ERC ha dejado de ser el partido de las expectativas y ahora quiere aprovechar el viento a favor para acabar de marcar distancias con JxCat. La victoria en Cataluña de la formación de Oriol Junqueras en las elecciones generales del pasado 28 de abril ha sido el aval necesario que confirma que su estrategia de aparente moderación ha ido bien encaminada y alimenta la agresividad del choque entre republicanos y neoconvergentes
Ante esta nueva tesitura, la incipiente nueva fuerza hegemónica catalana busca consolidarse en un tablero político en el que los resultados electorales demuestran que cada cita con las urnas no es comparable con la anterior. Esta volatilidad en el voto de los electores no solo afecta al bloque nacionalista, sino que también se ha reflejado en el constitucionalista, con un Ciudadanos que fue primera fuerza en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, pero que no logra recabar el mismo respaldo en las sucesivas elecciones generales a las que ha concurrido.
Divergencia de estrategias
Conscientes de ello, el partido de centroizquierda nacionalista libra la batalla ante el nuevo horizonte electoral. Uno de los últimos episodios utilizado por los republicanos para reforzar la distancia con el partido de Carles Puigdemont ha sido la decisión de galardonar a la expresidenta del Parlament Núria de Gispert con la Creu de Sant Jordi. El presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, ha calificado de "grave error" los mensajes de corte xenófobo publicados por la exdirigente de UDC y sopesa sumarse a la resolución del PSC para revertir la decisión de entregar el galardón a de Gispert.
Si finalmente se produce esta adhesión significará un acercamiento de posturas con los socialistas, con quienes ya han expresado su intención de llegar a acuerdos de cara la próxima legislatura en el Congreso de los Diputados. Y su desmarque con De Gispert tendría una doble lectura, ya que repercutiría también en el president Torra, que es quien más vehementemente ha defendido mantener el galardón para la exjefa de la Cámara Catalana.
Pero igual de xenófobos
Eso no presupone que los republicanos sean menos agresivos con Inés Arrimadas que la expresidenta del Parlament, como demuestra el artículo xenófobo de Sergi Sol contra la jefa de la oposición en Cataluña, a quien compara con una "hiena", sino que han aprovechado la ocasión brindada por De Gispert para erosionar a los neoconvergentes con Torra a la cabeza.
La estrategia de ERC es diametralmente opuesta a la que ha planteado JxCat durante toda la campaña de las pasadas elecciones, que pasaba por culpar a los republicanos de la "falta de unidad” al concurrir en candidaturas separadas. La apuesta capitaneada por la exconsellera de cultura Laura Borràs, sin embargo, no se ha visto premiada en las urnas.
Manifestaciones del 1 de mayo
Tras los resultados, el partido de Puigdemont sigue sin hacer autocrítica a la par que exige “diálogo” a Pedro Sánchez. Cada vez más radicalizada y alejada del centro que representaba su predecesora, CiU, los afines al exmandatario huido a Waterloo buscan mantener viva la polarización política en Cataluña. El pasado miércoles, por ejemplo, diputadas de JxCat como Aurora Madaula participaban en la manifestación alternativa del Dia Internacional del Trabajador que organizaba la ANC y la Intersindical-CSC en una tentativa más de apropiarse de la efeméride para sus intereses rupturistas.
Joan Tardà en la manifestación del Día Internacional del Trabajador
Por su parte, ERC, optaba por dar mayor apoyo a la manifestación de la mañana, organizada por los agentes sociales tradicionales, UGT y CCOO, en la que se pudo ver exdirigentes como Joan Tardà. Si bien es cierto que también realizaron sus propias reivindicaciones, no dieron tanto impulso a la protesta de la ANC como sí lo hizo JxCat.
El control de TV3 y Catalunya Ràdio
El control de los medios de comunicación públicos catalanes también ha sacado a relucir las diferencias entre la formación de Junqueras y la de Puigdemont. En una sesión en la comisión parlamentaria sobre TV3, ERC criticó la sobreexposición mediática de Pilar Rahola en la televisión pública con un discurso muy afin a las tesis de los neoconvergentes.
Ahora, con el procesamiento de la cúpula de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) por desobediencia por emitir la propaganda del 1 de octubre se ha evidenciado la guerra abierta para eludir las responsabilidades ante los tribunales. El director de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo, ha denunciado el "acoso" que sufrió por parte de la presidenta de la CCMA Núria Llorach para que se difundiera el anuncio del 1-O.
Las bases disimulan menos
Mientras que los altos cargos de ERC no revelan en voz alta este enfrentamiento cada vez más frontal con JxCat, las asesores intermedios y las bases de ambas formaciones disimulan menos las divergencias existentes entre partidos. Este viernes un asesor de Cultura de ERC en la Diputación de Barcelona comparaba a Puigdemont con el personaje de ficción de Hannibal Lecter. Después de las reprimendas públicas por parte de cargos de JxCat, que le afeaban que ellos no se "metían con el físico de Junqueras", el asesor optaba por borrar el comentario para evitar una repercusión mayor.
De momento, el presidente de la Generalitat ha visitado a Oriol Junqueras en la cárcel de Soto del Real para, según han informado, tratar de esbozar una estrategia conjunta. Todo indica, no obstante, que la carrera electoral hasta el 26 de mayo potenciará la actual pugna partidista en detrimento de la unidad de acción.