Tanta gesticulación comienza a jugar malas pasadas a los independentistas. El penúltimo enfrentamiento entre Junts per Catalunya y ERC tiene que ver con la exhibición de lazos amarillos en espacios públicos. Tal ha sido la tensión entre los neoconvergentes, que tiran de símbolos para crear su pedigrí secesionista, y los republicanos, mucho más pragmáticos, que los socios de gobierno se han enzarzado en un cruce de reproches.
Todo comenzó el lunes, cuando el presidente del Parlament, Roger Torrent, convocó a los grupos parlamentarios para abordar la polémica sobre la colocación de lazos amarillos –símbolo de la protesta por el encarcelamiento de políticos separatistas-- en la bancada de los miembros del Govern. El encuentro se produjo después de que el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, retirara personalmente esos símbolos en el pleno de la semana anterior, provocando una bronca parlamentaria.
El acuerdo consistió en retirar los lazos de los escaños del Govern, pero mantenerlos en la bancada de los diputados fugados o encarcelados. Dirigentes de Junts per Catalunya aseguraron en la Mesa del Parlament celebrada el martes, así como en varias declaraciones públicas, que no habían interpretado así el acuerdo entre los grupos. El más beligerante fue el alcalde de Valls (Tarragona) y diputado, Albert Batet. “JxCat no está de acuerdo en retirar los lazos amarillos de los bancos del Govern. Solo los retiraremos cuando TODOS los presos políticos y exiliados estén en casa”, escribió en las redes sociales.
El tímido cartel colgado en el Ayuntamiento de Valls en protesta por los políticos presos
La reflexión de Batet fue interpretada por ERC como “un ataque frontal a Torrent”. Y aunque esas advertencias del alcalde no se cumplieron, pues finalmente no se colocaron lazos en los escaños del Ejecutivo en la sesión plenaria celebrada a ayer, los republicanos le subieron los colores al diputado.
“Durante la campaña del 21D, Batet retiró todos los lazos colgados en su municipio por orden de la Junta Electoral. Y nos los volvió a colocar”, aseguran fuentes republicanas.
Pancarta guardada
Otro dirigente recuerda, además, que el alcalde de Valls retiró la pancarta colocada en la fachada de la sede consistorial alusiva a los políticos presos “por miedo a la Subdelegación del Gobierno en Tarragona”. Fue sustituida por otra mucho menos contundente.
El presidente, Quim Torra, sí ha decidido, a pesar de las críticas de la oposición, mantener la pancarta que el pasado sábado colgó de la fachada del Palau de la Generalitat tras la toma de posesión de los nuevos consejeros.