Ada Colau llevará al próximo pleno municipal, el de enero, la unión de las dos redes de tranvía de Barcelona --Trambaix y Trambesòs-- a través de la avenida Diagonal. Así lo ha anunciado este viernes la teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz, esgrimiendo el "amplio apoyo por parte de los vecinos" a la unión, en referencia al Barómetro Semestral del Ayuntamiento, que preguntó específicamente sobre el asunto.
El anuncio del gobierno de Barcelona en Comú (BComú), no obstante y por ahora, es humo. El Ejecutivo municipal de los comunes no ha conseguido más apoyos para el proyecto de los que concitó en abril, cuando la iniciativa fue rechazada por la oposición en un pleno extraordinario. En aquella sesión plenaria, la coalición de izquierdas solo recabó el sí del PSC. Tras una intensa campaña de presión sobre ERC, no consiguió que los cinco concejales republicanos --por aquel entonces, el edil Juanjo Puigcorbé aún no había salido del grupo municipal-- votaran a favor de su propuesta. Nada indica que esa posición haya cambiado, aunque los republicanos hayan cambiado de cabeza de cartel para las municipales de 2019: la lista la encabezará ahora Ernest Maragall tras el paso al lado dado por Alfred Bosch, el que fuera presidente del grupo municipal republicano hasta noviembre. Bosch es ahora consejero catalán de Exteriores.
Retórica
Pese a haber sido incapaz de negociar entre bambalinas los votos necesarios para desbloquear el proyecto, Janet Sanz ha vuelto a vender una obra pública que sufrió un revés en abril. Ha tirado la teniente de alcalde de datos para justificar el desbloqueo de una infraestructura que planea sobre el Ayuntamiento de Barcelona desde 2005. Ha argumentado que el 84% de los barceloneses utiliza habitualmente el transporte público y que el 65% de los vecinos de la Ciudad Condal avala la unión de los tranvías. Según los datos municipales, solo el 20% de residentes la rechaza.
Recreación del tranvía por la avenida Diagonal, proyecto que Colau ha 'recuperado' para el pleno de enero / CG
Sanz ha subrayado que la unión del transporte en superficie "ya se pactó con la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM)" y que cuenta con "el consenso de los municipios metropolitanos". Para tratar de arrastrar a los grupos municipales a un sí que llegaría a cinco meses de las elecciones municipales --y que salvaría uno de los proyectos estrella de la legislatura de Colau--, la edil ha señalado que la obra pública se ha ganado el apoyo de "las entidades sociales; las universidades; los vecinos y vecinas; el 70% de los electores de ERC; el 50% del PDeCAT y Ciudadanos y el 90% de la CUP".
Más directa, Sanz ha tuiteado tras su comparecencia pública instando a "ERC y la CUP a desbloquear el proyecto".
Prometió no presentarlo de nuevo
Pese al pressing del gobierno municipal de BComú, ERC argumentó en el pleno de abril y en otras ocasiones que no podía prestar los cinco votos clave para desbloquear el proyecto porque quiere una obra pública "bien hecha". También recalcaron los republicanos --que llevan la unión de los tranvías en su programa electoral-- que la ATM, el ente que gestiona el transporte, no aporta suficientes garantías de que los beneficios que genere el servicio recaerán sobre las arcas públicas. La CUP aportó ideas similares para oponerse.
Cualquiera que fueren los peros de los republicanos y cupaires, lo cierto es que BComú incumple algo que anunció: no volver a presentar el proyecto al pleno esta legislatura. Ahora lo hace, a cinco meses de los comicios, por razones que aún se desconocen y con la oposición sorprendida.
Cabe recordar que la unión de las dos redes del tranvía por la Diagonal se ejecutarían en fases. En una primera, el Trambesòs ampliaría su servicio hasta la Estación de Metro de Verdaguer con tres nuevas paradas: Monumental, Sicilia y Verdaguer, trayecto que se cubriría en siete minutos. A su vez, la actual parada de Glòries se convertiría en un intercambiador con otras opciones de transporte público, como el Metro. Los estudios técnicos calculan un incremento del uso del 52% tras acometer esta obra pública, equivalente a 18.300 nuevos usuarios. El coste del proyecto sería de 263 millones de euros.