Eloi Badia, concejal de Presidencia, Agua y Energía de Barcelona, en una comparecencia pública / CG

Eloi Badia, concejal de Presidencia, Agua y Energía de Barcelona, en una comparecencia pública / CG

Política

La funeraria municipal de Barcelona fallece en silencio

El operador público de entierros alcanza hoy el plazo límite de despegue 'tapado' por el debate sobre la inseguridad en la ciudad

27 abril, 2018 00:00

La funeraria municipal de Barcelona fallece en silencio. El operador público de entierros baratos de Barcelona alcanza hoy, viernes, 27 de abril, el plazo límite para despegar. No lo hará, tapado por el debate sobre la inseguridad en la ciudad, que copará la actualidad municipal por el pleno extraordinario sobre Ciutat Vella exigido por PDeCAT, Ciudadanos, PSC y PP.

La pasada semana, su impulsor, Eloi Badia, concejal de Presidencia, Agua y Energía del Ayuntamiento de Barcelona, ya avisó de que el proyecto "es de ciudad, por lo que no se someterá a un calendario concreto". En realidad, Badia soslayó que el equipo de gobierno de Barcelona en Comú (BComú) ha sido incapaz de concitar el consenso necesario para que la funeraria pública eche a andar. ERC, el único partido que sostiene la iniciativa junto a la CUP, había dado hasta hoy de plazo para lograr apoyos. No ha ocurrido. 

Proyecto atropellado

Los republicanos siempre han alegado que el acuerdo con BComú para lanzar una funeraria que ofreciera sepelios a partir de 1.800 euros vencía hoy, 27 de abril. A partir de esa fecha, la formación que comanda Alfred Bosch en el Ayuntamiento de Barcelona no ve viable tener a punto la operativa para el mes de junio, cuando debía arrancar.

Ello significaba concitar el apoyo de al menos el PSC o el PDeCAT. Las dos formaciones han coincidido en las últimas semanas en expresar su voluntad de rebajar el precio de los servicios funerarios en la ciudad, aunque han expresado dudas similares: que un operador público con un puñado de salas sea capaz de incidir en un mercado con 70 espacios de vela en toda la ciudad y que el proyecto sea viable sin lastrar los beneficios de Cementiris de Barcelona (CBSA) y, por ende, de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), el grupo paraguas de empresas municipales.

Valmaña encaja otro mazazo

En este tablero, otro de los grandes perjudicados por el enmarañado escenario será Jordi Valmaña. El director general de Cementiris de Barcelona fue uno de los impulsores de la funeraria municipal junto a Eloi Badia. Ambos desautorizaron a Ignasi Armengol, responsable de B:SM hasta el año pasado, y pergeñaron el proyecto a espaldas de éste.

Además del evidente pinchazo de la iniciativa por falta de apoyo político, Valmaña lidia con otra crisis: las consecuencias del derrumbe de un bloque de nichos en el Cementerio de Montjuïc en septiembre de 2017, que mezcló restos cadavéricos con cascotes y madera. Precisamente, CBSA está licitando ahora el contrato de reconstrucción de la estructura.