Fuga de agentes en la Guardia Urbana. Un sindicato ha denunciado que una quincena de agentes de otros cuerpos y fuerzas de seguridad que llegaron a la policía municipal de Barcelona el año pasado han abandonado hartos de la escasa remuneración, las horas extras y el desdén del gobierno municipal de Barcelona en Comú (BComú).
Según SPPMCat, la agrupación mayoritaria entre las policías locales de Cataluña, de los 60 agentes que llegaron a la Guardia Urbana el pasado ejercicio por medio de la movilidad interadministrativa, una quincena ya se han ido. "Se han hartado. Incluso los que venían de la Guardia Civil o la Policial Nacional. Sabemos que en esos cuerpos las pagas no son las mejores. De Barcelona se habla bien extramuros. Pero luego llegan y se encuentran con cosas que no esperaban", ha indicado Juan Ávila, delegado de esta representación de la parte social en el ayuntamiento.
"Impotencia y desdén"
Preguntada por la cuestión, una portavoz municipal no ha contestado a la pregunta de cuántos agentes de la comisión interadministrativa se han marchado de la Guardia Urbana a otros cuerpos de seguridad en los últimos años. Fuentes sindicales, sin entrar en cifras, sí han puesto el acento en dos aspectos que ven esenciales. "Uno, las condiciones laborales. El nuevo convenio que negocia el ayuntamiento con los funcionarios no recuperará, y creo que no lo haremos nunca, las condiciones perdidas durante la crisis. Hablamos de salario, pero también de nocturnidades o pluses de peligrosidad, que son mucho más altos en otros municipios", han indicado.
"El segundo es el desdén de los de arriba. ¿En cuántos procesos judiciales de agresiones de manteros a agentes se ha personado el ayuntamiento? ¿Cuántas veces ha comparecido Colau, como concejal de Vía Pública, y a la sazón alcaldesa de la ciudad, en la cuestión de la venta ambulante?", se ha inquirido la misma fuente. "A menudo, parece que el equipo de gobierno de BComú esté del lado del Sindicato de Manteros y no del de su cuerpo de seguridad", han abundado.
Alud de bajas
La fuga de agentes de la Guardia Urbana la han matizado otras patas de la parte social del cuerpo. "Existe, pero no es significativa en un cuerpo con 3.084 agentes. Donde sí perjudica es en las policías locales de los pequeños municipios. Si una localidad con pocos efectivos pierde a cinco o seis funcionarios porque éstos se acogen a la movilidad interadministrativa y van a Barcelona, tienen un problema gordo", han explicado. De hecho, estas fuentes han subrayado que lo importante son los "117 agentes que están acabando la formación en el Instituto de Seguridad Pública y que se deben incorporar en julio, la mayoría de ellos en Ciutat Vella".
Cualquiera que fuere la importancia de la marcha de efectivos de la Urbana de Barcelona a otras fuerzas públicas, lo cierto es que las relaciones entre agentes y equipo de gobierno de Colau han llegado a uno de los puntos más bajos del mandato. Tanto es así que en los próximos fines de semana, igual que ocurrió por la verbena de San Juan, se esperan un alto número de bajas médicas en los turnos de noche. "La gente no puede más y ya no se amilana ante las amenazas de los mandos", ha concluido una cuarta fuente sindical.