David Bonvehí, Xavier Arbós, José Mª Espejo-Saavedra, Argelia Queralt, Gabriel Colomé, Ferran Pedret y Joan Coscubiela / CG

David Bonvehí, Xavier Arbós, José Mª Espejo-Saavedra, Argelia Queralt, Gabriel Colomé, Ferran Pedret y Joan Coscubiela / CG

Política

6-7 de septiembre: el punto de no retorno independentista

Diez personalidades del mundo judicial, político y académico explican a 'Crónica Global' cómo vivieron aquellas convulsas jornadas parlamentarias en las que se aprobaron las leyes de ruptura

3 septiembre, 2018 00:00

Para algunos fue el punto de no retorno independentista. Otros lo califican de “golpe posmoderno” o “tiranía de la mayoría”. Hay quien habla de “momento excepcional” y de “días históricos”.

Las sesiones parlamentarias del 6 y 7 de septiembre de 2017 dieron lugar a la aprobación de las leyes del referéndum de autodeterminación y de transitoriedad jurídica de la república catalana. Un año después, juristas, diputados, politólogos y escritores recuerdan para Crónica Global cómo vivieron aquellas intensas jornadas, que precedieron al 1-O, a la aprobación de la declaración unilateral de independencia (DUI) y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. ¿Podría repetirse un escenario tan convulso este otoño que se preconiza ‘caliente’? Hay diversidad de opiniones.

Ferran Pedret: "Se atropellaron derechos"

Para Ferran Pedret, diputado del PSC, “resulta difícil resumir lo ocurrido durante las sesiones parlamentarias de los días 6 y 7 de septiembre de 2017, a pesar de que algunos autores, como Daniel Gascón o Pau Luque, lo sintetizan en el concepto de ‘golpe posmoderno’”.

Según Pedret, “la mayoría independentista se sirvió de una interpretación absolutamente forzada del artículo 81.3 del Reglamento del Parlament para crear ad hoc un procedimiento exprés y aprobar las llamadas 'leyes de desconexión' contra el criterio de los servicios jurídicos del Parlament o del Consell de Garanties Estatutàries (CGE), pero con plena colaboración de la misma mayoría reflejada en la Mesa del Parlament”.

La aprobación de dichos textos, suponía “el intento de derogar en la práctica la vigencia del Estatut y de la Constitución y su sustitución por una legislación de excepción, sin seguir los procedimientos previstos para la reforma de la Constitución o el Estatut, ni atenerse a las mayorías necesarias, sin tener competencia para ello y atropellando los derechos de las minorías parlamentarias y, con ellos, los de la ciudadanía a la que representaban, que en este caso, además, ésta superaba en número a la ciudadanía representada por la mayoría parlamentaria”.

El socialista asegura que los independentistas “eran conscientes de ello. De ahí su incomodidad y su intento permanente de minimizar la gravedad de los hechos y su significación política, reduciéndolo a una exageración de la oposición por meros tecnicismos”. Pedret recuerda que los independentistas intentaron justificarlo posteriormente incluso “con la divulgación de falsedades como un supuesto aval del Tribunal Constitucional (TC) a lo acaecido, por una decisión respecto a la reforma del Reglamento del Parlament que nada tiene que ver con el mecanismo del que abusaron para forzar la aprobación exprés de sus textos”.

David Bonvehí: "Creímos que el Estado reaccionaría"

Por el contrario, el presidente de PDeCAT, David Bonvehí, recuerda aquellos días --entonces era diputado por Junts pel Sí-- como “un momento excepcional, en el que quisimos impulsar las leyes que preparaban la convocatoria del referéndum. Y todavía confiábamos que el Estado español sería capaz de responder a un reto democrático, en tanto en cuanto había una mayoría parlamentaria, reflejo de una mayoría social en Cataluña que quería y quiere el referéndum”.

“Pensábamos --insiste Bonvehí—en que el Estado reaccionaría conforme lo habían hecho otros estados occidentales, sin ir más lejos, en Reino Unido con Escocia”.

Según Bonvehí, “desde PDeCAT somos conscientes que hay cosas que no han tenido la efectividad buscada, en concreto la Ley de Transitoriedad. Eso es una  obviedad. Aunque no todo es imputable al independentismo, hace falta repensar la estrategia porque a la siguiente oportunidad podamos salir adelante definitivamente. A pesar de que la oposición nos acusó de haber vulnerado sus derechos, el TC avaló la reforma del Parlament que permitió aprobar por la vía urgente las leyes de desconexión de aquel pleno”.

Francesc Pau Vall: "Es un problema político"

El exletrado del Parlamento de Cataluña y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra, Francesc Pau Vall, asistió a la tramitación de las leyes durante esas dos jornadas, que califica de "extrañas" pues "se iban a aprobar por el Pleno unas leyes manifiestamente inconstitucionales. En este sentido la Ley de Transitoriedad indicaba que era la ley suprema de Cataluña, lo que vulneraba claramente la Constitución y su principio de jerarquía normativa, entre otros principios".

Explica que una de las funciones de los letrados parlamentarios "es defender la constitucionalidad de las leyes que aprueba el Parlament ante el TC con independencia de cual sea su propio criterio al respecto, es decir, deben defender la posición del Parlament, que se corresponde con la de la mayoría parlamentaria. El problema, en este caso concreto hubiese sido encontrar argumentos sólidos para defender la constitucionalidad de esas leyes".

Desde la perspectiva jurídica ninguna ley puede contravenir a la Constitución, porque en caso contrario sería un caos normativo. Ello es así en todos los países democráticos, como los de nuestro entorno. Ningún parlamento es soberano, sino que está sometido a la Constitución y en nuestro caso al Estatut. Los parlamentos expresan la voluntad de la mayoría parlamentaria, que puede variar en cada legislatura. Si cada Parlamento pudiese aprobar las leyes que quisiera en función de la mayoría que hubiese en cada momento, en cada legislatura podría haber cambios sustanciales: en una legislatura se instauraría una república independiente y en la siguiente se podría restaurar la monarquía; en una crear un derecho fundamental y en la siguiente suprimirlo. Por eso para modificar la Constitución se precisan mayorías muy amplias".

El exletrado del Parlament y profesor de la UPF, Francesc Pau Vall /CG

El exletrado del Parlament y profesor de la UPF, Francesc Pau Vall /CG

El exletrado del Parlament y profesor de la UPF, Francesc Pau Vall

El jurista está convencido de que el encaje de Cataluña en España "es un problema político, que va agravándose progresivamente y que debe tratar de solucionarse mediante la negociación política".

Joan Coscubiela: "Algunos no han aprendido nada"

El exportavoz parlamentario de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, explicó su experiencia en el libro Empantanados (Ediciones Península), tan aplaudido como su discurso en aquellas sesiones, que puso en pie a diputados de PSC, PP y Cs. “Creo que ofrecí mi voz a mucha gente que pensaba que aquello era un atropello”, explica a este diario. Considera que es importante analizar esos días “no para pasar cuentas con quienes quisieron imponer la ruptura, sino con la finalidad de construir una salida sin vencedores, ni vencidos. Y evitar que la situación se cronifique más todavía”.

Joan Coscubiela duda de que este otoño se asista a una situación similar pues “han pasado muchas cosas, hay menos margen, aunque algunos parecen no haber aprendido nada y mantienen que cualquier medio sirve para cumplir un fin. Espero que haya la suficiente inteligencia para evitarlo”. No obstante, ve un importante “componente de ficción en aquellos días, como demostró la ley de transitoriedad”.

Xavier Arbós: "El fin de la Cataluña que yo conocí"

Es precisamente esta ley la que el catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona (UB), Xavier Arbós, considera como “más alucinante” porque “contenía un abuso de la intervención en el poder judicial que dejaba pequeño lo que se puede criticar del poder judicial español”. De aquellas jornadas del 6 y 7 de septiembre “recuerdo muchos sentimientos, pero ninguno positivo. Pero sobre todo, estupefacción por la ruptura de las reglas del juego. Me sentí desolado por la forma en que se aprobaron las leyes de ruptura, pero también por su contenido”.

Como ciudadano, Arbós compara lo ocurrido con “un autobús que no yo no conduzco y que se dirige contra una pared imposible de traspasar. Sentí tristeza al ver que el final de una Cataluña que yo vi construir tras la muerte de Franco, con sus imperfecciones, pero integradora”. El jurista considera que, un año después “no se puede descartar nada, incluso la reiteración de los errores pasados”. No obstante, ve circunstancia diferentes, como la dicotomía entre la radicalidad de Junts per Catalunya y el pragmatismo de ERC, o el restablecimiento de puentes entre el Estado y Cataluña mediante las comisiones bilateral y mixta. “Yo no creo que lleguemos a extremos de ruptura”, dice.

Javier Espejo-Saavedra: "Puede ocurrir de nuevo"

El diputado de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra, era vicepresidente segundo de la Mesa del Parlament durante los días 6 y 7 de septiembre, cargo que repite en esta legislatura. Recuerda las intensas sesiones nocturnas que precedieron a la aprobación de las leyes de desconexión. Teme que vuelva a repetirse una situación similar porque “Puigdemont y Torra defiende lo ocurrido aquellos días. Por tanto, el riesgo existe. De hecho, ya han votado mociones contrarias a las sentencias del TC. Las cosas están igual o peor.”.

El dirigente de la formación naranja cree que en los días 6 y 7 de septiembre “se pisotearon los derechos de los diputados y de los ciudadanos, a pesa de las advertencias de los letrados y del CGE”.

“Yo, personalmente, viví esos días con perplejidad y tristeza, incluso con miedo de ver lo que estaba sucediendo, pues se estaban saltando la Constitución y la ley a sabiendas, y ante todas las televisiones. Fue muy impactante. Este licenciado en Derecho califica de “locura” esas sesiones nocturnas de la Mesa y la aprobación “de a ley de transitoriedad a altas horas de la madrugada”.

Joan Marcet: "Nadie quiere otro 155"

El profesor titular de Derecho Constitucional en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Joan Marcet, miembro del Consejo Académico del CEVIPOF-SciencesPo-Paris y exdiputado del PSC en el Congreso, afirma que los días 6 y 7 de septiembre fueron “el gran detonante de lo que sucedió después. Lo que vivimos ahora es el reflejo de los que se gestó allí. Se forzó el reglamento para aprobar dos leyes que vulneraban todo criterio de racionalidad democrática y parlamentaria”. Menciona, como ejemplo de ese “mal uso del Parlament” por parte de los partidos independentistas, “el hecho de que la Cámara esté ahora cerrada hasta octubre. Ya lo estuvo tras las elecciones del 21D porque Carles Puigdemont no daba su brazo a torcer. Hasta que designó a Quim Torra como sucesor”.

Este profesor universitario recuerda otros “episodios de asalto al Parlament”, como el que tuvo lugar en los ochenta “con motivo del caso Banca Catalana, cuando las juventudes nacionalistas lideraron la persecución de líderes del PSC”. Marcet confía en que no se vuelvan a repetir situaciones como las del 6 y 7 de septiembre y, de momento, “veo excesos verbales y gestuales a un lado y a otro. Por parte de los independentistas, pero también de Ciudadanos y PP”. En este sentido y respecto al debate actual sobre los lazos amarillos y la ocupación del espacio público, entiende que “hay que apretar a las instituciones y evitar situaciones como la del Ayuntamiento de Vic (la salmodia diaria sobre los políticos presos mediante un altavoz)”.

“Nadie quiere otro 155”, concluye.

Joan Marcet en la entrevista con Crónica Global / CG

Joan Marcet en la entrevista con Crónica Global / CG

El profesor de Derecho Constitucional Joan Marcet

Santi Rodríguez: "Salieron escaldados"

Para el diputado y secretario general del PPC, Santi Rodríguez, “es necesario recordar, que no celebrar, los días 6 y 7 de septiembre porque los independentistas no lo van a hacer. Ellos recordarán el referéndum del 1 de octubre”. Según el popular, “vivimos con mucha intensidad esos días. Lo veíamos venir porque se habilitó la segunda quincena de agosto en el Parlament para aprobar esas leyes, pero los atentados yihadistas del 17A obligaron a la entonces presidenta Carme Forcadell a desistir. Los independentistas pretendían calentar la Diada del 11 de septiembre”.

Rodríguez recuerda la “impotencia sentida al ver que hacían lo que les daba la gana bajo la consigna de la propia Forcadell La democracia está por encima de las leyes o El Parlament es soberano. Pero no lo es porque no se puede decidir cualquier cosa. Si no ¿para qué tenemos un reglamento?”. Aquello fue el inicio de los acontecimientos de octubre. Creo que salieron escaldados y ahora saben que el camino emprendido no conduce a nada”. El diputado afirma que durante los 100 primeros días de gobierno de Torra “no ha hecho nada, solo provocar, insistir en el 1-O, hablar de desobediencia, pero no han ido más allá. Eso sí, se persigue a quienes quitan lazos y se deja colgar carteles contra el Rey”.

santi rodriguez

santi rodriguez

El secretario general del PPC, Santi Rodríguez

Queralt: "El Estado no lo gestionó de la mejor forma"

Según la doctora en Derecho y profesora lectora de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona, Argelia Queralt, “hace un año asistimos a uno de los momentos más tristes de la política catalana reciente. El Parlament desoía a los representantes de la mitad de Cataluña y aprobaba dos leyes que suponían la ruptura con el ordenamiento jurídico constitucional”.

Aquel momento, según la directora editorial de Agenda Pública , “fue sin duda, el punto de no retorno en que colocó el independentismo institucional a toda la sociedad de Cataluña y así mismo. La aprobación de aquellas leyes, más allá de las consecuencias judiciales que están teniendo para la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los miembros independentistas de la Mesa, colocaron a la sociedad catalana fuera de la legalidad vigente: ni la constitucional (incluida la catalana) ni la internacional daban cobertura aquellas leyes”. Además, añade Argelia Queralt, se generaron “una serie de expectativas en una parte de la ciudadanía que no podrían cumplirse, esencialmente la DUI y que como han reconocido algunos de sus impulsores, era un farol. Dejó a los políticos  independentistas sin armas políticas con las que seguir presionando al Gobierno de Mariano Rajoy”.

A partir de aquel momento, la política independentista “se ha tenido que ir reinventando sin cesar, forzando hasta lo indecible el ordenamiento jurídico y provocando una ruptura social que tardaremos décadas en recuperar. Sí, el Gobierno y algunos poderes del Estado no gestionaron de la mejor forma posible el conflicto político con y en Cataluña, pero nada justifica la unilateralidad y la escalada de tensión en la que vivimos”.

Gabriel Colomé: "Fueron jornadas insurreccionales"

El doctor en Ciencia Política por la Universidad Autònoma de Barcelona y licenciado en Ciencias de la Información, Gabriel Colomé, analizó las causas de la convulsa situación catalana en el libro La Cataluña Insurgente (Ediciones Carena). “Mi sensación fue de profunda tristeza y desolación al comprobar cómo se cumplía la predicción de Alexis de Tocqueville: la tiranía de la mayoría”, afirma Colomé, creador del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, organismo que dirigió entre 2005 y 2011.

“Una tiranía –añade– que no cumplió con los mínimos democráticos de respeto a la oposición”. Gabriel Colomé cree que esa jornadas “insurreccionales” marcaron “el principio del fin del procesismo”.

Confiesa que contempló con “tristeza y desolación” cómo “una mayoría parlamentaria, que no social, dinamitaba la Constitución y el Estatut y se situaba fuera del Estado de Derecho”.