El último éxito de Rosalía con su primera canción grabada en catalán ha acabado dando pie, sin comerlo ni beberlo, a una nueva controversia política en Cataluña. Aunque el protagonista de la misma no ha sido la artista, sino Gabriel Rufián.
El diputado de ERC ha aplaudido en sus redes sociales el nuevo hit de la cantante catalana, que habitualmente canta en castellano, y a la que ha puesto como ejemplo de mestizaje en contraposición con el manifiesto Koiné. Una polémica iniciativa impulsada por intelectuales independentistas --entre ellos, la actual consejera de Cultura de la Generalitat, Laura Borràs-- que reclama que el catalán sea la única lengua oficial de Cataluña.
"Más canciones de Rosalía y menos manifiestos Koiné", publicó Rufián en su perfil de Twitter. Una afirmación que ha desatado las iras del independentismo más intolerante y fundamentalista.
"Traidor" y "botifler"
El portavoz parlamentario de los republicanos ha recibido innumerables ataques, críticas e insultos de sus correligionarios secesionistas en el hilo de respuesta a su tuit. Entre ellos no faltan las ya clásicas acusaciones de "traidor" y "botifler", así como el no menos habitual clasismo de otras como "garrulo de periferia" o "quinqui". "Asco", "vergüenza" o "lamebotas" son algunos de los improperios más suaves que recibe por parte de los hiperventilados indepes.
Con su cambio de discurso de las últimas semanas, más abierto a tender puentes, Rufián empieza a sufrir en sus carnes los habituales insultos y descalificaciones que desde el independentismo se dirigen a políticos y, en general, al mundo no nacionalista. Días atrás, por ejemplo, ya fue muy criticado por posar junto al periodista Tomàs Guasch --simpatizante de Tabarnia--, al que ha entrevistado para su canal de Youtube.