El enfrentamiento entre agentes de los Mossos d’Esquadra independentistas y quienes defienden la unidad de España se recrudece cuando faltan solo dos semanas para que se celebre el primer aniversario del referéndum del 1-O. El papel de la Policía Autonómica ese día, que se saldó con el encarcelamiento del exconsejero de Interior Joaquim Forn y el procesamiento del exjefe de los Mossos Josep Lluís Trapero, reavivó el debate sobre la politización de un cuerpo policial cuyos sindicatos reclaman quedar al margen de los debates partidistas. Sin embargo, existe un profundo activismo entre los agentes, a favor y en contra. Y en determinados casos, cruce de reproches y de insultos.
El próximo domingo día 16, Unió de Mossos per la Constitució (UMC) participará en una manifestación contra el "adoctrinamiento y la imposición lingüística" que partirá desde la plaza Universitat de Barcelona hasta la plaza Sant Jaume, donde la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona tienen su sede. Una veintena de entidades constitucionalistas secundan este acto. UMC nació el pasado mes de abril con la finalidad de proteger a los agentes de los Mossos “sobre todo a raíz de los hechos acontecidos el 1 de octubre de 2017 en el que el buen nombre, la profesionalidad y el respeto que este cuerpo policial se ha ganado a lo largo de los años quedó en entredicho ante gran parte de la ciudadanía”.
Ofrece un gabinete jurídico, no vinculado a la administración, que pueda servir a sus agentes de “herramienta eficaz ante situaciones derivadas de actuaciones policiales”. Y, sobre todo, difunde los valores constitucionales y el respeto al ordenamiento jurídico, y al Estado de derecho".
Al otro lado del espectro ideológico se sitúa Mossos per la República Catalana, entidad vinculada a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), y que, tal como indica su nombre, trabaja en favor de la construcción de la república catalana. Forman parte de esta asociación unos 300 agentes –hay un total de 17.000 en los Mossos--. Defienden la liberación de los independentistas encarcelados y acusan a los Mossos per la Constitució de tener relaciones con la “ultraderecha unionista”. Su coordinador, Albert Donaire (@albertdmcat en Twitter), es muy activo en las redes sociales, especialmente en Facebook, donde ha escrito frases del tipo “el Ñazonalismo, bien alterado cuando siente cuatro verdades bien dichas. Y la prensa Goebbeliana se encarga de hacer de altavoz a columnistas familiares de destacados golpistas españoles. Es un Estado peligroso”.
Donaire y Enric Alsina, otro dirigente de Mossos per la República, aparecen en una querella presentada por la cabo de los Mossos Imma Alcolea, a los que acusa de calumnias e injurias. Alcolea ha sido expedientada por la Consejería de Interior por haber criticado el independentismo dentro de la Policía Autonómica, que califica de golpista, y llamar a la Generalitat “Genestapo”.
En ocasiones, el activismo independentista se lleva a cabo de forma personal. El agente David Olmedo (@doc_Holmes) utiliza un pseudónimo para expresar su defensa de la independencia. Está destinado en Girona, feudo independentista, donde también trabajan otros conocidos procesistas como el subinspector de Información de Girona, Sergi Escutia, quien, a finales de octubre, participó en la identificación de un grupo de personas que quitaba lazos amarillos.
También los sindicatos han elevado la voz estos días a favor y en contra de la secesión, calentando motores de cara a la Diada y al primer aniversario del 1-O. El Sindicat Autònom de Mossos d’Esquadra (SAME) emitió un comunicado en el que avisó de lo siguiente: “El nacionalismo español ataca a nuestro país desde todas las vertientes, también desde una estructura de estado como es su policía, no caigamos en la trampa, informaos antes de posicionaros”. El escrito estaba firmado por Enric Alsina.
Por el contrario, otras plataformas sindicales que hasta ahora habían secundado el movimiento separatista se han desmarcado de sus mandos. Este es el caso de la Unió Sindical de la Policia Autonòmica de Catalunya (USPAC), que el mes pasado envió una carta al consejero de Interior, Miquel Buch, para asegurarle que "tiene a todo el cuerpo hasta las narices". El motivo era la falta de apoyo del Govern tras la apertura de una investigación de Fiscalía por la identificación de personas que retiraban lazos amarillos.