¿Quién maneja el independentismo radical?
Dirigentes de la ANC, de Democràtes, de la lista de Graupera y del entorno de Puigdemont buscan “grietas” para mantener el pulso independentista con el distanciamiento de ERC
14 mayo, 2019 00:00Movilizados, aunque sin un objetivo claro. Los dirigentes que manejan el independentismo radical han logrado un claro éxito en las elecciones en la Cámara de Comercio de Barcelona, y pretenden seguir esa línea en otras instituciones y colectivos, como los colegios profesionales. Pero no hay un plan definido, como apuntan fuentes de la ANC. Se trata de encontrar la “grieta” para mantener el pulso independentista, en un momento en el que saben que los partidos políticos que se ven ya en el poder, como Esquerra Republicana, están por otra cosa. Pero, ¿quiénes son?
Se trata de la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, de ex miembros de la dirección de la propia ANC, como Adrià Alsina, ahora en la candidatura de Jordi Graupera; miembros de Democràtes, como Antoni Castellà; el actor Joel Joan, involucrado directamente en las elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona, o asesores y defensores del proyecto de Carles Puigdemont, como Agustí Colomines, o Joan Canadell, fundador del Centre Català de Negocis y candidato de la ANC a presidir la Cámara de Comercio.
Movilización controlada
Todos ellos se han movilizado en las últimas semanas para impulsar candidatos a la Cámara de Comercio, a través de la ANC, aunque sin apretar el acelerador. Una fuente conocedora de todo el proceso señala que “el movimiento se ha producido y es un hecho, pero lo que ha pasado, sin quitarle mérito a la ANC, se debe más a un despiste de las otras candidaturas y de la propia Cámara de Comercio. Se ha buscado movilizar dentro de la ANC, pero no de una forma masiva”.
El ambiente en esos círculos independentistas se caracteriza por una “euforia contenida”, porque se admite que la situación es muy distinta a la deseada. Los partidos independentistas buscan una pista de aterrizaje, una voluntad que es más acusada en Esquerra Republicana. Y en Junts per Catalunya existe un debate larvado que verá la luz después de las elecciones municipales del 26 de mayo, cuando se analizará cómo se puede recuperar el espacio ideológico y electoral de un soberanismo posibilista, con el PDeCAT en el centro de todos los debates.
Jordi Graupera, candidato a la alcaldía de Barcelona
Dardo a Esquerra
Pero la alegría no se oculta. Y las pullas hacia esos partidos, y, en concreto, hacia Esquerra Republicana, son claras. Adrià Alsina señala que “cada vez que se ha dado por muerta a la ANC, ésta vuelve con más fuerza e indica el camino”. La señal que se quiere proyectar es que “la mayoría no se gana dando pasos atrás para caer mejor a los que nos quieren sometidos, sino presentándonos sin complejos”. El dardo a Esquerra es constante.
La ANC se ha quedado en una tierra de nadie, pero sigue viva, de la mano de Elisenda Paluzie, la economista que fue decana de la Facultad de Economía de la UB. Quien sigue sus postulados, pero quien también influye en ella, es Antoni Castellà, líder de Democràtes, ex miembro de la dirección de Unió Democràtica, y que apoya la candidatura de Jordi Graupera a la alcaldía de Barcelona.
Parcelas de poder
Ese núcleo de dirigentes quiere aprovechar todas las oportunidades que se presenten para mantener el pulso independentista, con la idea de dejar en evidencia a Esquerra. Lo señalan fuentes de la propia ANC, que admiten, sin embargo, que no hay un proyecto definido o concreto. En realidad, el movimiento independentista que se ha refugiado en la entidad sabe que el proceso ha llegado a un callejón sin salida. Pero buscarán parcelas de poder, sea ahora en la Cambra, o en los colegios profesionales, o en los lugares que se presten. Una de las esperanzas es que Graupera obtenga representación en el consistorio de Barcelona, en las elecciones del 26 de mayo.
Las acciones de la ANC, el objeto de deseo en los últimos años de Esquerra y del mundo postconvergente, inquietan ahora a los partidos. Fuentes republicanas consideran que “pueden ser un problema”, frente al intento de gobernar, ampliar las llamadas bases independentistas, y sumar esfuerzos por objetivos como un referéndum pactado sobre el futuro político de Cataluña. En ese terreno no se descarta un nuevo Estatut, algo que rechaza por completo ese independentismo que ha pasado al ataque.
Joel Joan y Elisenda Paluzie, en un acto de la ANC
Contra el 'ARA'
El choque es una realidad con ese mundo que se asimila a Esquerra. El actor Joel Joan, que ha ganado una silla en las elecciones en la Cámara, promocionado por la ANC, criticó con dureza al diario Ara por titular que Puigdemont “exprime” su “exilio” para la campaña electoral de las europeas. Su respuesta fue demoledora: “Uno de los placeres más grandes de mi vida. Dejar de ser suscriptor del Ara”.
Todo ese sector independentista, que quiere salir del guion de los partidos, apoya, en cambio, a Puigdemont. El más contundente es el historiador Agustí Colomines, que considera que la estrategia de Esquerra no conduce a ninguna parte. “ERC amplía la base del partido, pero para nada la del movimiento independentista. La permeabilidad está invertida”, señala Colomines, para quien lo que pretende la dirección de Esquerra y sus candidatos es rehacer el tripartito de izquierdas.