Artur Mas se acaba de unir a la larga lista de renegados que, obligados a rendir cuentas ante la justicia, aseguran ahora que la declaración unilateral de independencia (DUI) era una proclama sin importancia. Puro politiqueo carente de efectos jurídicos. “En política, muchas veces un argumento se infla. ¿Esto es engaño? Puede llegar a serlo", aseguró el expresident tras prestar declaración en el Tribunal Supremo. “Todos los que votaron a favor de la independencia el 27-O sabían que aquello no tenía recorrido real", añadió.
Una postura muy diferente a la dirigente del partido que, hace dos años, le obligó a dar un paso al lado, la CUP. A diferencia de Mas, Anna Gabriel ha optado por la huida, como hizo en octubre Carles Puigdemont en las horas previas de que la Fiscalía presentara su querella por malversación, rebelión y sedición. Mientras el expresidente se fugó a Bélgica, la antisistema se ha ido a Suiza.
Las distintas respuestas al cerco judicial de Mas y Gabriel demuestran que los miembros de la cúpula responsable del atolladero separatista han optado por estrategias de defensa diferentes. Como dijo ayer la jefa de la oposición, Inés Arrimadas, esto es el “sálvese quien pueda” del procés.
Los fugados
Anna Gabriel, como publicó ayer Crónica Global, ha optado por el país helvético, que ya ha comenzado a poner trabas a su extradición, chafándole el plan a Puigdemont. El exalcalde de Girona, harto de la falta de complicidad de las instituciones belgas –el Parlamento europeo acaba de vetar un acto al que debía asistir—, pensaba en trasladarse a Suiza, pero la antisistema se le ha adelantado. Junto a Puigdemont permanecen en Bruselas los exconsejeros Toni Comín, Meritxell Serret, Lluís Puig, Dolors Bassa y Clara Ponsatí. Todos ellos mantienen su firmeza secesionista, pero también ha habido autocrítica. “No estábamos preparados para el 1-O”, dijo Ponsatí.
Clara Ponsatí (2d), junto a Carles Puigdemont y el resto de exconsejeros de la Generalitat que huyeron a Bruselas
Los renegados
Junto a Mas, se han retractado en sede judicial los presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, ambos en prisión preventiva, así como Joaquim Forn y Oriol Junqueras –también encarcelados--, Marta Pascal y Marta Rovira. Sea por estrategia de defensa, sea por una motivación personal –o ambas cosas a ala vez-- todos ellos han apostatado de las posturas más unilaterales. Sànchez confesó que la unilateralidad no es la forma de alcanzar la independencia, mientras que Cuixart dijo que el único referéndum válido es el que convoca el Gobierno de España.
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el líder del partido, Oriol Junqueras, en un pleno del Parlament
Junqueras y Rovira se sumaron a la tesis de que la DUI fue una decisión política, que no jurídica. Lo hizo ante el Tribunal Constitucional, agotando todas las garantías de defensa que contempla la justicia española. Forn también renegó de la DUI, abogó por “cambiar la estrategia y los planes del Govern” y aseguró que no volvería a ser consejero.
Los dimisionarios
A esta categoría pertenecen destacados dirigentes del independentismo que prefirieron borrarse ellos mismos del mapa político catalán, renunciando a cualquier tipo de cargos públicos. La expresidenta del Parlament Carme Forcadell; la expresidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia y alcaldesa de Vilanova i la Geltrú, Neus Lloveras –que ha anunciado que no volverá a presentarse a las elecciones--, y el exconsejero de Justicia Carles Mundó abandonaron, aunque todos ellos estaban llamados a seguir siendo protagonistas de la futura “república catalana”.
La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y el exconsejero de Justicia, Carles Mundó
Antes que ellos dimitieron otros cargos del Gobierno catalán. Santi Vila, exconsejero menos independentista, lo hizo en vísperas de la aprobación de la DUI, mientras que Neus Munté, Meritxell Ruiz y Jordi Jané, también miembros del ejecutivo de Puigdemont, lo hicieron semanas antes, provocando una crisis de gobierno. Vila, Ruiz y Jané renunciaron a protagonizar el choque de trenes, mientras que en la decisión de Munté pesó también sus desavenencias con Puigdemont.
El cesado
Sin olvidar que el primer damnificado del procés fue Jordi Baiget, destituido de su cargo horas después de haber dudado públicamente de la viabilidad del referéndum independentista que el Govern promovía para el 1-O. Baiget, consejero de Empresa, fue sustituido por Santi Vila.
El exconsejero de Empresa, Jordi Baiget