El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado este domingo desde Montreal un espaldarazo a su vicepreisdenta, Carmen Calvo, y a la delegada en Cataluña, Teresa Cunillera, por las polémicas que se han visto inmersas en las últimas horas por sus declaraciones sobre la situación de los políticos que están en prisión provisional. “Sus reflexiones, que desde luego comparto, muestran que falta empatía con la situación política en Cataluña”, ha manifestado.
En la comparecencia junto al primer ministro canadiense, Justine Trudeau, ha asegurado que la prioridad actual del Ejecutivo que encabeza no es otra que la de “restablecer un marco de convivencia donde hay ahora mismo dos bloques muy separados”. Ha afirmado que tanto la política como la sociedad catalana están divididos con unas “visiones muy distintitas” de la situación y que resulta requisito indispensable “tender puentes y hablar”. Aunque declina hablar de indultos, al considerar que se trata de hipótesis de la resolución de un conflicto que no ha lugar desde el Gobierno.
Diálogo desde la ley
“Siempre de Cataluña con Cataluña”, ha remarcado. Sánchez reivindica que incluso cuando apoyó la aplicación del artículo 155 tras la declaración simbólica de la república catalana por parte de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, “critiqué que se dejara de lado la política y sólo se centraran los esfuerzos en la vía judicial”.
Afirma que el respeto a la legalidad es fundamental, que ni siquiera se pone en duda, pero que “desde la ley, diálogo”. Ha pedido que se deje de lago la lucha en los tribunales “para impulsar la política”.
Reuniones bilaterales
En este sentido, considera que hay margen para cierto optimismo con algunas decisiones que ha tomado el Ejecutivo liderado por Quim Torra. “La Generalitat ha iniciado el diálogo en el seno de la reuniones bilaterales, que hacía siete años que no se reunían”.
También ha afeado el “lenguaje grueso y de división” que impulsan algunas formaciones políticas respecto a la situación en Cataluña. Una alusión directa a PP y C’s, los dos partidos más críticos con las decisiones y los gestos que se hacen desde La Moncloa para acercarse a los independentistas y explorar una vía pactada de la resolución de conflicto.
“Hay que reivindicar la legalidad y el diálogo, pero se ha echado en falta la empatía”, ha sentenciado.
Trudeau mantiene la prudencia
Por su parte, el primer ministro canadiense se ha mostrado reacio a hacer ningún planteamiento público sobre el conflicto político catalán. Se ha limitado a señalar que se trataba de una “cuestión delicada e interna” de España y a pedir “diálogo”.