comprender por qué se pone en marcha. Lo hace también Cuyàs. “Pujol, en ese momento, lo que hace es respetar a los suyos, a Artur Mas, que lo ha puesto él. No puede ir en contra, aunque no se alegre del paso dado”, señala el escritor de las memorias del expresidente.
En esa conferencia, Pujol señala: “Durante cuarenta o cincuenta años he procurado convencer a los catalanes que no creían en la posibilidad de una Cataluña con el reconocimiento, la garantía y la capacidad del proyecto que nos hace falta en el marco español. Ahora esos argumentos no los tengo. Ahora sólo tengo el de la muy gran dificultad de lograr la independencia. Muy grande. Es verdad que han pasado y pasarán cosas en el mundo que eran tan difíciles como lo pueda ser la independencia de Cataluña. También es verdad que, si la idea de España que ahora prevalece se consolida, la alternativa está entre la independencia y la gradual desaparición de la catalanidad y de Cataluña”. Y añade que “se comprende, por tanto, que para muchos valga la pena aunque sea con un éxito incierto. Tienen derecho. Y puede llegar a ser una respuesta más digna y más efectiva que la de esconder la cabeza bajo el ala. Más digna y más efectiva”. Esa fue su apuesta, comprensiva con el proyecto independentista, pero no épica o determinada, según Álvaro o Amat.
Independentista de siempre
El catedrático de derecho constitucional, Francesc de Carreras, lo ve diferente. Considera que Pujol, lo dijera o no, construyó poco a poco su proyecto para poder defender algún día la independencia, para acercar Cataluña hacia estructuras propias de estado. “Pujol ha sido independentista desde pequeño. Ha soñado con ello. Viajaba, a mitad de los ochenta, a la exYugoslavia, defendiendo para Cataluña lo que tenía Croacia o Eslovenia. Lo ha querido siempre. Otra cosa es que no lo dijera abiertamente”.
La virtud política de Pujol es que ha dejado siempre muchas cuestiones abiertas. Cada catalán y cada español podía interpretar alguno de sus pronunciamientos a su favor. A favor o no de un estado propio o de una España plural, que, en ningún caso podía cuestionar su integridad. Ahora, su último artículo se ve como un nuevo paso para el catalanismo-independentismo, aunque para algunos diga lo que siempre ha defendido.