Rifirrafe ante el Ayuntamiento de Barcelona por el lazo amarillo que cuelga del segundo mayor consistorio de España. Una brigada "por la neutralidad de las instituciones" y la Guardia Urbana se enzarzaron ayer miércoles por la noche después de que el grupo retirara el símbolo independentista tras vencer el plazo dado por la Junta Electoral Central al Govern para retirar los símbolos pro políticos presos de los edificios oficiales.
La secuencia tuvo lugar el miércoles después de que pasaran las 48 horas que dio de plazo el organismo de organización electoral para limpiar las sedes gubernamentales antes de las elecciones generales del 28 de abril. Un grupo de personas se personaron en la plaza de Sant Jaume de Barcelona. En esta zona se miran de frente la sede del Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat. En ambos edificios cuelgan lazos amarillos y símbolos a favor de los investigados por el órdago secesionista de 2017. Ante la imposibilidad de descolgar el lazo de la sede del gobierno autonómico, los activistas descolgaron con una percha el símbolo del ayuntamiento. No obstante, la Guardia Urbana que protege la casa consistorial salió a recuperar la pancarta y se produjo un pequeño encontronazo con ellos. Un urbano acabó por los suelos, pero el pendón quedó en manos del cuerpo municipal de seguridad y ya ha sido repuesto.
"Neutralidad política"
Desde Segadors del Maresme, uno de los grupos más activos en la retirada de símbolos independentistas, han exigido que "los poderes públicos deben mantener una rigurosa neutralidad política". Citan una sentencia del Tribunal Supremo, la 933/2016, en cuyo texto se recoge que "las libertades ideológica y de expresión son derechos fundamentales de las personas, no de los gobernantes". También han lamentado que la Guardia Urbana pidiera la documentación a cinco personas, mientras que con "los que lanzan vallas" [en referencia al asedio a un acto por la Constitución en Girona en diciembre de 2018] la policía no haga lo propio.
Aunque el grupo no ha reivindicado la acción, Segadors del Maresme había avisado de que retiraría los símbolos independentistas del Palau de la Generalitat. Y un portavoz señaló en el programa Cuatro al Día que "consultarían sus servicios jurídicos". Si los letrados les daban luz verde, "esperarían un tiempo prudencial y, sin incurrir en un delito, sacarían" las pancartas o lazos.
La oposición ha pedido retirarlo
Cabe recordar que Ciudadanos, PSC, PP han pedido en varias ocasiones la retirada del lazo amarillo que cuelga de la fachada del Ayuntamiento de Barcelona con el aval de una Junta de Portavoces. Los partidos han aludido en sus peticiones a la alcaldesa, Ada Colau, la necesidad de preservar la "neutralidad" de las instituciones y de no alimentar la fractura social en Cataluña. También lo pidió el exdelegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, en mayo de 2018. No obstante, el Ejecutivo local de Barcelona en Comú (BComú) se ha negado reiteradamente citando la "libertad de expresión".
El capítulo más polémico que ha generado este lazo amarillo fueron los incidentes que se produjeron ante la sede consistorial de Barcelona en junio del pasado año, tras una manifestación por la unidad de España. Durante la misma, el gobierno municipal de Colau sí replegó temporalmente el símbolo independentista durante unos minutos. PDeCAT, ERC y la CUP llamaron a capítulo a los comunes. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, se defendió ante las exigencias secesionistas alegando que el pendón de plástico "fue replegado por seguridad a causa del fuerte viento".