Una de las cuestiones que Esquerra ha trabajado en las últimas semanas es su aproximación al partido de Ada Colau, Barcelona en Comú, que no pasa, precisamente, por sus mejores momentos, con grietas internas y una relación complicada con el referente en el Parlament, els Comuns.
Ese acuerdo, que fuentes republicanas dan por hecho, permitiría a Maragall gobernar con comodidad porque Colau conseguiría 9 ediles. Sumados, ERC y Barcelona en Comú tendrían los 21 concejales necesarios, la mayoría absoluta, de los 41 concejales en juego. Uno de los problemas, sin embargo, sería el encaje de la propia alcaldesa. Con Maragall como candidato de la lista más votada, ¿qué papel se otorgaría a Colau?
La labor de Maragall con Colau
Lo que muestra la encuesta de Crónica Global, elaborada por Time Consultants, es que Esquerra lograría un porcentaje muy similar al que obtuvo Colau en las elecciones de 2015. Entonces, Barcelona en Comú obtuvo el 25,21%. Ahora, Ernest Maragall conseguiría el 25,6%, lo que se traduciría en 12 concejales, por los 11, entonces, de la líder de la izquierda alternativa.
Ese resultado no serviría de mucho en otra coyuntura política. Pero los republicanos han acercado posiciones con Barcelona en Comú. Esa era una de las bazas que proporcionaba el propio Maragall, a diferencia del anterior candidato, Alfred Bosch, más distanciado de la figura de Colau.
¿Qué pasa con Valls?
Barcelona en Comú, en esta misma encuesta de Crónica Global, lograría en las elecciones del 26 de mayo el 19,4% de los votos, con nueve concejales. Justo por detrás se situarían dos fuerzas políticas, el PSC y la candidatura de Manuel Valls, que promociona Ciudadanos. En el caso de los socialistas, que tienen como candidato a Jaume Collboni, el resultado sería de seis concejales, dos más que en 2015, con el 13,6% de los votos. Si se produce esa coyuntura, Collboni quedaría fuera de un posible equipo de gobierno, al no necesitar Maragall más apoyos que los de Barcelona en Comú.
En el caso de Valls, la tendencia no es positiva. Si en la anterior entrega de la encuesta municipal, --noviembre 2018-- obtenía el 15% de los votos, que se traducían en siete concejales, ahora el porcentaje desciende al 13,3%, con seis ediles. Se trata de un resultado insuficiente, que no le permitiría al ex primer ministro francés ninguna combinación posible.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau
El PP resucita
Lo que detecta la encuesta de Time Consultans en esa entrega de febrero es que, precisamente, la candidatura de Valls perdería apoyo por su derecha, y el beneficiario sería el PP, que podría llegar a la frontera del 5% que marca la representación política en el consistorio de Barcelona. El sondeo ofrece al PP, que tiene como candidato a Josep Bou, el 4,6%, sin ningún concejal todavía. Pero es que en la encuesta de noviembre tenía un 3,3%.
En el flanco independentista, el mundo posconvergente sigue sin referentes claros. No hay candidato todavía de Junts per Catalunya, aunque se configura la de Joaquim Forn, con Elsa Artadi de número dos, y, por tanto, como candidata a la alcaldía efectiva. La encuesta otorga a ese espacio el 11,6%, y cinco concejales, algo mejor a lo ofrecido en noviembre, cuando lograba cuatro ediles, con el 9,9% de los votos.
El candidato de ERC, Ernest Maragall
La CUP, la vida sigue
En el lado de la CUP, nada nuevo. Es un espacio consolidado alrededor del 6,6% de los votos. En 2015 obtuvo el 7,42%. Pero los dos porcentajes ofrece alrededor de tres concejales. Es un apoyo que los antisistema, sin candidato todavía, tienen garantizado.
Con esas constantes, que se mantienen a lo largo de los últimos meses, el gobierno municipal quedaría en manos de una coalición entre Esquerra y Barcelona en Comú, sin necesidad de más apoyos. Para cambiar esa tendencia, y antes de que se inicie la campaña electoral, el resto de candidatos deberían agitar las cosas con la idea de superar la lógica de las siglas políticas.