Arran redobla su campaña contra el turismo. Los radicales han destrozado coches de alquiler en Palma de Mallorca de madrugada. Concretamente, han arremetido contra vehículos de uso turístico en la capital balear, pinchando las ruedas, pintarrajeando las lunas y carrocería y destrozando los cristales a martillazos. Tras ello y como hacen habitualmente, los jóvenes se han jactado de su acto en Twitter.
En un vídeo en su perfil oficial en la red social de los 280 caracteres, los antisistema han dado cuenta de su acto vandálico. En la grabación se observa a dos personas con el rostro cubierto. Los individuos se acercan a diversos vehículos estacionados y los atacan usando un martillo, esprays y un destornillador. Al menos dos de los automóviles, uno negro y uno blanco, acaban totalmente destrozados. A renglón seguido, los cachorros de la CUP aseguran que su acción responde a una protesta contra el "turismo masivo".
Contra el turismo y el Rey
Arran ha justificado los destrozos contra dos coches de alquiler alegando que "100.000 vehículos de alquiler turístico en la isla de Mallorca: insostenibilidad, contaminación y convertir la isla en un escaparate turístico". Ante este fenómeno, exigen los radicales "pasar a la ofensiva".
No será la última aparición de los anticapitalistas. El grupo independentista se ha unido a la convocatoria para realizar un escrache al rey Felipe VI durante la tradicional ceremonia que convoca el jefe de Estado en el Palacio de la Almudaina, y a la que están invitadas autoridades políticas y civiles de la mayor de las Islas Baleares
Ataques al turismo
Cualquiera que sean las actividades de Arran en Mallorca, isla que consideran parte de los denominados Países Catalanes, lo cierto es que los actos vandálicos llegan después de que los radicales organizaran algaradas en Barcelona. Ocurrió a principios de julio, cuando los antisistema asaltaron La Pedrera y desplegaron una pancarta, de nuevo, contra el "turismo masivo". No hubo daños y tampoco detenidos.
A mediados de julio, los independentistas radicales se felicitaron por un doble acto de gamberrismo en la ciudad condal. Jalearon un ataque de anarquistas contra un bus turístico en la plaza Kennedy de Barcelona, que provocó que ocho visitantes tuvieran que ser atendidos. Al día siguiente, los antisistema se encadenaron ante la sede de Barcelona Turisme, a la que lanzaron pintura y bombas de humo.