El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, apoya el deseo de Carles Puigdemont de impulsar la Crida Nacional per la República, el instrumento político con el que se buscará una victoria electoral frente a Esquerra Republicana. Mas no ha dudado en presionar, para lograr ese objetivo, a la actual dirección del PDeCAT, que ha convocado para este viernes a su ejecutiva, en una reunión que puede ser decisiva. En los últimos días se ha reunido con el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, para pedirle que trabaje para subsumir el partido en la Crida, que se constituirá el 27 de octubre.
Mas considera, según las fuentes del partido consultadas, que el PDeCAT no tiene recorrido y que Puigdemont, pese a todos sus errores, se ha convertido en el referente del independentismo. Convencido de que puede liderar el movimiento, frente a Esquerra Republicana, Mas quiere incidir en la reunión de la ejecutiva, integrada por 28 dirigentes, y así se lo dejó claro a Bonvehí.
Las acciones de Torra
La ejecutiva la convocó Bonvehí este martes, después de la división del independentismo en el Parlament, con Junts per Catalunya y Esquerra remando ya en distintas direcciones. Las diferencias de criterio, sin embargo, se viven en el propio PDeCAT, que se muestra perplejo por las actuaciones del presidente Quim Torra y del propio Puigdemont.
La decisión de Torra de plantear un ultimátum al Gobierno de Pedro Sánchez, sin comunicarlo al partido, ni a los diputados del PDeCAT en el Congreso, la actuación "por libre" de diputados de Junts per Catalunya que se enfrentan a Esquerra sin rubor --aquí se menciona a Josep Costa y a Eduard Pujol-- y el anuncio de Puigdemont de poner en marcha la Crida Nacional, han generado un enorme nerviosismo en el partido.
Mas, Madí y Mascarell
Mas no está solo en su intento de que el PDeCAT se integre ya en la Crida. Empuja uno de sus hombres, que le ha acompañado siempre, como David Madí, y también Ferran Mascarell, que se ofrece como alcaldable por Barcelona. Es lo que le indicó el expresidente catalán a Bonvehí, con la propuesta de que él mismo formara parte de la dirección de la Crida, que celebra su convención fundacional el 27 de septiembre en Manresa.
¿Puede el PDeCAT resistirse ante este intento de Mas y Puigdemont? Nadie de los consultados por Crónica Global se atreve a pronosticar lo que pueda ocurrir el viernes. La prudencia es mayúscula. Pero diferentes dirigentes están llamados a pronunciarse sobre qué debe hacer el partido.
La hora de Bel, Castells y Nogueras
El diputado en el Congreso Ferran Bel, el presidente de la Diputación y alcalde de Igualada, Marc Castells; la senadora y alcaldesa de Calella, Montserrat Candini --quedó fuera de las listas al Parlament por decisión de Puigdemont--; el alcalde de Mollerussa, Marc Solsona; el propio Bonvehí y la vicepresidenta del partido, Míriam Nogueras --impuesta por Puigdemont en el congreso del pasado mes de julio-- no podrán eludir el debate. De hecho, Nogueras ha provocado una división en el grupo parlamentario en Madrid, y sabe que deberá explicarse.
Lo que está en juego es cómo y cuándo --si se decide-- se integra el partido en la Crida; qué política se adopta en relación al Gobierno de Sánchez en el Congreso; y, principalmente, qué estrategia se seguirá de cara a las elecciones municipales.
No solo la independencia
La inquietud de los alcaldes, por tanto, es enorme. La marca que se adoptará es Junts per Catalunya, con el añadido de cada localidad. Y aquí la obsesión es no aparecer como un partido que persiga únicamente la independencia. En muchos municipios, los exconvergentes ganan elecciones con el apoyo de un electorado heterogéneo. El peso territorial es lo que le queda al PDeCAT y no quiere perderlo, en su batalla particular con Esquerra Republicana.
Todo ese mundo, el exconvergente, está en un proceso de convulsión interna. Puigdemont colocó a sus piezas en la dirección, como Nogueras, pero en el partido todavía tiene ascendente la excoordinadora general, Marta Pascal. Y Bonvehí, que, con trabajo discreto, ha ido cuidado toda esa base territorial en los últimos años. Por eso su posición puede ser vital, y Artur Mas lo sabe.
Partido transversal
La orden es taxativa: el partido debe ser una parte más de la Crida de Puigdemont, que integrará personalidades procedentes de otros ámbitos, como Antoni Morral, exalcalde de Cerdanyola de Vallès, y que proviene del mundo del PSUC y de ICV, o Angels Martínez, exdiputada de En Comú-Podem en el Parlament.
Justo en ese momento, apuntan las fuentes consultadas, se producirá una división que ya tendrá un carácter personal. "Puede suceder lo mismo que con la fundación del PDeCAT. Muchos convergentes no se pasaron al nuevo partido, al PDeCAT. Y ahora ocurrirá lo mismo respecto a la Crida".
Exconvergentes huérfanos
En ese trasiego, en esa transformación del mundo convergente en un partido de acción, independentista y sin ideología clara como será la Crida, ¿qué camino tomarán los exconvergentes clásicos?
El viernes, sus propios dirigentes tomarán las primeras decisiones para poder contestar a esa pregunta.