El interior de un hospital en referencia al gasto público de las comunidades autónomas / CG

El interior de un hospital en referencia al gasto público de las comunidades autónomas / CG

Política

Cantabria y el País Vasco, únicas comunidades que recuperan el gasto público precrisis

Las demás regiones todavía no han alcanzado el dinero destinado a servicios públicos por habitante que había antes de la recesión

28 junio, 2018 14:43

Sólo dos comunidades autónomas han recuperado el nivel de gasto público por habitante que presentaban antes de la crisis económica. Se trata de Cantabria y el País Vasco, según apunta el informe Esenciales elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). El estudio pone de manifiesto que existen desigualdades entre las regiones.

Mientras que el crecimiento acumulado del gasto en servicios públicos en las comunidades entre 2003 y 2009 fue de un 20%, durante la crisis lo redujeron una media de un 15%. Éste descenso, sin embargo, fue desigual. En comunidades como Castilla-La Mancha se situó por encima de un 26%, mientras que el País Vasco, Asturias y Cantabria lo hicieron menos de un 10%.

Inicio de la recuperación

Ahora, el gasto público per cápita en educación, sanidad y protección social de las comunidades autónomas se está recuperando. No obstante, el informe destaca que solo en el caso de Cantabria y el País Vasco ha alcanzado los niveles precrisis. Las diferencias entre unas y otras son “notables”.

El País Vasco y Navarra tienen las mayores tasas, un 31% y un 23% superior a la media, respectivamente. Las Islas Baleares y las Canarias destacan en sentido contrario: el gasto público por habitante en los archipiélagos es un 7% y un 8% inferior que la media nacional.

Competencias autonómicas

En 2002 terminó el traspaso de competencias a las comunidades autónomas. Desde entonces se han mantenido las desigualdades entre unas y otras, con leves cambios. El gasto público por habitante está condicionado por el envejecimiento de la población, ya que cuantas más personas mayores hay, más dinero público hay que destinar a su bienestar.