El apoyo gratis total de Valls confunde a Colau
La líder de los Comuns se ve sorprendida por la apuesta de Valls, que apoya una parte de su partido que quiere “hacer política de una vez”
31 mayo, 2019 00:00Ada Colau no se lo esperaba. Acostumbrada a moverse en terrenos conocidos, siempre en la dialéctica entre izquierda y derecha, no podía considerar la apuesta de Manuel Valls por su candidatura o por alguien de los Comuns. Su “sorpresa” es total y se siente “confundida” por el “gratis total”, por la decisión de Valls de poner a su disposición y a la de Jaume Collboni los tres votos, por lo menos, de su grupo municipal para impedir que el republicano Ernest Maragall sea alcalde, sin querer negociar nada. Gratis.
Lo ha verbalizado. Colau lo ve una “sorpresa”, porque no esperaba el paso de Valls y, en todo caso, daba por hecho que Ciudadanos no lo permitiría. Y esa es la clave de una operación que podría tener éxito a medida que pasen los días, --el 15 de junio se votará en el plenario del Ayuntamiento de Barcelona-- y todos los implicados comiencen a mostrar sus debilidades. Y es que Valls, irritado por una campaña electoral en la que no ha podido moverse con facilidad, por la estrategia de Albert Rivera de atacar sin desfallecer a los socialistas, está dispuesto a romper el grupo municipal.
Los tres de Valls
Valls cuenta con su propio voto, el de Celestino Corbacho y el de Eva Parera, los tres independientes en la lista municipal que ha apoyado Ciudadanos. Corbacho fue alcalde de L’Hospitalet, y, cuando se vio en la necesidad de llegar a acuerdos, siempre lo hizo con fuerzas de izquierda, como ICV-EUiA. Parera proviene de Units per Avançar, el partido surgido tras la desaparición de Unió Democràtica, y está dispuesta a impulsar una opción catalanista. Y Valls insiste en su carrera política siempre dentro del Partido Socialista Francés. Es decir, los tres posibles votos a favor de ese acuerdo entre los Comuns y el PSC no son fáciles de etiquetar como “la derecha”. De ello es consciente Ada Colau, que sigue anclada en su preferencia por un acuerdo “de izquierdas y progresista”, con ERC y PSC.
Manuel Valls, y Celestino Corbacho, en la noche electoral del 26 de mayo
En la medida que Ciudadanos discrepa de Valls, al señalar que estaría a favor de impedir la alcaldía de Ernest Maragall pero no para votar a Colau, beneficia al propio exprimer ministro francés, que insiste en que podría romper ese grupo, en función también de la decisión de Albert Rivera de pactar con el PP y Vox en el Ayuntamiento de Madrid y en la Comunidad de Madrid. Esa firmeza, la voluntad de Valls de jugar a fondo todas sus opciones, junto al socialista Jaume Collboni, es lo que ha provocado las dudas en Ada Colau y en su entorno.
Advertencia de los veteranos de ICV
Los más veteranos en el seno de los Comuns, los que provienen de ICV, apuestan por ese acuerdo, con voces como las de Lluís Rabell o Eulàlia Vintró. Esta última, concejala en el Ayuntamiento de Barcelona en la etapa de Pasqual Maragall, afirma que “Colau y los Comunes tienen la responsabilidad de no traicionar a sus votantes y eso implica tratar de llevar a cabo su programa. No deberían consentir que la independencia le pase por encima y la anule”.
Una imagen de Lluís Rabell, y a su izquierda Joan Josep Nuet, ahora en las filas de ERC
Colau mantiene una cierta tranquilidad, y sigue perfilando su decisión. Pero la presión que llega desde Esquerra Republicana también influye. El diputado en el Congreso Gabriel Rufián ha comenzado a señalar a ese sector de ICV. “Si Colau cede a la presión del sector ‘true left caviar’ españolista que le rodea y acaba aceptando el apoyo de Valls para ser alcaldesa, finalmente ICV habrá completado la fagocitación de un espacio político que nació para cambiarlo todo y que cada vez se reconoce menos en el espejo”. Su mensaje, en las redes sociales, puede enrarecer la relación entre Esquerra y los Comuns.
Y es que, al margen del núcleo de Colau, los resistentes de ICV reivindican su labor en el consistorio en los últimos cuatro años. Los Comuns pretendían ser un espacio a la izquierda de esa izquierda ‘clásica’, impulsado por el movimiento del 15M, como Podemos en el resto de España, y con activistas como la propia Colau, que cobraron protagonismo con su lucha contra los desahucios de viviendas al calor de la crisis económica. Pero la estructura, en gran medida, la han sostenido los técnicos y políticos procedentes de ICV-EUiA.
¿Colau en la Diputación de Barcelona?
Algunos de esos veteranos sostienen que, de hecho, los que querían un acuerdo con Esquerra ya se fueron de los Comuns. Señalan que ha llegado el momento de "hacer política de una vez". Y citan el caso de la propia Elisenda Alamany, que ha sido la número dos de Ernest Maragall en las elecciones, o de Joan Josep Nuet, que dejó el espacio de los Comuns para ir de número dos de ERC al Congreso, y al que se le recuerdan frases como ésta en la campaña electoral: “Estoy absolutamente orgulloso. No me he equivocado, sé perfectamente dónde me he metido. O estás con la democracia o contra la democracia”.
Las conversaciones se mantienen, en distintas direcciones. No hay nada decidido, pero surgen salidas posibles para la propia Ada Colau, como presidenta de la Diputación de Barcelona. Podría ejercer el cargo como alcaldesa, pero también como concejal, en función de los acuerdos a los que se pudiera llegar. Existe un precedente: el del socialista Antonio Fogué, que fue elegido presidente de la Diputación, en sustitución de Celestino Corbacho, cuando éste fue elegido ministro de Trabajo en el Gobierno español, en 2008. Fogué era teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet.