Josep Ramon Bosch, presidente saliente de Sociedad Civil Catalana (SCC) cree que "en Cataluña no hay fractura". Según el máximo responsable de la entidad constitucionalista, que dejará su puesto el miércoles, en la región "hay división emocional" pero no desgarro social entre ciudadanos.
En declaraciones al programa FAQs de TV3, el activista y directivo ha subrayado que "a mí no me pegan por la calle por ser de Sociedad Civil Catalana". "Es evidente que hay radicales en todos los lados --ha continuado-- pero no existe una fractura social como tal. Y lo digo yo que vivo en un pueblo del interior de Cataluña que es muy nacionalista. Cojan mis declaraciones: fui siempre muy coherente con esta afirmación".
"Socavón en el centroderecha"
Bosch, que ha defendido "la unidad de la lengua catalana" --en convivencia con el español--; el concepto de "Cataluña como nación" dentro de España y que "no le gusta que haya presos [por el procés] en la cárceles", sí ha sido más contudente en otro aspecto. "Hay un socavón en el centroderecha catalán", ha razonado. Ello dejaría espacio para que la Lliga Democràtica, el nuevo partido catalanista que impulsan él y Eva Parera, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, pueda ganar adeptos.
Esta formación --en la que no participará directamente como candidato Manuel Valls, ha avisado-- hará que sus políticas pivoten sobre tres ejes. "El eje social, el eje económico y un tercer eje: el ecológico. Hay que fijarse mucho en lo que ha ocurrido en Baviera (Alemania), donde han ganado los verdes, pero los verdes que se sitúan en el centroderecha".
"Sentarse y hablar"
El aún presidente de SCC --dejará el puesto la próxima semana-- ha apostado por coser las heridas abiertas en el seno de la sociedad catalana. "Tenemos que sentarnos y hablar entre nosotros", ha valorado. Bajo su punto de vista, el problema de Cataluña "es de lengua, pues el 90% de catalanohablantes son independentistas, mientras que el mismo porcentaje de castellanohablantes no lo son. Este es el punto en el que hay que reencontrarse y reconocerse".
Con respecto a las expectativas electorales de Lliga Democràtica, el vehículo político que preparan Parera, él y la politóloga Astrid Barrio, entre otros, Bosch sostiene que hay espacio para que logre éxitos. "Un ejemplo de ello es Berga. Una ciudad que siempre fue de derechas y ahora vota a los radicales anticapitalistas [la CUP] por el aspecto nacional. En Cataluña la mayoría se sitúa en la izquierda, pero ello no es real", ha apostillado.