Ada Colau exige desterrar el debate sobre la crisis catalana de las elecciones municipales de 2019. La alcaldesa de Barcelona, en tono de precampaña, ha pedido a los partidos "hablar de la ciudad" en los comicios que se celebrarán el próximo año.
En una intervención en el Fórum Europa hoy jueves, 24 de mayo, la munícipe ha tratado de centrar el marco del debate preelectoral. Ante los primeros movimientos de los partidos políticos para confeccionar listas electorales y las primeras encuestas, que la dan por derrotada, Colau ha considerado que "debatir sólo sobre la ciudad es la mejor aportación a la situación de bloqueo político" en Cataluña. La líder de Barcelona en Comú (BComú) ha llamado al resto de fuerzas a hacer que la cita electoral "se centre solamente" en Barcelona y que "supere la política de bloques".
Pide ayuda de la oposición
Además de tratar de centrar el marco electoral a un año vista, la primera edil ha lanzado un mensaje de socorro a la oposición para que ayuden a los comunes a resolver tres asuntos que en estos momentos están encallados. "Hay que bajar la bandera electoral en tres campos: el narcotráfico en el centro de la ciudad, regular las subidas abusivas del precio de los alquileres y la financiación del transporte público", ha enumerado. Colau ha conminado al resto de fuerzas a echar un cable a su gobierno "pese a que la precampaña haya empezado antes de tiempo".
Según ella, en el problema de los narcopisos, el Ejecuivo local de BComú "está trabajando" y ha cerrado un principio de acuerdo con el Grupo Demócrata que espera que se amplíe a más partidos y a la Generalitat de Cataluña. En materia de vivienda, ha alertado del "impacto sobre las clases medias y los jóvenes" de la actual normativa de arrendamientos. Por último, ha tildado de inaceptable el "déficit de 500 millones" del Gobierno con el transporte público de Barcelona. "Hemos hecho equilibrios presupuestarios en los últimos años, como congelar tarifas, pero es un asunto que debe resolverse", ha remachado.
Balance pobre de mandato
Ante un público compuesto por empresarios y diputados y electos de diversos partidos, Ada Colau ha hecho un pobre balance de mandato, muy centrado en los esfuerzos de las otras administraciones. Ha reivindicado el plan municipal de vivienda, pese a que incumplirá la promesa de construir 4.000 pisos públicos a final de legislatura, y ha vuelto a pedir que Gobierno y Generalitat financien parte de la construcción de vivienda social. Ha levantado la bandera del plan de barrios y la de las hojas de ruta de desarrollo de los distritos, así como la "inversión" en transporte público y la recuperación del "verde urbano".
También ha admitido pinchazos o, como lo ha presentado la electa, "cosas que no pudimos hacer". El mayor de ellos, ha admitido la alcaldesa de Barcelona, ha sido la unión del tranvía, que descarriló en un pleno extraordinario el pasado 10 de abril. Asimismo, ha citado el fracaso del proyecto de funeraria municipal, que el edil de Presidencia, Eloi Badia, ha confirmado esta semana. En el primer caso ha culpado a ERC y en el segundo, al PSC.