Carles Puigdemont (i) y Jordi Sànchez (d), brindando en una imagen de archivo / EFE

Carles Puigdemont (i) y Jordi Sànchez (d), brindando en una imagen de archivo / EFE

Política

Los independentistas admiten que la investidura de Sànchez es una pantomima

PDeCAT y ERC enfocan el pleno del viernes como una estrategia para dejar en evidencia a Llarena, mientras que Puigdemont aboca a sus socios a nuevas elecciones

10 abril, 2018 00:00

Los adjetivos de la oposición para calificar los movimientos independentistas se agotan. “Pérdida de tiempo”, “tomadura de pelo”, “nuevo día de la marmota”… Se refieren a la decisión de Junts per Catalunya de presentar, de nuevo, a Jordi Sànchez, como candidato a la presidencia de la Generalitat. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha convocado para este viernes el pleno de investidura, previa notificación del mismo al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. La carta enviada al magistrado va acompañada de la resolución del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas del pasado 23 de marzo, que según Torrent insta a España a "tomar todas las medidas necesarias" para garantizar los derechos políticos de Sànchez.

El pasado 5 de marzo, Sànchez ya fue propuesto candidato a la presidencia, pero no pudo someterse al debate de investidura porque el Supremo denegó su salida de la cárcel. Torrent lo sabe y, pese a ello, ha señalado fecha de investidura. Fuentes de su partido, ERC, admiten a Crónica Global que se trata de “una estrategia jurídica” que pretende obligar a Llarena a mover ficha y, según dijo ayer abiertamente la portavoz de PDeCAT, Maria Senserrich, “dejar en evidencia” al magistrado.

"Alargar el proceso"

“Alargar el proceso”, aseguran fuentes independentistas. Porque, en realidad, “Puigdemont está decidido a repetir elecciones”. El "mesianismo" del expresidente comienza a irritar a sus socios, pero éstos no se atreven a plantar cara por miedo a ser tildados de traidores.

El tiempo ya corre y los independentistas tienen de plazo hasta el 22 de mayo para formar gobierno. De lo contrario, se tendrían que convocar elecciones, previsiblemente el 15 de julio. La CUP no quiere que Sànchez sea candidato e insiste en mantener su abstención porque, dicen los antisistema, el único candidato legítimo es Puigdemont. Una postura que comparte la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la entidad independentista que, curiosamente, presidió Sànchez.

Las actas de diputado

Tanto Puigdemont, recién liberado por la justicia alemana, como el republicano Toni Comín, que sigue fugado en Bruselas, se resisten a renunciar a sus actas de diputados, lo que permitiría que la lista corra y asegurar la mayoría necesaria para investir a Sànchez. Si es que, finalmente, se celebra ese pleno. Ambos han pedido la delegación de voto, otro de los órdagos que debe asumir Torrent.

Los planes alternativos a la estrategia Puigdemont pasan por un gobierno de independientes, tal como propone Catalunya en Comú, presidido, eso sí, por un candidato progresista. Pero no hay ningún avance en ese sentido, aunque sí conversaciones muy discretas entre ERC y los comunes.