El Gobierno español ha activado los preparativos para tomar el mando de los Mossos d’Esquadra. Así lo han confirmado a Crónica Global fuentes del Ejecutivo, que aseguran que el control de las policías autonómicas por parte del Ministerio del Interior es una posibilidad contemplada en la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La medida ha sido analizada en una reunión al más alto nivel mantenida en Madrid por los máximos responsables de seguridad, a la que ha asistido el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Durante ese encuentro se analizó la pasividad con la que, a juicio de estos altos cargos del ministerio, actuaron los agentes de la policía autonómica durante el acoso de centenares de manifestantes a la Guardia Civil y a la comitiva judicial que el miércoles registró la sede de la Consejería de Economía en Rambla de Catalunya. “Los Mossos ya están haciendo dejación de funciones, pues no protegieron la salida de los guardias civiles. Y eso ha provocado un fuerte malestar”, explican estas fuentes.
El ejemplo del País Vasco
En previsión de que de aquí al 1 de octubre la policía autonómica incumpla las instrucciones de la Fiscalía y de los jueces que investigan la organización del 1-O, el Gobierno ha activado los preparativos para que los Mossos actúen bajo las directrices de la Guardia Civil y la Policía Nacional si fuera preciso. Así se hizo en el País Vasco en las operaciones contra la banda terrorista ETA, donde la Ertzaintza se puso a disposición de las policías de la Administración central.
Así, el artículo 46 de la citada ley establece que "cuando en la prestación de un determinado servicio o en la realización de una actuación concreta concurran, simultáneamente, miembros o Unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Policía de la Comunidad Autónoma, serán los Mandos de los primeros los que asuman la dirección de la operación".
La carta enviada ayer por el ministerio al consejero de Interior, Joaquim Forn, en la que oficializa el envío de efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado a Cataluña para “reforzar” a los Mossos, es, según estas fuentes, un primer aviso. La posibilidad de que, en los próximos días, se repitan y se recrudezcan las manifestaciones independentistas en las calles --el cerco al Palacio de Justicia ha alarmado a los mandos de Interior-- ha acelerado ese despliegue.
Las miradas, puestas en el 1-O
No obstante, todas las miradas están puestas en el mismo 1-O, pues según Moncloa, y tal como publicó este diario, el presidente Mariano Rajoy está dispuesto a poner un Guardia Civil en cada local de votación si, finalmente, el Govern sigue adelante con la logística del referéndum, desarticulada de facto después de las incautaciones de papeletas, tarjetas censales y bloqueo de las webs oficiales, así como la ausencia de un censo y la disolución de la Sindicatura Electoral de Cataluña.
La preparación del referéndum ilegalizado y los planes de "contingencia" a los que se ha referido el presidente de la Generalitat provocan que la respuesta del Gobierno esté igualmente abierta a los acontecimientos que se puedan producir.