Nunca 300.000 votos han provocado tanta disputa. Este es el nicho electoral de un catalanismo moderado que, tras siete años de procesismo, sigue huérfano. Varios partidos se disputan ese votante que un día confió en UDC y Convergència, donde el independentismo provocó sonoras escisiones. Lliga Democràtica aspira a aglutinar ese voto, pero las discrepancias internas han puesto en peligro un partido que todavía no se ha constituido oficialmente. ¿Pugna por los futuros cargos orgánicos? Más bien diferencias de proyecto, apuntas las fuentes consultadas por Crónica Global.
Sus impulsores y cabezas visibles son Manuel Valls y Eva Parera, pero en las últimas semanas se han intensificado los contactos con Lliures o Convergents, formaciones cuyos dirigentes --Antoni Fernández Teixidó y Germà Gordó-- proceden de la antigua Convergència. El perfil de ambos políticos contrasta con las posturas de Valls y Parera, contrarias a cualquier acercamiento al clásico soberanismo catalán.
Pero es que, además, las trayectorias de Teixidó y Gordó son, cuanto menos, controvertidas. El primero abandonó Lliures en vísperas de las elecciones municipales del 26 de mayo al considerar que su partido no estaba suficientemente representado en la candidatura de Manuel Valls. Algo que el equipo del exprimer ministro francés no ha olvidado.
Problemas con la Justicia
El segundo acumula graves problemas judiciales relacionados con el caso 3% y la supuesta financiación irregular de CDC. El sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata está a punto de concluir y tiene a Gordó en el punto de mira. Igualmente conflictivo, desde el punto de vista judicial, es otro de los implicados en Lliga, el exconsejero catalán Juan José Folchi, asíduo de los juzgados en los años noventa por sus relaciones con el empresario Javier de la Rosa.
Con estos precedentes, el encaje de Teixidó --que quiere volver a la escena política-- y de Gordó en Lliga es complicada. Pero lo que no cabe en los esquemas políticos de Valls y Parera es la apuesta de Josep Ramon Bosch y Àstrid Barrio por el fichaje del exconsejero de la Generalitat, Santi Vila --juzgado por el 1-O--, y por un futuro referéndum pactado. Esta es la fórmula con la que Bosch y Barrio pretenden atraer a PDeCAT. De hecho, según ha podido saber este medio, circula un borrador con la propuesta de un referéndum pactado sobre el futuro de Cataluña.
Giro en Societat Civil
Bosch presidió Societat Civil Catalana, entidad que ha experimentado una evolución hacia posturas más conciliadoras con el soberanismo. Su actual líder, Fernando Sánchez Costa, aseguró el sábado que la entidad debe canalizar el movimiento social que da apoyo al independentismo hacia un objetivo de mejorar Cataluña y toda España: "No puedes decir 'no' a dos millones de personas". La reflexión, que ha causado sorpresa en determinados ámbitos constitucionalistas, no desentona con la de Bosch.
Ambos proceden del PP. Así, el dirigente de Lliga Democràtica acaba de abandonar la militancia popular junto a Santi Fisas, exconcejal y exeurodiputado, que quiere incorporarse a esa nueva formación. “Quieren una fila cero con Manuel Valls, Francesc de Carreras, Santi Vila, Santi Fisas y Germà Gordó. Pero eso no va a ocurrir”, explican quienes apoyan las tesis de Valls y Parera, contrarias al concepto “ruptura de bloques” que la sociovergencia recién experimentada en la Diputación de Barcelona --pacto PSC-Junts per Catalunya-- representa.
Blanquear el independentismo
A juicio de este sector, hablar de bloques supone legitimar o blanquear el independentismo. De ahí que defiendan la creación de un partido catalán constitucionalista. Ni siquiera están conformes con la etiqueta “catalanista”. Son conscientes de que, en un futuro, podrían llegar a acuerdos con PSC. “Pero hay que marcar una líneas rojas desde un principio. Si el convergente moderado se va a ERC y no logramos entrar en el Parlament, tendremos que asumirlo. Pero debemos ser coherentes. Ahora se trata de recuperar el voto que se llevó Ciudadanos. PDeCAT ya vendrá”, añaden.
Por su parte, los miembros más catalanistas de la Lliga rechazan actitudes "revanchistas" y consideran que hay que tender puentes con los socialistas desde un principio. Recientemente, Santi Vila propuso un acercamiento del catalanismo moderado a las tesis del PSC.
El tiempo dirá si las divergencias internas acaban en cisma. Y si éstas están más motivadas por un pulso por los cargos orgánicos --entre Eva Parera y Àstrid Barrio se estarían disputando la secretaria general, aunque todavía no se ha concretado la estructura oficial del partido--. Pero lo que está claro es que el equipo de Valls y Parera están dispuestos a crear un nuevo partido --con la vista puesta en exdirigentes de Ciudadanos como Toni Roldán--, al margen de esas aventuras soberanistas, aumentando así la atomización de ese espectro ideológico que pugna por esos 300.000 votos.