Es la conexión de la Síndica de Barcelona con el partido que gobierna la ciudad y que aplaca su control. Maria Assumpció Vilà, defensora del vecino de Barcelona, tiene a un sobrino trabajando como consejero de distrito para Barcelona en Comú (BComú), partido al que supuestamente debe fiscalizar.
Jordi Matas i Vilà es familiar de la Síndica, hijo de su hermana. Según su currículum, es licenciado en Biología y tiene el título de director de ocio educativo. Por su labor como consejero del Eixample, se embolsa los 2.200 euros netos al mes que le corresponden en función del código ético de BComú. En ningún lugar de la web municipal de transparencia [ver aquí] figura qué parte de su sueldo entrega a la confluencia de izquierdas que comanda Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Según ha podido saber este medio, la familia Vilà tendría a otros familiares en coaliciones cercanas al espacio de los comunes en otras ciudades catalanas.
"Actuación imparcial"
Preguntada por la cuestión, la portavocía de prensa de la Síndica de Barcelona ha señalado que "Vilà es Síndica de Barcelona desde el año 2010, cuando fue elegida por unanimidad por todos los grupos políticos. El 1 de julio de 2016, fue reelegida por el plenario del consejo municipal para un segundo mandato de cinco años. Desde 2010, la Síndica ha defendido los derechos de la ciudadanía de Barcelona durante tres gobiernos diferentes y siempre ha ejercido las funciones de manera independiente, objetiva e imparcial, con el objetivo de defender los derechos fundamentales y libertades públicas de la ciudadanía de Barcelona".
Confirmando que Vilà tiene una "relación de tercer grado" con un consejero de distrito de Barcelona en Comú, la misma fuente ha agregado que "la información es pública y de libre acceso para cualquier ciudadano. Este hecho "no implica cambio alguno en la defensa de los intereses de los y las vecinas de Barcelona ni en la actividad de supervisión del Ayuntamiento de Barcelona, tal y como ha quedado demostrado en los ocho años de mandato de Maria Assumpció Vilà, cuya actuación ha sido siempre independiente, objetiva e imparcial". Los ciudadanos, pues, pueden consultar los "informes anuales, resoluciones publicadas o comunicados de prensa generados" para cerciorarse del grado de control del gobierno municipal.
Guante de seda
Dicha valoración no coincide con la de fuentes municipales de la oposición contactadas por este medio. Hablando desde el anonimato, han destacado la "encomiable labor" de la Síndica en materias como el derrumbe de 144 nichos en el Cementerio de Montjuïc en 2017, pero han recordado que ésta se ha alineado con el gobierno de Barcelona en Comú (BComú) en cuestiones como la reforma de la ordenanza de civismo, que el ejecutivo local de Ada Colau tuvo que abortar por falta de apoyos, o su silencio sobre la privatización del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD), cuyo personal se queja de pésimas condiciones laborales tras ganar parte del concurso dos multinacionales.
En el mismo sentido, han subrayado que si bien Vilà realiza un trabajo muy preciso de atención al ciudadano y de detección y análisis de problemas, a menudo sus resoluciones bailan sobre delicados equilibrios políticos, como en el problema del sinhogarismo, la última gran crisis en la que intervino la defensora del vecino. En estos casos, han destacado las fuentes consultadas, la fiscalizadora de la acción de gobierno ha descargado las culpas sobre "las administraciones", en abstracto, sin centrarse en los lunares en la gestión del ejecutivo local, su perímetro de trabajo natural.