En ERC se habla del “torrentazo”. O lo que es lo mismo, de la pérdida de los complejos que hasta ahora arrastraba el partido ante Convergència. Los republicanos mantienen el pulso con Carles Puigdemont, empeñado en colocar a la Mesa del Parlament fuera de la ley y de la Constitución, tal como ocurrió en la anterior legislatura. Pero el de Girona cuenta ahora con una poderosa aliada, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que este fin de semana abrazó las tesis de Junts per Catalunya. Puigdemont gana en agitprop y eso, confiesan a Crónica Global fuentes republicanas, preocupa, y mucho, al partido.
Sin embargo, buena parte de la formación liderada por Oriol Junqueras es partidaria de que su compañero de filas y presidente del Parlament, Roger Torrent, aguante la presión, tal como viene haciendo desde que, el pasado 30 de enero, decidió aplazar la investidura de Puigdemont. La carta/entrevista de Junqueras hecha pública ayer abunda en ello al recordar que el cabeza de lista de JxCAT no es intocable. “Es obvio que el Estado jamás permitirá que sea efectiva”, afirma desde Estremera, en la línea de lo declarado --con las consiguientes acusaciones de “traidor”-- por el diputado de ERC en el Congreso, Joan Tardà: “Nadie es imprescindible”.
La influencia de la ANC
El expresidente catalán, apoyado por una ANC que ha jugado un papel protagónico en el procés –influyó en la decisión final de Puigdemont de no convocar elecciones, lo que derivó en la aprobación de la declaración unilateral de independencia (DUI) y la aplicación del artículo 155 de la Constitución-- intenta ahora ser investido, sí o sí, desde Bruselas mediante una reforma de la ley de Presidencia y del Govern a la que Torrent deberá dar luz verde o frenar. Lo primero implica volver a la situación de los días 6 y 7 de septiembre, cuando la Mesa permitió tramitar las leyes del referéndum y de transitoriedad, es decir, volver a poner a los diputados bajo el yugo penal. Lo segundo coloca a los republicanos en una complicada situación ante las bases secesionistas, donde ha cuajado la idea de que Puigdemont es el presidente legítimo y que, por tanto, salirse de esa tesis es hacer seguidismo de quienes han aplicado el 155.
“Torrent está fuerte, pero el comunicado de la ANC ha sido un mazazo. Sabíamos que esta entidad creada a la medida de Artur Mas tendría un efecto boomerang tarde o temprano”, admiten las mismas fuentes. El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, es el número dos de la lista de JxCAT y sigue en prisión preventiva, aunque su nombre había sonado como posible reemplazo de Puigdemont si, finalmente, decide dar un paso al lado
ERC insiste en que es necesaria una investidura con garantías jurídicas y gobernar desde el minuto cero para deshacerse de la intervención del Estado. No hace falta leer demasiado entre líneas: los republicanos no quieren experimentos gubernamentales.
El orden del día de la Mesa
Hoy se reúne la Mesa del Parlament, pero en el orden del día no está previsto abordar la reforma de la ley de la Presidencia propuesta por JxCAT para facilitar la investidura a distancia de Puigdemont. Las declaraciones judiciales de dirigentes convergentes y republicanos previstas esta semana en el Tribunal Supremo han forzado a ambas partes a darse una tregua para evitar que las crispadas negociaciones perjudiquen a los inculpados.
JxCAT registró la semana pasada esa iniciativa de forma unilateral --sin la firma de ERC-- y pidió que se tramitara por el procedimiento de máxima urgencia. Asimismo, registró una segunda iniciativa que sí se abordará en la Mesa de hoy martes consistente en activar la comisión del Reglamento del Parlament para abordar en cualquier momento una modificación de la norma.
PSC y PP han presentado sendos escritos advirtiendo de que esta comisión no puede activarse ya, porque, según el reglamento del Cámara catalana, tiene la condición de "legislativa" y eso significa que no se puede constituir hasta que haya Gobierno.